En los 40 allanamientos ordenados por el juez Ariel Lijo, la Policía Federal secuestró 220 gramos de cocaína, 46 kilos de marihuana, 16.485 dosis de paco (menos de un kilo), 4 bombas molotov, una granada de fragmentación, tres armas y 24 cartuchos de distintos calibres, una prensa, 4 balanzas y 5 teléfonos celulares. Además, 14 personas quedaron detenidas. Los números son simples: en más de la mitad de las casas requisadas no encontraron a nadie. Los vecinos del barrio contaron a Cosecha Roja que el miércoles, un día antes del operativo, los transas con más poder ya estaban avisados y escaparon.
En la Villa 31 y 31 bis hay dos destacamentos de la Policía Federal Argentina que funcionan desde hace un año: uno bajo la autopista Illia y el otro en el barrio San Martín, una de las zonas calientes donde se desarrolló el operativo del jueves a la mañana. Los agentes de los destacamentos son conocidos por los vecinos, caminan de a tres por las calles y algunos están vinculados a los capos del narcomenudeo.
El miércoles a la noche, a los transas de mayor poder en el territorio les llegó la información del operativo. Los 14 detenidos no son los que manejan el narcomenudeo, son los pibes que pagan las consecuencias, como dicen en el barrio. “Mientras los policías entraban a una casa, en la siguiente seguían vendiendo paco”, contó Roberto, un vecino de San Martín.
El jueves a las 8:15 el barrio amaneció con un espectáculo policial. Al frente de las vías del tren, llegaron más de 500 oficiales de las unidades de élites y la División Operaciones Antidrogas Urbanas con armas largas en carros de asalto, hidrantes y un helicóptero. Tres drones vigilaban el perímetro. Horas más tarde llegó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, acompañada por una comitiva de cámaras y periodistas. “Megaoperativo” titularon los medios. Al igual que había pasado con el supuesto “arsenal” que incautaron en febrero, las requisas dieron un resultado pequeño en comparación a las expectativas de la Justicia.
El avance policial respondió a una orden del juez Lijo, que lleva una causa iniciada en 2012. El expediente agrupa menudeo de drogas, tráfico, portación de armas y asesinatos relacionados al narco. El fiscal de la causa, Jorge Di Lello, reconoció a Cosecha Roja que el objetivo no era tanto el allanamiento como “devolver el terreno a la comunidad”. El juzgado dio la orden que los 300 policías se quedaran en la zona.
Hoy los vecinos de San Martín contaron que amanecieron igual que los días anteriores al operativo de la Federal. Los policías que están ahora en la zona son los mismos de los dos destacamentos. “Desde hace tiempo la villa está militarizada y las fuerzas de seguridad suelen estar vinculadas a las actividades delictivas”, dijo Paula Stiven de Mundo Villa.
En diciembre de 2010, la villa tuvo la última ocupación de territorio. Más 200 familias tomaron un predio que pertenecía al Ferrocarril San Martín. En plena discusión entre el Gobierno Nacional de Cristina Fernández de Kirchner y la Ciudad Autónoma -gobernada por Mauricio Macri-, el barrio se consolidó y adquirió el nombre del tren que pasa todas las mañanas hacia Retiro. Desde ese momento, dos bandas se disputan el territorio: los peruanos y los paraguayos “Sanpedrinos”. El narcomenudeo es uno de los negocios de las bandas pero no el único. También se dedican a la especulación inmobiliaria, los alquileres y la construcción en la villa.
Hace más de un año, el líder de los Sanpedrinos, Francisco Fouz Acosta, cayó preso. En el barrio lo llamaban Tarzán y tenía un corralón en la Feria, una de las entradas de la Villa 31. Con el líder preso, la banda comenzó una guerra interna. Los vecinos piden confidencialidad para hablar sobre las bandas narcos.
Desde noviembre de 2015, las disputas entre bandas tiene un sólo resultado: los asesinatos de los eslabones más débiles de la cadena, los pequeños transas que en general son adolescentes. En las manzanas 99, 102, 105 y 107, principales sectores del conflicto de las bandas, “aparece un cadáver por semana”. Sólo entre el 26 de diciembre y el 17 de enero hubo cinco asesinatos: encontraron un hombre atado de pies y manos en un contenedor de la manzana 99, un pibe de 16 años, una chica de 26 y dos personas en uno de los pasillos con disparos en el pecho,
“La seguridad en la villa no se hace con más policías, sino con políticas de inclusión educativa y social”, dijo a Cosecha Roja Pablo Zapulla, integrante de la Campaña Contra la Violencia Institucional. Mientras los vecinos se despiertan con intervenciones policiales repentinas, continúa el cierre de los talleres de capacitación. Y el proyecto de urbanizaciòn de las villas de Retiro fue rechazado en la Comisión de Vivienda por la Legislatura Porteña el 15 de septiembre de 2015, cuando Macri todavía era jefe de Gobierno.
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