Alfredo Astiz es el militar que se infiltró entre las Madres de Plaza de Mayo durante la dictadura. Está condenado, entre otros crímenes, por secuestrar, torturar y hacer desaparecer a dos monjas francesas. y la adolescente sueca Dagmar Hagelin. Ahora enfrenta un nuevo juicio su participación en la ESMA, donde se investigan se investigan 789 hechos. Astiz es uno de los 56 militares acusados por los que el llama ‘supuestos hechos’.
Ayer hizo uso de sus últimas palabras frente al tribunal. Estas son algunas de las cosas que dijo:
-“Nunca voy a pedir perdón por defender a mi patria”.
-“No reconozco a este tribunal ninguna capacidad punitiva sobre mi persona. Me encuentro preparado para recibir otra ilegítima condena, que va a ser como una nueva condecoración”.
-“Si quieren que explique lo que hice, que me juzgue un tribunal militar”.
-“Han aparecido en el sur de nuestro territorio movimientos secesionistas que escudándose en ficticias reivindicaciones ancestrales pretende crear una nación independiente apropiándose de parte de nuestro territorio”
-“El principal problema para los medios de comunicación era si un gendarme tenía una piedra en la mano o no”.
-“Ahora los sesudos pensadores se han dado cuenta que la guerra contra el terrorismo no se gana, es una guerra sin tiempo, únicamente se pueden ganar batallas”.
Luego de infiltrarse en Madres de Plaza de mayo y de participar en varios crímenes de Lesa Humanidad, Astiz fue a la guerra de Malvinas. Su actuación allí fue memorable: a las pocas horas de llegar, se entregó sin disparar un solo tiro. La fotografía del momento en el que firma la rendición es uno de los emblemas de la guerra.
El uniforme que usaba ese día es parte de la colección del Imperial War Museum de Londres. Ya en esa época Suecia y Francia pedían su extradición por las desapariciones de Dagmar Hagelin y de las monjas francesas. Pero Inglaterra lo devolvió a la Argentina.