Cosecha Roja.-
El profesor de matemáticas Arnaldo Ríos, de 48 años, hacía varios días que no iba a trabajar. Sus compañeros, preocupados, hicieron la denuncia en la Comisaría 19ª. Cuando la policía abrió la puerta de su departamento de Recoleta salió un olor nauseabundo. La vivienda estaba toda revuelta y el profesor estaba tirado en el piso atado de pies y manos. Lo habían matado de un golpe en la cabeza. En un principio se pensó que se trataba de un asalto, pero con el correr de las horas fue cobrando fuerza la posibilidad de que el asesino fuera un taxi boy o un amante.
Arnaldo Ríos tenía 48 años y vivía solo en el 5º piso F de Jean Jaurés 1198, en el barrio porteño de Recoleta. Daba clases de matemática en una escuela. Jueves y viernes, Ríos no fue a trabajar. Tampoco atendió el teléfono durante el fin de semana. Preocupados, sus compañeros hicieron la denuncia en la Comisaría 19ª.
A las 12.30 de ayer, la policía llegó al departamento del profesor y encontró la puerta cerrada con llave. Desde afuera se escuchaba la música prendida. Después de tocar timbre varias veces, buscaron un cerrajero para que abra la puerta. El olor a podrido que salió del departamento llegó hasta la planta baja. El cuerpo del profesor estaba en el piso, completamente vestido y con las manos y los pies atados con ropa. Tenía un fuerte golpe en el costado izquierdo de la cabeza. El departamento estaba todo revuelto, había cosas desparramadas y cajones abiertos. Esto hizo pensar a la policía que se trataba de un asesinato en ocasión de robo. Pero algunas pistas pusieron en duda esta versión. Para los investigadores, la víctima conocía a su asesino, que podría haber sido un un taxi boy o un amante.
Hay indicios de que Ríos le abrió a su agresor. La puerta principal del edificio no se abre con portero eléctrico y la del departamento estaba cerrada con llave y no había sido forzada. El desorden podría ser el resultado de una pelea entre víctima y asesino. Según contaron fuentes judiciales, en el departamento se encontraron objetos de valor.
En el 5º piso de Jean Jaurés 1198 nadie escuchó nada. El profesor solía encerrarse en su departamento con la música fuerte. Tampoco el olor del cuerpo al descomponerse llamó la atención de los vecinos.
La autopsia determinará la manera en que fue asesinado el profesor. En principio se cree que los golpes en la cabeza fueron los que le causaron la muerte. Si bien no se descarta la hipótesis del robo, los investigadores persiguen con mayor fuerza la pista de un crimen pasional: un taxi boy o un amante. “A veces se lo veía entrar al edificio con pibes de aspecto sospechoso”, comentaron algunos de sus vecinos.
La justicia está intentando encontrar elementos que permitan dar con el o los asesinos. Una de las pistas podría venir del análisis de las cámaras de seguridad de los comercios cercanos, ya que las del edificio no graban.
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