Hace seis meses que Brisa, de tres años, no ve a su mamá. Maira Benítez está desaparecida. Ahora la cuida su abuela Antonia Leiva. El domingo a la noche corrieron a la guardia porque la nena tenía 39 de fiebre y no quería comer. En el hospital le recetaron un lista de remedios que ella no puede pagar. Además de cuidar a la nieta y a sus otros hijos, Antonia se cargó al hombro la búsqueda de Maira y la vida en la casa de Villa Ángela, Chaco, cambió.
Maira desapareció el 17 de diciembre. Había salido a bailar con unos amigos y se encontró con Rodrigo Silva, un conocido del barrio. La última vez que la vieron, estaba con Silva y Luis Coria, su primer novio y hermano de su mejor amiga. Ambos la llevaron al campo donde Silva trabajaba. Hoy, los dos están detenidos, imputados por privación ilegítima de la libertad (Coria en grado de coautoría).
Por la desaparición también están detenidos el padre de Rodrigo (por encubrimiento) y Gabriel Cáceres, un amigo al que Silva llamó durante todo el día después de la desaparición de Maira. Las dos veces que Cáceres declaró se contradijo. Además está imputada la novia de Silva, Belén Ledesma, aunque no detenida. “Al otro día de la desaparición de Maira, ella le mandó un mensaje a él diciéndole: decime adónde la llevaste”, contó a Cosecha Roja Antonia Leiva, la mamá de la joven desaparecida.
La causa estuvo desde el comienzo a cargo del fiscal Sergio Ríos. A lo largo de la investigación, la familia de Maira denunció irregularidades. “Tardó dos días en ordenar la búsqueda de mi hija. Les dio tiempo a que hicieran vaya uno a saber qué con ella”, dijo Antonia. El magistrado había ordenado el allanamiento del campo donde trabajaba Silva y de la casa de su patrón, el ex Juez criminalista Eduardo Costa. En ninguno de los procedimientos la policía halló pruebas. Luego de varias denuncias, el fiscal se inhibió de la investigación.
Gisela Oñuk, de la fiscalía N° 1 de Villa Angelina, lleva ahora el caso que tiene cinco imputados y cuatro detenidos. La fiscal ordenó nuevamente el peritaje de la casa y el campo del patrón de Silva, la casa de los padres de Silva y la de Cáceres. Esta vez sí hubo hallazgos gracias a los perros del K9 de Punta Alta, los mismos que buscaron a Daiana y Araceli. “Un día se contactó conmigo una mujer de Furia Feminista y me contó lo de los perros. Con mi abogada le presentamos un escrito a la jueza para que los pidiera”, contó Antonia.
“Hace dos semanas los perros reconocieron la cama del cuarto principal y encontraron un pasamontañas dentro de la mochila del inodoro”, dijo a Cosecha Roja Verónica González, abogada de la familia de Maira. Las pruebas se mandaron a analizar al Instituto de Medicina y Ciencias Forenses del Poder Judicial de Chaco. Los resultados llegarán las próximas semanas.
Los perros también hicieron una rueda de reconocimiento por olor con los imputados. “Se les tiraron encima a Silva y a Cáceres”, contó Antonia.
A seis meses de la desaparición, no hay ningún indicio del paradero de Maira. El 1 de abril cumplió 19 años. No hubo festejos. Fue la primera vez que no compartió con su familia. Brisa también pasó su tercer cumpleaños sin su mamá. “Maira me había dicho que le quería festejar el cumple a la nena. Iba a cobrar la retención de la Asignación Universal por Hijo y la iba a usar para hacerle algo a la Brisa. Chiquito, festejar con unos amigos y nosotros nomás. Pero ella no está y acá todavía todo se siente muy fresco”.
Texto: Julieta Cáceres
Foto de la marcha: Diario Chaco
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