policia de tucuman

La justicia condenó a cinco policías por la muerte de Ismael Lucena, un joven que murió luego de la brutal golpiza por parte de dos agentes en Tucumán. “La familia y las organizaciones estamos contentos porque son cinco condenas a cinco policías. No estábamos seguros de que eso ocurriera”, dijo a Cosecha Roja Lucía Dos Costa, miembro de Andhes, que forma parte de la Mesa de apoyo por la causa de Ismael Lucena.

Mondino, el principal imputado, recibió la pena perpetua y de cumplimiento efectivo. A Montserrat, acusado como coautor, lo absolvieron por el homicidio y lo condenaron a siete años por lesiones graves, abuso de arma de fuego y amenazas. González, acusado por encubrimiento agravado, falsificación de documentos públicos, incumplimiento de deberes de funcionario público y amenazas a Marcelo López, recibió siete años por lesiones, amenazas y encubrimiento. Tejerina y Zelarayan cumplirán tres años de ejecución condicional por encubrimiento e incumplimiento de deberes de funcionario público.

El 12 de mayo los jueces leerán los fundamentos de la pena y es probable que la fiscalía y la querella apelen por la pena de Montserrat: el tribunal no hizo lugar a la coautoría ni a la participación secundaria.

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El jueves desde las 14 se llevó a cabo la última audiencia por el asesinato de Ismael Lucena, un joven de 25 años que murió en una sala de terapia intensiva del hospital Padilla en San Miguel de Tucumán, luego de haber sido víctima de una brutal golpiza por parte de dos policías vestidos de civil. Durante el juicio, se probó que otros tres policías incumplieron sus funciones dejando ir a los responsables, falsificando un acta policial y no brindando auxilio y asistencia a Ismael.

El caso reviste una gravedad institucional espantosa: Ismael y su amigo Marcelo “Pipí” López, dos pibes humildes, trabajadores y sin antecedentes penales, comenzaron a ser perseguidos en horas de la noche por dos hombres vestidos de civil. Sin saber que estos hombres eran policías ni comprender por qué los perseguían, huyeron asustados y su primera reacción fue llamar a la policía. Fueron brutalmente golpeados y luego abandonados sin recibir asistencia médica. Ismael murió como consecuencia de esos golpes y cuando recibió asistencia médica ya era demasiado tarde.

Lucena se ganaba la vida vendiendo flores y plantas en un carrito. Vivía en el barrio Experimental II en Tucumán, y era muy querido por familiares, vecinos y amigos. Gracias al compromiso y al trabajo de la Mesa de apoyo a la causa de Ismael Lucena, este juicio ha tomado notoriedad pública y la causa se ha convertido en un emblema contra la violencia institucional en Tucumán.

La Mesa está conformada por familiares y amigos de Ismael, por los abogados querellantes de la causa judicial, por personas que se solidarizan y comprometen con la causa, así como por un colectivo de organizaciones sociales y de Derechos Humanos de la provincia – La Palta Comunicación Popular, Andhes (Abogados y abogadas del Noroeste argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales), CTA de los Trabajadores, HIJOS, Frente Darío Santillán CN, APDH, La Garganta Poderosa.

La fiscalía y la querella de la causa solicitaron prisión perpetua para los dos policías acusados, Mondino Becero y Antonio Montserrat. También pidieron ocho y seis años para los otros tres policías acusados de encubrimiento. Como sucede con todas las víctimas de la violencia policial, la familia de Ismael, en especial su cuñada Isabel que recorrió Tribunales y oficinas, fue amenazada en reiteradas oportunidades para que no siguieran adelante buscando esclarecer los hechos y exigiendo justicia por Ismael.

Desde la Campaña Nacional contra la violencia institucional dijeron: “Esperamos que los responsables reciban un castigo ejemplar y que este juicio sirva para concientizar al estado y a la sociedad sobre la necesidad de ponerle fin a la brutalidad policial y a la discriminación hacia lxs pibes. Exigimos respeto a las vidas de lxs pibes que como Ismael y tantos otros fueron asesinados o padecen cotidianamente el acoso y el abuso policial”.

Fuente: Campaña Nacional contra la violencia institucional