Los medios hablaron del allanamiento ala inmobiliaria El Sheik, en el barrio de Congreso, porque adentro encontraron 3 millones de pesos, armas y propaganda nazi. Detrás de eso, hay cientos de familias estafadas y condenadas a vivir en condiciones de hacinamiento durante años. Muchas de ellas en conventillos al borde del derrumbe. O del incendio, cómo pasó en la calle Lamadrid.
Maria Eugenia Abregú – Abogada.-
En 2012 me llama el marido de una clienta. Con mucho esfuerzo habían logrado alquilar un departamentito en un conventillo de la Boca, antes vivía toda la familia en una habitación porque a pesar que los dos trabajaban y trabajan en relación de dependencia no tenían quién les saliera de garante, entonces no podían acceder más que a un cuarto en un hotel de mala muerte por el que pagaban lo mismo que un alquiler de un departamento de dos o tres ambientes, siempre y cuando tengas garantía.
Si bien hasta acá era una linda historia resulta que muy poco tiempo después de alquilar empezaron los problemas. Filtraciones de materia fecal, desprendimiento de mampostería y otros miles de desperfectos inimaginables para los que siempre tuvimos un techo digno sobre nuestras cabezas.
Ahí viene el llamado a mi, porque “el dueño” no quería hacerse cargo de los arreglos y tampoco quería descontarle el alquiler para que ellos pudieran arreglar.
Hicimos una constatación en la vivienda con una escribana y un ingeniero y no se dan una idea lo que era ese lugar. La entrada al conventillo tenía un agujero en el piso semi tapado con un tablón, vidrios rotos en las ventanas, goteras en las instalaciones eléctricas e infinidad de otros desperfectos.
Le dije a mis clientes que no pagarán más el alquiler, fuimos a mediación y “el dueño” no quiso hacer ningún arreglo, claro todas las familias que vivían ahí, porque había varios departamentos, eran unos negros de mierda (eso dijo él).
Mis clientes se esforzaron mucho para arreglar el lugar lo mejor que pudieron y siguieron sin pagar el alquiler. Averiguamos que “el dueño” no era el dueño y que hacía lo mismo en la zona de la Boca con muchas otras viviendas semi destruidas por las que le cobraba bastante a familias humildes.
El falso dueño es abogado, entonces inicia juicios de desalojo y ejecución de alquileres a troche y moche a todas las familias a las que estafa, hace que les embarguen sueldos y estimo que habrá logrado dejar en la calle a muchísimas personas.
El año pasado el conventillo en el que aún viven mis clientes se incendió por falta de mantenimiento en las instalaciones eléctricas. Las familias que vivían en el fondo perdieron absolutamente todo lo que tenían, de milagro no murió nadie.
Como la gente no tenía a donde irse siguieron viviendo en el lugar en carpas, sí, como lo lees, en carpas. Durante un tiempo , después del incendio, el falso dueño no fue más, pero después volvió a cobrarles el alquiler a las familias que vivían en carpas…
A mis clientes, el falso dueño les inició juicio por desalojo y ejecución de alquileres, pero como es un pésimo abogado ya conseguí que declaren dos veces la nulidad de las notificaciones que intenta efectuarles. Considera que como se trata de familias humildes no van a poder defenderse y presenta unas demandas de cuarta con las que seguramente habrá tenido buenos resultados en el pasado.
Ayer allanaron la inmobiliaria del “dueño”, le secuestraron 3 millones de pesos en efectivo, armas, municiones, DNI que no eran de los empleados y hasta propaganda nazi, sí, propaganda nazi.
El “dueño” está detenido acusado de estafa reiteradas, falsificación de documentos, usurpación, lavado de activos y ya veremos cuantos delitos más.
Eso sí en la vidriera de la inmobiliaria tenía pegada una imagen del papa y de la virgencita de Luján.