marihuana cartel

En la adolescencia, Fernanda Macrini tomaba ocho pastillas para combatir la esclerosis múltiple. A veces le costaba hablar y comer, y sufría del dolor. Con el tiempo, se hizo adicta al Klosidol, un analgésico potente, y tuvo un intento de suicidio. Casi se muere de sobredosis. Ahora, a los 30, abandonó esos medicamentos y usa la fitoterapia como tratamiento médico: cultiva plantas de cannabis en la casa. “En el hospital me daban drogas como caramelos; las reemplacé a todas por un porro”, dijo. Fernanda participó de la 14° Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas que organizó la Asociación Civil Intercambios. Allí contó su experiencia en el panel “Tensiones y perspectivas a futuro sobre el uso medicinal del cannabis”.

Valeria Salech es miembro de la organización Mamá Cultiva Argentina. Tiene un hijo de diez años que padece epilepsia refractaria, una enfermedad que afecta el desarrollo cognitivo. El niño vivó dopado con anticonvulsivos recetados por los médicos, hasta que la mamá se animó: “Mi nene era drogadicto hasta que conoció el cannabis. Su recuperación es verdaderamente milagrosa”. Todos los días, Salech prepara un aceite con las flores de la planta. Las macera en alcohol comestible y después las convierte en resina. El efecto analgésico minimiza el dolor, es anticonvulsivo y reduce la agresividad. También protege a las neuronas contra el estrés oxidativo. A pesar de que hace 50 años que se descubrieron los efectos curativos del cannabis, el uso todavía sigue siendo ilegal.

Mamá Cultiva Argentina está integrada por familiares de niños con diversas patologías, no sólo por quienes padecen distintos tipos de epilepsia. Los cannabicultores les enseñaron a lograr sus propias plantaciones; ahora saben que se puede administrar con vaporizadores, cremas, sprays y lociones. “Aprendimos desde el amor y la desesperación”, dijo Salech.

A los tres meses, a Josefina le diagnosticaron el Síndrome de West, una enfermedad poco frecuente que genera alteración cerebral epiléptica. Con tres años, todavía no habla y no puede caminar pero sus papás ven una gran mejoría después de probar con cannabis. Katrina tiene cuatro años. Hasta ahora se alimentaba a través de un botón gástrico y usaba el respirador artificial todo el día. Desde que usa cannabis sonríe y hasta puede ir a fiestas de cumpleaños.

En Mamá Cultiva dicen que los médicos y los políticos les dieron la espalda; los cultivadores no. “Nosotros somos iguales a ellos pero no nos persiguen por fumar. Tienen una conexión maravillosa con la naturaleza. Sin eufemismos, creemos que la prohibición y la criminalización son una violación a los Derechos Humanos”, dijo Salech. Cada día reciben mensajes de otros papás que piden ayuda porque están en la misma situación. Por eso, crearon los “cultivos comunitarios”, para que las familias empiecen a tratar a sus hijos con las plantas que otros padres cultivaron.

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La política prohibicionista impulsada por la mayoría de los gobiernos fue un fracaso. Los prejuicios de las personas nacen de un problema principal: la falta de información. Entre los mitos está el de los efectos nocivos del cannabis en el cuerpo. “Nosotros no encontramos ni una sola contraindicación”, contó Salech. Tampoco genera sobredosis como pasa con algunos medicamentos recetados. Para Fernanda Macrini, es erróneo vincular a la marihuana con el narcotráfico.

Desde Mamá Cultiva creen que aún falta el reconocimiento del Estado, que ayudaría a blanquear el uso medicinal y la regulación responsable del cannabis. “Estamos esposados por nuestras propias leyes. Si hablamos de perspectivas a futuro, tenemos que avanzar en la acción. El crimen es permanecer indiferentes”, dijo Ana María Nicora, fundadora de Cannabis Medicinal de Argentina (CAMEDA). El artículo 19 de la Constitución Nacional explicita que las acciones privadas de los hombres que no perjudiquen a un tercero están exentas de la autoridad de los magistrados.

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General Lamadrid es un pequeño pueblo 500 km al sudeste de la provincia de Buenos Aires. El intendente, Martín Randazzo, encabezó un proyecto político para cambiar el paradigma entre médicos y pacientes. Cuentan con lugares y profesionales para brindar un servicio oncológico con cannabis. El miércoles pasado hubo una audiencia pública de la Comisión de Salud en el Congreso de la Nación en la se habló de mejorar la vida de los pacientes. Médicos y abogados debatieron sobre proyectos de ley que plantean la despenalización. “De a poco vamos generando conciencia en la comunidad, vamos a trascender”, dijo Randazzo ante el auditorio del encuentro organizado por Intercambios.

El presidente de la Comisión para la Prevención de Adicciones y Control de Narcotráfico de la Cámara de Diputados, Alejandro Abraham, habló en la apertura de la Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas. Hizo hincapié en la necesidad de la despenalización del consumo de sustancias, en no criminalización del adicto: “Podemos ir dando pasos adelante entendiendo que quien consume no es un delincuente, y a quien tiene un problema de consumo se le suma un problema legal”.

El panel “La reducción de daños frente a los nuevos escenarios” estuvo integrado por oradores de países latinoamericanos. El análisis giró en torno al cuidado de la salud de los usuarios y no a la preocupación por el uso de drogas. La Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) fue otro los ejes centrales. “Casi se afianza el statu quo con políticas prohibicionistas, pero se rompió el consenso. Nos obliga a una discusión más fuerte y nos invita a buscar nuevas soluciones”, concluyó Alberto Stella, coordinador del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida.