Cosecha Roja.-
Daniel Orlando Danese Benítez se fugó esta madrugada de la Unidad 9 de La Plata. Tiene 23 años y una condena por 38. La policía informó que dobló las rejas y colgó una soga por el muro perimetral. Pese al “operativo cerrojo”, todavía no fue recapturado. A Benítez lo habían sentenciado en 2011 por su participación como “campana” en el asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea y otras diez causas penales (seis en San Martín y cinco en San Isidro). Por el caso, salieron de abajo de la alfombra las organizaciones policiales bonaerenses que reclutan pibes para hacerlos delinquir.
El crimen -mediatizado como- “del ingeniero” fue un intento de robo en 2008 en una casa de Acassuso. “La banda del Kitu” mató de cuatro balazos al padre de 46 años e hirió al hijo que, cuentan, quiso defenderlo. Desde entonces, llegó para quedarse el debate sobre la edad de imputabilidad: todos los integrantes de la banda -menos Daniel- eran menores. Por eso Daniel fue el primero en recibir una sentencia, por eso lo juzgaron solo en el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de San Isidro y, no por eso sino por la Ley Blumberg de 2004, se sumaron las penas y le dio como resultado treinta y ocho años.
Los otros tres participantes -Brian, Chuna y Kitu- fueron carne de cañón para los medios y para quienes pedían -y piden- bajar la edad de imputabilidad. Hubo una campaña mediática en la que se reprodujo un video infinitas veces en el que aparecían robando y los escracharon con fotos en todos lados, revista Gente incluida. En el caso de Brian, su abogada Florencia Arietto denunció que no había pruebas y que “se lo imputa por ser pobre, niño y vivir en un barrio humilde”.
“Todos los días me ponían una pistola para dejarme en cana. Si no les daba plata, me dejaban re en cana”, dijo el Kitu en una cámara oculta que le hicieron cuando ya estaba preso. Se refería a su vínculo con la policía de Villegas, en Ciudad Evita. La banda de jóvenes de La Matanza asaltaba casas de zona norte forzando los pestillos de las puertas con tarjetas o cualquier plástico y, se presume, eran enviados por la policía que los llevaba desde la villa a zona norte para delinquir.
Un año después, el 31 de enero de 2009, desapareció Luciano Arruga por negarse a salir a robar para la policía. “Ese año hicimos una presentación judicial con 28 casos con indicios de reclutamientos de pibes por parte de las Fuerzas de Seguridad”, contó a Cosecha Roja el juez Luis Arias. El entonces Ministro de Seguridad de la Provincia, Carlos Stornelli, lo negó. Pero a fines de 2009 y antes de renunciar, lo reconoció y denunció. “La causa quedó en la nada”, dijo Arias.
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