Foto: El Desconcierto
Lastesis han dicho en distintas ocasiones que no se sienten “heroínas” del movimiento feminista y que nunca previeron todo lo que vendría después su performance “Un violador en tu camino”. Esa intervención que vino a darle fuerza de huracán a la protesta social chilena, cuando algunos ya la pensaban y la querían alicaída. En realidad nadie podía preverlo.
Fue en noviembre -en uno de los meses más duros del estallido social- cuando Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres irrumpieron con ese baile para decir algo de lo que éramos testigos, estábamos escribiendo sobre ello y hasta estábamos sufriéndolo también. Todo eso que nos contaron nuestro padres, todo eso que nunca imaginamos volvería a pasar: la violencia político sexual, las sentadillas de mujeres y niñas desnudadas en las comisarías, las mutilaciones, las torturas. El horror.
Todo eso que hemos visto en medio de la represión que no ha cesado desde el 18 de octubre.
Las feministas se enviaban -nos enviábamos- unas a otras el video de su performance en Valparaíso. Estábamos pasmadas de su coraje, de que pusieran en un canto todo lo que queríamos decir desde siempre, de adolescentes o de niñas. Hasta que comenzaron las versiones de la performance en Santiago, lo que en las mujeres chilenas fue una verdadera catarsis, una ola de arrojo en distintas formas. Cuando muchas pensaban su vivencia como algo individual, se comenzó a hablar de abuso, de esos que se perpetúan en medio del silencio. Esos que están presentes en cada biografía de una hermana, de una amiga, de una madre y hasta de nuestras abuelas. Esas historias que confirman que nacer mujer te condenan al abuso o a la violación.
No era nuestra culpa, era la del heteropatriarcado.
Al final el despertar chileno ya no se puede pensar sin Lastesis, porque el despertar chileno no se puede pensar sin las mujeres, sin la resistencia de todas, sin las miles de jóvenes y adultas que asisten todos los viernes a las marchas, las vecinas solidarias, las mujeres de las barras bravas, las estudiantes (porque ellas también saltaron de las primeras ese bendito torniquete). Mujeres en acciones territoriales en distintas comunas y asambleas. Organizadas en coordinadoras, colectivos y organizaciones barriales.
Según el sitio Wikcionario (menos machista que la RAE) una heroína es alguien ilustre por sus grandes hechos o gestas, asociadas con la valentía, la fuerza moral y la capacidad de enfrentar el peligro o la adversidad en bien de otros.
“Grandes gestas”, “valentía”. No dejo de pensar en la valentía de Lastesis y en la de tantas mujeres que siguen luchando en Chile. (Porque no se olviden de que acá todo sigue igual). Finalmente este canto ha sido interpretado por miles de mujeres en el mundo. Me emocionaba cada vez que veía y escuchaba en otro idioma esa sinfonía que puede curar. Ya veo a las compañeras argentinas interpretando ese himno este 19F donde volverán a la Plaza del Congreso y a las plazas de todo el país para reclamar que se garantice el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Espero que Lastesis les otorgue la misma fuerza que nos inyectó a nosotras. La fuerza de lo fraterno, la fuerza de gritar o cantar lo que queremos cambiar: nuestra libertad comprometida y las estructuras que normalizan la crueldad salvaje que existe hacia nosotras. Ya lo dijeron estas cuatro chicas, ya lo dijeron tantas otras mujeres: La revolución feminista es la más necesaria de la historia. Y este grito de guerra también es de ustedes.