Ayer la viuda y la hermana del inspector Claudio Araya (Brigada de Lanús), que estuvo más de seis años preso por el atentado, hablaron de presiones del juzgado para que involucrara a Ribelli. También declaró como testigo el ex sargento Manuel García (Brigada de Vicente López).
En 1994, Claudio Araya era inspector en la Brigada de Investigaciones de Lanús. Desde esa dependencia participó en una detención a Carlos Telleldín previa al atentado a la AMIA. Telleldín fue el último poseedor conocido de la camioneta cuyo motor fue encontrado entre los escombros. Ayer la esposa de Araya, Alexandra De Leone, fue la primera en declarar en la audiencia número 28 del juicio oral y público por encubrimiento del atentado. La mujer contó ante el Tribunal Oral Federal N°2 que en 1996, cuando su marido fue detenido, “no sabía qué hacer. No tenía trabajo y debía cuidar a mis hijas chiquitas”. Y recordó que en aquel momento vendió su casa y su auto para pagar a los abogados.
Según su testimonio, Araya era constantemente interrogado en el juzgado del entonces juez Juan José Galeano -hoy en el banquillo de los acusados- sobre su vínculo con el comisario Juan José Ribelli. A esa altura, Ribelli ya estaba privado de su libertad y Galeano lo señalaba como la cabeza de la conexión local. “Claudio se enojó mucho cuando lo detuvieron. Le gritó a los secretarios y éstos lo maltrataron y le dijeron ‘cagón’ porque se negaba a declarar lo que ellos querían”, señaló Alexandra.
Después, fue el turno de Jaqueline Araya, hermana del ex policía. Declaró por videoconferencia desde la provincia de Córdoba, donde vive desde la muerte de Claudio. Jaqueline contó que ella y su iban con frecuencia a la cárcel y al juzgado del ex juez Galeano. “Fuimos incontables veces al juzgado. Algunos meses fuimos todos los días a reclamar por la inocencia de mi hermano”, dijo a lo largo de su relato. Su testimonio se puntuó con varias pausas, porque en más de una oportunidad la emoción le impidió continuar con el relato.
La hermana del policía fallecido contó que después de mucho insistir, ella y su cuñada lograron que Galeano las recibiera. Y cuando lo hizo, en palabras de Jaqueline: “escuchaba como si no le importara. Como si fuéramos un ruido molesto”. En esa reunión, las mujeres le pidieron al ex juez por la libertad de Araya. Según recordó antes Alexandra, el magistrado les contestó: “La culpa es de tu marido por haber trabajado con gente con la que no tenía que meterse”.
¿Traslado a cambio de declaración?
Jaqueline recordó ayer que a su hermano, tanto ella como su esposa lo mantenían informado sobre los trámites y las charlas que mantenían. La negociación para su traslado (a una unidad con mejor atención médica) “fue lo único en seis años y medio de detención que no le dijimos”, contó Jaqueline. Se refería a las tratativas que las mujeres entablaron con el secretario del juzgado, Javier De Gamas, para que Araya fuera trasladado a otra cárcel. Su salud estaba muy deteriorada y en la de Caseros no le proveían medicamentos. “De Gamas dijo que lo iban a trasladar, pero con la condición de que Araya declarara de nuevo”, recordó Alexandra.
Esas conversaciones, contaron ayer, fueron organizadas por Marta Parascándalo, abogada de Alejandro Burguete, el policía que había obtenido la libertad tras declarar en contra de Ribelli. El 30 de marzo, la Cámara Criminal y Correccional Federal confirmó el procesamiento de Marta Parascándalo y otros imputados por extorsión, un delito enmarcado en el plan global de encubrimiento del atentado
Las mujeres consiguieron el traslado. Pero al enterarse, Claudio Araya estalló de enojo. “Nos dijo literalmente que habíamos negociado con el diablo y que él no iba a declarar mentiras. Después nos dimos cuenta que tenía razón”, contó Jaqueline.
“El juez quería que le dijera todo sobre Ribelli”
“Homicidios múltiples agravados por odio racial, se me imputada. No me lo olvido más eso”, dijo ayer Manuel García al tribunal. Al momento del atentado, trabajaba en la Brigada de Investigaciones de Vicente López. Había participado, según contó, de un intento de detención a Telleldín, razón por la cual fue arrestado. “Me llamó la atención que me trataran como a un detenido más, cuando me habían dicho. justamente, que yo iba a declarar en calidad de testigo”, dijo el ex policía, que también denunció maltratos. Durante dos días, permaneció incomunicado y en un calabozo en Tribunales, esperando lo llamaran a declarar en el juzgado de Galeano. “El juez quería que le dijera todo sobre Ribelli, pero yo apenas lo conocía y no le dije nada”, expresó.
Próxima audiencia
A las audiencias de los jueves del juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA, ahora se suman cada dos semanas las de los lunes. La próxima será este jueves 14 de abril. Está citado a declarar Juan Botegal, abogado vinculado a la Brigada de Vicente López y a Carlos Telleldín.
Dibujos: Eugenia Bekeris, integrante de Dibujos Urgentes en el Juicio de encubrimiento del Atentado a la Amia, Tribunales Federales de Retiro, 2015 – 2016.
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