La denuncia por violencia de género contra Ricardo Centurión, el 10 de Boca, parece haber roto un pacto de machos. Algo que no había pasado con los ex Independiente, acusados de violar a la novia de otro jugador y encubrir el abuso. Esta vez, ninguno de sus compañeros de equipo salió a defender a Centurión después de que casi ahorcó y le astilló tres dientes a su novia Melina Tozzi. El técnico tampoco lo dejó pasar y, mientras la justicia define si lo detiene, el club analiza no comprar el pase.
“Es un cambio cultural que están logrando las feministas y el movimiento de mujeres. Los machos vienen rompiendo sus pactos machistas porque no quieren quedar pegados con casos de mujeres golpeadas o muertas. Sí las quieren sometidas pero no golpeadas o muertas”, dijo a Cosecha Roja el psiquiatra Enrique Stola. “¿Cuándo antes íbamos a pensar que un contrato de fútbol podía caer por un tema de violencia machista? Eso lo lograron los movimientos de mujeres”.
Para Paula Rodríguez, autora del libro #NiUnaMenos, en el caso particular de Centurión “no hubo una reacción corporativa, más del estilo de ‘lo quieren perjudicar’, ‘hay que ver si es cierto’, y eso es bueno”. En los clubes de fútbol la violencia machista es “algo conocida y reconocible entre pares. Pienso que hace un tiempito, no mucho, quizás la reacción hubiera sido tapar y esconder al amigo. Esta vez no fue tan así”, dijo a Cosecha Roja.
En el flujo de información, algunos medios sumaron la violencia de género a otros hechos, como si fueran de la misma índole: llegadas tarde, borracheras y otras faltas de disciplina. “La respuesta del técnico Barros Schelotto se diferenció aunque su declaración no fue súper contundente. No lo leyó como una cagada que se mandó el jugador sino como algo condenable y que le podría costar su lugar”, dijo. Sólo el tiempo dirá si eso va a suceder.
Melisa Tozzi es mamá de un nene de diez años y de una nena de cuatro y la semana pasada denunció al jugador Ricardo Centurión por violencia machista. Declaró que la ahorcó y le astilló tres dientes. “Mientras viva no vas a estar con ninguna otra persona”, le dijo. Hoy ella tiene un botón antipánico y carga con los números de los teléfonos celulares de los patrulleros de la zona. Él tiene una orden de restricción perimetral emitida por el juez Marcelo Goldberg y un pedido de detención presentado por el abogado de la mujer en el Juzgado Nro 3 de Quilmes.
Para el fiscal Alejandro Ruggeri, “no hay elementos en la causa en este momento que ameriten que pida la detención”. “No es que no le crea a la denunciante. El tema es a veces de qué manera nosotros podemos demostrar lo que la víctima dice”, dijo a los medios el titular de la UFI 10 de Quilmes, especializada en violencia de género.
“El caso Centurión transparenta la lógica que domina al fútbol. La operación es siempre la misma: si una mujer denuncia por violencia de género a un futbolista, esa mujer busca fama, dinero, es una botinera, una putita”, explicó a Cosecha Roja el periodista de Tiempo Argentino Alejandro Wall.
Muchas veces la denuncia se usa para “ensuciar” al equipo rival. “Si el jugador es de Boca, los de River harán ruido y denunciarán y los de Boca dirán que todo esto es porque son “anti Boca”. Y si el jugador es de River, será al revés. No sólo funciona así por la lógica del fútbol, sino por el mecanismo de la idolatría que busca permeabilizar al superhéroe”, dijo Wall.
Uno de los casos más emblemáticos de denuncias en el fútbol es la del Bambino Veira, acusado por abuso sexual. El año pasado una mujer acusó al ex jugador de Independiente Alexis Zárate por violación y a su compañero Martín Benítez por encubrimiento. “Todo siguió como si nada. Ambos siguieron sus carreras. Y la reacción de la corporación futbolera fue la misma: era una chica buscando fama. La víctima como culpable”, dijo. Este año, el arquero de Boca también fue denunciado por una mujer por violencia de género.
Según el periodista, el caso de Centurión está enrarecido por dos cuestiones: una es la presencia de un abogado denunciante ligado a la barra brava de Boca y la otra, por las actitudes de indisciplina de Centurión. “Los antecedentes del abogado no debieran ser excusa para minimizar la denuncia. Y la indisciplina de Centurión no debiera mezclarse con una denuncia de violencia de género, que revierte una gravedad mayor que una llegada tarde o una salida con amigos pasada de alcohol”, dijo.
La denuncia explotó en los medios y el director técnico de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, tuvo que hablar: “Hay temas que tienen que ver con mi responsabilidad y en eso el equipo se ha comportado muy bien. Pero hemos tenido algunos problemas fuera del club, en el plano privado que no debieran suceder cuando uno representa a esta institución o a cualquier otra del fútbol argentino. Lamentablemente han sucedido. Desde la parte humana acompañamos y tratamos de solucionar cualquier evento que nos llegue a suceder y en este caso por naturaleza estamos en contra de cualquier hecho de violencia. He hablado algo con Ricardo y nos debemos una charla para más adelante”.
El abogado de Centurión, Mariano Cúneo Libarona, funcionó como defensor perfecto del macho violento. Para él, no parece ser un tema de violencia contra las mujeres. “No estamos hablando ni de que la quemó, ni de que le pegó con un arma, un fierro o algo por el estilo. Es una viva que solo quiere dinero”, dijo a los medios.
Como respuesta a la denuncia, Tozzi recibió un botón antipánico. No era la primera vez que era víctima de violencia machista: entre octubre de 2016 y el 20 de mayo Centurión le dejó lesiones en la cara y en el cuello.
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