Dos testigos del juicio por encubrimiento hablaron de la misma reunión en un hotel porteño. Según sus dichos, allí el entonces comisario Vicat propuso al padre de un policía detenido por el atentado, mudar a Miami a su hijo, con otra identidad. A cambio, le pedía que acusara a Ribelli.
La audiencia del juicio por encubrimiento de la investigación del atentado a la AMIA comenzó tarde: la mitad de la sala no tenía luz. El presidente del Tribunal Oral Federal N°2, Néstor Costabel, comenzó a leer los nombres de los testigos del día. Se habían reducido a dos: el padre y el abogado de un policía que estuvo detenido cinco años por el atentado. La posibilidad de que declarara el tercero desató un largo y ríspido debate, que no se terminó de resolver.
El primero en declarar -en la audiencia 32 del juicio que debe probar las responsabilidades de trece imputados en el encubrimiento del atentado a la AMIA- fue Alberto Barreda, policía retirado. Su hijo, Diego Barreda, es un ex policía bonaerense que estuvo seis años detenido por el atentado, de forma irregular. El padre prestó un testimonio claro y, a pesar del paso del tiempo, aportó detalles. “Me disculparán si no recuerdo todo pero han pasado 20 años”, aclaró.
El fiscal Roberto Salum comenzó a interrogarlo, directo al grano:
-¿Recibió usted algún ofrecimiento para mejorar la situación de su hijo Diego?.
El testigo no dudó y se apresuró a contestar:
-Afirmativo.
Cuando le pidieron detalles, recordó color y modelo de los autos donde lo trasladaron a la reunión en un hotel, propiedad de una cadena internacional en Buenos Aires, a partir del llamado de un conocido. “Me llamó un amigo de la fuerza, Miguel Ángel Márquez y me dijo que una persona podía ayudarme con la detención de mi hijo”, dijo Alberto Barreda. Su relato saltó directamente a la reunión en el hotel Kempinski, donde le ofrecieron, según recordó, la libertad de su hijo.
“Un abogado que después dijo que era también comisario, Luis Vicat, nos estaba esperando. Tenía una propuesta con el aval del juzgado de Galeano, el jefe de la Policía Federal, y hasta mencionó al gobernador de la provincia (de Buenos Aires)”, recordó. Vicat está procesado por coacción en la causa encubrimiento.
“Me pidió que convenciera a mi hijo para acusar a Ribelli”
“Me pidió que convenciera a Diego para que acusara a (Juan José) Ribelli por el atentado”. Según el testigo, a cambio de mentir en la declaración, a Diego Barreda lo enviarían a vivir a Miami con una nueva identidad y un sueldo de unos 5 mil dólares. “Me dejó estupefacto”, dijo. Recordó que rechazó la propuesta y discutió con el comisario Vicat, razón por lo cual -siempre según el testigo- éste lo amenazó: “Le sugiero que si quiere a su hijo, lo convenza de que declare o no la va a pasar bien”. En ese momento el testigo admitió lo que, según expresó después, le causó “dolor moral”. “Pensé que podía tener una salida, más aún si venía de un comisario inspector como Vicat, de parte del magistrado a cargo de la causa, del gobernador, con coches oficiales. Yo sólo era un hombre triste por un hijo detenido injustamente”.
Según la reconstrucción que hizo ayer frente al tribunal, tras la reunión fue a visitar a su hijo Diego a la cárcel y le transmitió la propuesta. “Se enojó conmigo, me dijo que era una estupidez y que tomaría medidas”, recordó. Nunca volvió a hablar del tema con nadie.
El aporte del siguiente testigo de la jornada, Miguel Ángel Gargano Mendoza, abogado, también se refirió a las presiones que a través del comisario Vicat ejercieron quienes manejaban la investigación del atentado. Gargano Mendoza era el abogado defensor de Diego Barreda. El ex policía debió asistir a la audiencia y relevar del secreto profesional al testigo para que pudiera declarar. Así, Gargano Mendoza contó su participación en aquella reunión en un hotel en la que Vicat ofreció la libertad de su entonces defendido.
“Vicat se presentó en nombre del juez de la causa y nos ofreció que Diego cambiara su declaración a cambio de llevárselo a Miami con dinero y una nueva identidad”, explicó con bastante menos detalle que su antecesor. “El padre rechazó el ofrecimiento y Diego también. Parecía descabellada la propuesta”, admitió.
El abogado dijo que, tiempo después, mantuvo un encuentro “muy amable y respetuoso” con los abogados de AMIA y DAIA, y con Juan Pablo Cafiero, entonces diputado e integrante de la Comisión Bicameral de seguimiento de la investigación del atentado. En ese encuentro, les pidió mejorar las condiciones de detención de Diego Barreda y de Mario Bareiro, otro policía a quien defendía. “Barreda la estaba pasando muy mal. Creo que hasta estaba perdiendo la visión en un ojo”, explicó.
El tercero en discordia
Cuando llegó el turno del tercer testigo, Hugo Pérez -allegado a Carlos Telleldín, imputado por el ex juez Juan José Galeano en el marco de la causa AMIA-, los abogados querellantes del ministerio de Justicia y los de Memoria Activa, levantaron la mano. Expresaron al Tribunal que no estaban interesados en ese testimonio, que en su momento habían pedido. Los jueces Néstor Costabel y Jorge Gorini aceptaron la solicitud mientras que la jueza Karina Perilli la rechazó. Por mayoría, se dio por desistido al testigo. La audiencia podía concluir. Pero eso no ocurrió.
Los defensores oficiales de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia se opusieron y pidieron se anulara la decisión. Dieron un argumento extenso y lleno de citas a la doctrina judicial. El debate siguió con la adhesión de los defensores del ex juez Galeano y de Hugo Anzorreguy. Las querellas no se lo esperaban y pidieron veinte minutos para preparar su justificación.
Tras un cuarto intermedio, la Fiscalía y el resto de las querellas rechazaron el pedido de nulidad de la defensa. “Podían haber implementado otros recursos para oponerse, pero eligieron otro camino y lo hicieron mal. No citaron una sola norma”, argumentó Rodrigo Borda por Memoria Activa. Le siguió Juan Manuel Ubeira, abogado de los ex policías bonaerenses: “Si tanta importancia le dan al testigo, los defensores tendrían que haberlo pedido en su momento pero no lo hicieron”.
Próximos testigos: dos bonaerenses
La audiencia finalizó con la lectura de los nombres Adolfo Vitelli (ex jefe de la policía bonaerense) y Juan Carlos Bretschneider (comisario mayor de la bonaerense), los próximos en declarar. Queda pendiente para el jueves la decisión del tribunal sobre Hugo Pérez.
Ilustraciones: Mirta Rosenberg, integrante de Dibujos Urgentes en el Juicio de encubrimiento del Atentado a la Amia, Tribunales Federales de Retiro, 2015 – 2016.
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