A Pepa Gaitán la mataron por lesbiana

Hoy, 7 de marzo, se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica en homenaje a “Pepa” Gaitán, la joven cordobesa asesinada en 2010 por el padrastro de su novia. Su crimen durante el debate por la Ley de Matrimonio Igualitario permitió mostrar hasta dónde llega el odio y la lesbofobia.

A Pepa Gaitán la mataron por lesbiana

Por Agostina Parisí
07/03/2019

Las paredes del estadio de Belgrano de Córdoba son de un color celeste viejo casi impoluto. Salvo un mural en homenaje a “El Potro” Rodrigo y algunos dibujos sobre el sentido de pertenencia al club de fútbol cordobés, la pintura se mantiene intacta. Quizás por eso llama la atención un mural sobre la puerta N° 1085 en homenaje a “Pepa” Gaitán. Tiene un rostro de cerámica con una sonrisa grande, ojos achinados y el pelo corto. Lleva la frase “Pepa Gaitán. Hincha Pirata. Asesinada por lesbiana”.

Ubicada en el popular barrio de Alberdi, la cancha de Belgrano era uno de los pocos lugares en donde Pepa no se sentía discriminada. Ella y sus hermanos habían heredado de su padre la pasión por el fútbol. El otro lugar era la asociación barrial “Lucía Pía” -conocida como “La Sede”- en barrio Liceo de la ciudad de Córdoba. Allí Pepa daba clases de Educación Física a niños y niñas del barrio. La ONG había sido fundada por su abuela como un espacio comunitario de asistencia social, con guardería, comedor, talleres gratuitos y copa de leche para paliar la pobreza de los vecinos de la zona. El último mes de su vida, Pepa pasó las noches durmiendo en una pieza de la asociación junto a su novia Dayana Sánchez.

Pepa Gaitán era lesbiana, negra, chonga de barrio, futbolera, corpulenta y varonil. No le escondía su identidad a nadie. Además de boxeo practicaba “Vale todo”, una disciplina de defensa personal que combina distintas artes marciales. Lo hacía para descargar la bronca y la depresión.

A los 12 años se dejó el pelo corto y meses más tarde, siendo una niña, intentó suicidarse. Primero se empastilló encerrada en su pieza y después trató de cortarse las venas con un cuchillo.

El 7 de marzo de 2010 fue asesinada de un escopetazo por el padrastro de su novia. Tenía 27 años. “La mataron por lesbiana”, fue el grito de su mamá Graciela Vázquez y de las organizaciones que acompañaron el pedido de justicia.

En agosto de 2011 la Cámara Séptima del Crimen condenó a Daniel Torres, su homicida, a 14 años de prisión por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. Pese al pedido de la querella y de las agrupaciones por la diversidad sexual, los jueces Víctor María Vélez, Ricardo Iriarte y Carlos Ruiz negaron que se haya tratado de un crimen por lesbofobia. Para la justicia cordobesa el homicidio de Pepa en pleno debate por la Ley de Matrimonio Igualitario fue un asesinato simple, sin ninguna lectura en clave de género.  

Pepa conoció a Dayana Sánchez a través de La Sede de barrio Liceo. Dayana solía pasar por el salón comunitario para vender pan junto a su hermana. Después de algunas gestiones, Pepa les consiguió changas a su mamá, Silvia Suárez- cocinera- y a su padrastro, Daniel Torres -albañil-.

Pese a este vínculo, la familia de la joven nunca aprobó la relación entre Dayana y la Pepa. “La señora Suárez estaba muy preocupada por la elección sexual de su hija, y me pedía a mí que como psicóloga intentara modificarla”, dijo la psicóloga Mariana Molla durante su testimonio en el juicio.

La tarde del crimen, Gabriela Cepeda pasó por La Sede a saludar a la Pepa y Dayana. Eran amigas. Gabriela les comentó que seguiría camino a la casa de los padres de Dayana. Estaba enamorada de otra de sus hijas, y al parecer esto había generado un nuevo conflicto al interior de la familia. Silvia Suárez, la mamá de Dayana y suegra de Pepa, quería hablar con Gabriela.

Pepa se quedó preocupada.  Minutos más tarde, subió a la moto y fue en busca de su amiga. La encontró peleando con Silvia y se metió entre las dos. Daniel Torres intervino en la discusión y Pepa lo desafió a que le pegara. “Qué te voy a pegar a vos si para mi sos mujer”, le dijo el padrastro de su novia, parado en la vereda y a la vista de otros vecinos.

Sin mediar más palabras, Torres entró a su vivienda y salió a la calle con una escopeta calibre 16. “Tirá si sos macho”, le gritó Pepa. Torres la asesinó de un escopetazo en el tórax que le traspasó al hombro derecho. Murió al día siguiente en el Hospital de Urgencias.

“El asesinato de Pepa nos movilizó a todas las lesbianas. Nos hizo pensar en nuestra identidad, en las opresiones que vivimos, y vino a potenciar nuestro movimiento”, dice Fabiana Tron, de Activismo Lésbico Potencia Tortillera.

En el primer semestre de 2018 se registraron 52 crímenes de odio en Argentina, donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de derechos y violencia, dice el último informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT.

Nueve años después del crimen de Pepa Gaitán, la violencia y expresiones de odio por orientación sexual siguen siendo el foco de denuncia de los activismos lésbicos y diversos.  “Hay una clara ola de derechización que da lugar a las acciones más violentas. Hoy vemos la impunidad avalada desde el Estado. No hay políticas para nuestro sector. Las agresiones se viven con mucha más fuerza”, explica Tron.

Para Martín Apaz, de Devenir Diverse, el asesinato de Pepa permitió mostrar cuáles son las consecuencias de un Estado sin leyes de diversidad, además de visibilizar a otras identidades y corporalidades como las tortas masculinas de los barrios populares de Córdoba. Pepa era una de ellas.

Visibilidad lésbica

Para conmemorar el Día de la Visibilidad Lésbica, este jueves 7 se realizarán distintas actividades. En el marco del acampe feminista que llevan adelante varias organizaciones, se realizará el Campeonato de Fútbol Popular Marielle Franco con la presencia de personalidades deportivas, en la Plaza de los Dos Congresos.

El festival “Existimos, deseamos y resistimos” se realizará en la Plaza San Justo de La Matanza, a partir de las 17, con distintas actividades como fútbol, murga, poesía, talleres e intervenciones.

Agostina Parisí