Cosecha Roja.-
La investigación del caso Candela tomó un nuevo rumbo. La declaración de un testigo de identidad reservada fue incorporada al expediente judicial. En base a este testimonio, el fiscal investiga una posible venganza narco. Esta es la hipótesis principal del informe de la Comisión Bicameral, que pidió el juicio político a los fiscales Guillermo Nieva Woodgate y Marcelo Tavolaro y al juez Alfredo Meade.
El 22 de agosto de 2010 a las tres y media de la tarde, Candela Sol Rodríguez, de 11 años, salió de su casa en el partido de Hurlingam, provincia de Buenos Aires. Según la versión del testigo de identidad reservada, a unas pocas cuadras de la casa dos hombres la subieron a una Chevrolet Meriva. La primera noche habría dormido en una casilla de madera en San Martín. La orden que tenían los secuestradores era de mantener a la nena alimentada y bien cuidada por unos días.
A las cinco de la tarde, el celular de Candela emitió su última señal. Fue en Villa Korea, en el partido de San Martín, un punto clave en el conurbano para la compra y distribución de droga. Las familias de Alfredo Rodríguez y Carola Labrador, los padres de la nena, provienen de ese barrio. “Los conflictos penales del padre se ubican en esa zona, como también las personas relacionadas con él y su actividad”, dice el informe presentado por la Comisión Bicameral de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. En él solicitan el juicio político al juez Alfredo Meade y a los fiscales Guillermo Nieva Woodgate y Marcelo Tavolaro por incumplimiento de los deberes de su cargo.
Según cuenta la periodista Candelaria Schamun, que acaba de publicar el libro “Cordero de Dios. El Caso Candela”, el trabajo habría sido encargado por un capo narco de San Martín. Una venganza hacia algún miembro de la familia de Candela que habría participado de un robo de 150 kilos de cocaína de máxima pureza conocida como “alita de mosca”.
El informe de la Comisión plantea que hubo “indicadores precisos que apuntaron desde el primer día hacia San Martín”. Los fiscales Marcelo Tavolaro y Federico Nieva Woodgate y el juez Alfredo Meade dejaron en manos de la policía la investigación, que realizó numerosos allanamientos en Hurlingam y descartó la pista de San Martín.
El fiscal Tavolaro siguió la pista de una “venganza convencional”. “La realidad, tanto como el sentido común”, dice el dictamen de la Comisión, “indican que se trata de un claro Secuestro Extorsivo, y que por ende debió declinar la competencia para que siguiera instruyendo la Justicia Federal, temperamento que no adoptó y que tampoco fue ordenado por su Superior el Dr. Nieva Woodgate, cabeza del Ministerio Público, completando el error al expedirse el Dr. Alfredo Meade, tampoco analizó siquiera esta situación de derecho, por lo que deberán responder”.
Previo al pedido de juicio político, la Comisión investigadora del Senado concluyó que “el asesinato de Candela está vinculado al narcotráfico, que tanto el cautiverio como el asesinato ocurrieron en San Martín y que existe vinculación entre los grupos de narcotráfico que operan en la zona y sectores de la Policía Bonaerense”.
Para ello se basó en tres pistas: el dato de la señal del celular de Candela, los vínculos de la familia con San Martín y el secuestro –un mes antes de la desaparición de la nena- de María Alejandra Romagnoli tía política de Candela. Romagnoli es la mujer de Sandro “Pitufo” Peloso. En su libro, Candelaria Schamun cuenta que, según versiones del barrio, el Pitufo Peloso sería un narco conocido del lugar.
El secuestro de Romagnoli fue un “cortito”. Así se llama a los secuestros fugaces, de no más de dos unos días de cautiverio, donde se cobran importantes rescates en plata fresca y drogas. En la mayoría de los casos, las víctimas no suelen hacer la denuncia. Después del asesinato de Candela hubo otros dos
“Los secuestros de este tipo en San Martín son cotidianos. La pelea es por el territorio. Muchas veces ni siquiera buscan plata. Hay algunas bandas que estarían conformadas por policías bonaerenses. Hay otra banda mixta que secuestraría familiares de narcos”, explicó Schamun.
Al judicializarse el testimonio del testigo reservado, el actual fiscal, Mario Ferrario, empezó a avanzar en la pista del narcosecuestro. El testigo dio los nombres de las personas que habrían mantenido cautiva a la nena y las direcciones donde habría estado.
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