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Los policías encontraron a Mónica López, de 54 años, y a su hijo de 30 heridos en el piso. A unos pocos metros estaba el cuerpo de Raúl Álvarez, un peón rural de 56 años. En sus manos tenía el hacha con el que unos minutos antes había golpeado en la cabeza a su pareja y el arma calibre 38 con la que le disparó al hijo de ella y con la que después se suicidó.

A las 20.20 del martes los vecinos de España al 200 en Coronel Pringles, al sur de la provincia de Buenos Aires, escucharon gritos y detonaciones y llamaron a la guardia de la Estación de Policía. Mónica y su hijo, Mauro Adrián Tizzano, fueron trasladados a un hospital local y después derivados de urgencia al Hospital Interzonal Dr. José Penna de Bahía Blanca.

Mauro está en grave estado en terapia intensiva. En las próximas horas podrían operarlo para intentar extraer la bala que le quedó alojada en la cabeza. Mónica está internada en la guardia y en los próximos días podría recibir el alta médica.

“Álvarez discutió con su pareja Mónica López y la golpeó en la cabeza con un hacha”, contó un jefe policial de la Estación Comunal de Coronel Pringles. El hijo de ella habría intentado defenderla y él le disparó en la cabeza. “Finalmente, este hombre se quitó la vida con el arma de fuego”, dijo el policía.

La causa quedó en manos de la Ayudantía Fiscal local que depende de la UFIJ Nº 9 del Departamento Judicial de Bahía Blanca.