Waldo Cebrero – Cosecha Roja.-
Muchas veces Facundo Rivera Alegre, “El rubio del pasaje”, había subido al escenario a tocar el piano con su cantante favorito, el cuartetero Damián Córdoba. Aunque, dice sus amigos, más le gustaba estar abajo, “agitando con los muchachos” de su grupo Pura K-ravana, con la que soñaba hacerse famoso. Ahora, hace tres meses que Facundo no aparece por el baile. Lo vieron salir de uno la madrugada del 19 de febrero y ya nadie supo más de él.
En su casa –en un pasaje estrecho de barrio Junior, en Córdoba capital– lo esperan su mamá Viviana, su hija Rocío y Palermo, su perro. La última vez que Viviana Alegre vio a su hijo fue el sábado 18 de febrero. Fue un día rutinario, igual a tantos: hicieron compras, tomaron mates, se dijeron cosas intrascendentes, cotidianas. Nada que sonara a despedida.
A la noche Facundo le anunció que iría al Estadio del Centro. Esa noche tocaba su ídolo, Damián Córdoba, la nueva promesa del cuarteto. Viviana asintió y se quedó limpiando. No había motivos para ver en eso una amenaza. Lo vio arreglarse – remera verde a rayas, jean azul, zapatillas blancas, una gorra cubriéndole el pelo platinado– y salir con tres amigos. No volvió a verlo.
–Ahora no puedo dormir. Me levanto a oler su ropa, miro sus camperas y pienso en el frío que estará pasando.
A veces Viviana cree –quiere creer– que Facundo está por ahí, perdido. Otras, sospecha que su hijo fue víctima dela Policía.
– Para mí Facu ya no está en este mundo. Para mí lo levantaron, como hacían siempre, se zarparon con los golpes, y ahora no saben cómo zafar ¿Pero dónde está su cuerpo? ¿Qué le hicieron? ¿Quién, si no esla Policía, puede desaparecer a alguien?
El 12 de marzo Facundo hubiera cumplido 20 años. Por su pelo teñido, en el ambiente del cuarteto y en el barrio todos le decían el “Rubio del pasaje”. A su corta edad conocía en carne propia, como tantos otros chicos, del hostigamiento policial: “La última navidad, salió sin documentos y lo llevaron ala UCA (Unidad de Contención del Aprehendido). Esa vez le pegaron. El 9 de enero, cuando volvía de un baile, otra vez lo levantaron. Más de dos semanas le duraron los hematomas en el cuerpo y hasta tenía en la espalda las marcas de los borceguíes. Así fue desde que era chiquito”, dice Viviana. Por eso cuando no volvió ese domingo, ella lo buscó por varias comisarías. Pero nada. Al día siguiente radicó la denuncia.
El 18 de febrero Facundo dejó su celular en su casa. Se sabe que esa noche estuvo en el baile. Se dijo que a la salida fue a tomar el colectivo para volver a su casa. Alguien dijo ala Policíaque subió al interno E2. Otro testigo, que lo vio caminar por Colón hasta Cañada.
Cada jueves, varias organizaciones de derechos humanos, con Viviana a la cabeza, marchan en reclamo por su aparición. El sábado 19, cuando se cumplieron tres meses, organizaron un festival enla Plaza Colón, a dos cuadras dela Central de Policía. Denunciaron que Facundo está “desaparecido víctima del código de faltas”. Ese habría sido el último lugar donde el “Rubio del pasaje” fue visto con vida por última vez, cuando era detenido por tres uniformados.
Miedo
-Hay gente que vio. A mí me ha llegado. Hay gente que sabe que esa noche hubo golpiza policial. Yo sé que hay temor, por algo no hablan–, dice Viviana.
