“Estamos aturdidas pero bien. No podemos ni caminar. Estamos en shock, necesitamos tiempo para recuperarnos, tenéis que entendernos. Estamos agotadas física y psicológicamente. Quiero agradecerle a la gente su colaboración; ahora quiero ver a mi madre”. Las palabras de Jimena Rico, a joven argentino-española que estuvo detenida con su novia egipcia en Estambul, ponía así fin a casi una semana de incertidumbre.
Jimena agradeció en un video el apoyo que recibieron durante el cautivero:
La pareja había estado desaparecida por casi tres días, hasta que Jimena logró hablar con su familia en España para contarles que estaba detenida en una especie centro de detención de migrantes, en Estambul. El motivo: María Jimena estaba intentando rescatar a su novia, una chica egipcia de una familia acomodada que se oponía a su relación.
Ahora, ya fuera de peligro, las chicas planean casarse y pedir que Shaza sea aceptada como refugiada. “Sé que nuestra historia ha llegado a todo el mundo y hemos aprendido que hay personas que lo están pasando mucho peor que nosotros”, dijo Jimena en una conferencia de prensa. “Buscaremos trabajo y queremos quedarnos aquí, a Shaza le sorprende la libertad con la que se puede ir por la calle de la mano con tu pareja”.
La odisea
En el primer audio que difundieron sus amigos, Jimena advertía que estaban en peligro. Fue enviado desde Dubai, donde vive la familia de Shaza. “Esto es rápido: me vine otra vez a Dubai con mi novia porque le mandaron un video falso de que su mamá se estaba muriendo”, cuenta en el audio. “Llegamos hoy, era mentira y nos encerraron en la casa. La quieren literalmente matar, están hablando con las leyes de aquí y la quieren matar”.
“No voy a permitir que la maten”, decía entre lágrimas. “Los padres me sacaron un billete para que me vaya… Cuando me lleven al aeropuerto, ella va a salir corriendo y va a estar una amiga esperándola para ayudarla. No tiene pasaporte para salir, pero vamos a llamar a todas las embajadas para tratar de sacarla del país”.
El plan falló: la familia estaba en el aeropuerto. Jimena mandó otro audio. Estaba desesperada: “El padre se ha presentado aquí con toda la familia, con una abogada y una jueza. Se la han intentado llevar por la fuerza… Estoy detenida… La familia está loca, no se qué voy a hacer…” advertía allí.
Desde entonces, su rastro se perdió: estuvieron desaparecidas hasta que Jimena logró comunicarse desde adentro del centro donde estaban detenidas. “Estamos encerradas con un montón de mujeres. La policía no habla español, se me ríen en la cara Me han quitado todo”, le contó Jimena a la madre cuando logró comunicarse.
“En Arabia Saudí, ser homosexual tiene pena de muerte. En Dubái tiene pena de cárcel”, dijo la madre Jimena a Cosecha Roja. “Mi hija tenía miedo a la familia de Sasha, a quien todavía no conozco. Yo tenía por la vida de las dos”.
Una historia de amor
Jimena estaba en un bar en Londres, trabajaba allí. Shaza y sus dos guardaespaldas estaban en el VIP del bar. Ellos la acompañaban durante sus vacaciones. Fue ahí, en ese bar, en octubre de 2016, donde se conocieron.
Shaza volvió a Dubái y Jimena la fue a visitar. Estuvieron juntas un tiempo hasta que Jimena debió volver a Londres. Entonces Shaza buscó una forma de volver a estar con ella y la encontró: un visado para hacer un máster. Se lo pidió a su padre y él se lo consiguió.
Shaza volvió a Inglaterra con la excusa de estudiar. Desde allí decidió contarle a su familia que estaba enamorada de una mujer y lo hizo.
La reacción de la familia no se hizo esperar. El papá de Shaza le escribió. Le dijo que debía volver a Dubái porque su mamá estaba enferma. Le mandó fotos y un video, en apariencia reales pero trucados en las que se veía a la mujer muriendo. Ese fue el inicio de la trama.
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