Ella sólo lo sugiere. Su abogada, Gloria Rodríguez Ruiz, confirmó que hay dos chicas que dicen haber visto a tres policías jóvenes golpeando al “Rubio” esa madrugada, en la calle Avellaneda, entre Colón y Santa Rosa (cerca de la plaza Colón), “frente a la pizzería Davinci”. Una de las testigos es conocida de Facundo. Las chicas le contaron lo sucedido a Viviana, pero por temor, no se atrevían declarar. Semanas atrás el fiscal del Distrito 1 torno 5, Alejandro Moyano, se comprometió a tomarlos recaudos necesarios para que las testigos puedan contar lo que vieron. “Será con identidad reservada, pero que las llamen urgente”, concluyo Rodríguez Ruiz.
Sucede que cuando Viviana dice “temor” habla de algo que ella también siente: el lunes 20 alguien llamó al celular de Facundo y le advirtió que no lo vería más. Ahora se sabe que fue una broma de mal gusto. Pero al tiempo, en el facebook del “Rubio” aparecieron comentarios afirmando que había sido “boleteado”. Luego desaparecieron.
–Es que el facebook también está intervenido por la cana–, afirma.
Hasta ahora las hipótesis de los investigadores son débiles: mencionaron un posible enfrentamiento entre bandas del ambiente del cuarteto, sugirieron que Facundo se fue por su propia voluntad –así, sin llevarse nada, ni documentos, ni ropa– a Brasil (donde vive su hermano) o España (donde está su padre) y hasta hablaron de una red de tráfico de órganos.
–Están tirando la pelota afuera. Pero el problema está acá. El problema es que el Fiscal Moyano no da la cara y (el ministro de seguridad) Alejo Paredes ha demostrado que no me puede ayudar.
De tanto insistir, Viviana llegó al Gobierno provincial. A fines de abril fue recibida enla Central de Policía por Paredes y por la ministra de Justicia Graciela Chayep. Allí le mostraron las filmaciones de –según Paredes– la “única cámara que existe entre el Estadio del Centro yla Cañada, por Colón”, instalada justo en esa esquina. Entre las 5,15 y las 7 de la madrugada del domingo 19 Facundo no aparece. Es decir: ala Cañadanunca llegó por sus medios. “Las filmación muestra sólo una vereda. Se ve pasar a tres policías jóvenes y a un móvil, lo que fortalece la versión de las testigos. Lo llamativo es que no haya más cámaras cerca dela Central”, ironiza Rodríguez Ruiz.
Viviana siente bronca. Ella esperaba que esa reunión acelerara la investigación. Pero en la fiscalía de Moyano, Facundo sigue siendo solo un “sumario”, es decir que no es él quien investiga sino un secretario. “Todavía no hay una causa. No hay huellas a seguir. Ni siquiera nos han brindado los nombres del personal que estuvo de guardia, ni se hicieron peritajes sobre los móviles de esa noche”, protesta la abogada.
–Paredes me prometió seguridad, y en lugar de mandarme a miembros de Protección a Testigos, puso frente a mi casa policías dela Comisaría6°. En ese lugar Facundo estuvo detenido muchas veces por contravenciones, está loco, ni eso puede hacer bien.
En Abril, Viviana Alegre llevó su reclamo al Ministerio de Justicia dela Nación. Desde entonces, Facundo es buscado en todos los hospitales y cárceles del país. En su viaje a Buenos Aires también se reunió con la familia de Luciano Arruga, el chico de 16 años que fue visto por última vez en la comisaría de Lomas del Mirador.
La madrugada del 19 de febrero, en el Estadio del Centro repleto, Facundo cantó y bailó los temas de Damián Córdoba a pocos metros del escenario. “Yo fui a dos bailes de Damián –cuenta Viviana– y él me dijo que esa noche lo vio y le hizo seña desde arriba, se saludaron”. Cando la fiesta terminó, Facundo se sacó fotos con los músicos, y se fue.
El sábado 19, en el festival organizado en reclamo por su aparición, su compañeros de la banda Pura K-ravana decidieron no asistir.
-No tenemos nada que festejar- se excusaron.
Sus cuartetos ya no suenan tan festivos.
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