valizas lola

Cosecha Roja.-

Antes de morir Lola Chomnalez caminó casi cinco kilómetros desde la casa de la madrina hasta el lugar en el que la encontraron muerta. La adolescente argentina veraneaba en el balneario uruguayo Barra de Valizas. El domingo 28 de diciembre salió a caminar y no volvió más. El cuerpo apareció dos días después, enterrado entre las dunas, con signos de asfixia y lesiones de una arma cortante. Lo encontró un artesano del lugar que desde ayer está detenido por otra causa: tenía 75 plantas de marihuana de más de dos metros de altura en su casa.

El hombre – llamado Ricardo- había declarado que siguió las huellas humanas sobre los médanos y así llegó hasta el cadáver. Según el sitio Subrayo, el hijo conoció a Lola en el toque de tambores del sábado anterior a la desaparición y estuvo con el padre cuando la encontraron. Ayer la policía lo detuvo por “tenencia de estupefacientes” y hoy debía declarar ante la jueza Silvia Urioste. En Uruguay el estado regula el mercado de cannabis y la legislación permite un cultivo doméstico de hasta seis plantas por casa.

Esta mañana le hicieron una pericia psiquiátrica a un joven oriundo de Aguas Dulces, que fue interrogado por la jueza y liberado esta tarde. Mientras, los investigadores esperan el cotejo del ADN de los testigos y sospechosos que declararon en los últimos días con los datos genéticos hallados en las pertenencias de la adolescente. “Ahora creo que estamos más cerca de la verdad”, dijo a Télam el abogado de la familia Chomnalez, Jorge Barrera.

La jueza dirigió ayer la reconstrucción del trayecto que hizo la adolescente desde la casa de la madrina hasta el lugar donde hallaron el cuerpo: Lola caminó 4800 metros por la playa, entre Valizas y Aguas Dulces. Todo el recorrido estuvo cronometrado y la policía hizo varios allanamientos y citó a declarar a posibles testigos del caso.

La semana pasada, cuando asumió Urioste en la causa, los investigadores encontraron la mochila Jansport rosa que llevaba la adolescente el día que desapareció. Estaba enterrada muy cerca de donde apareció el cuerpo. Adentro Lola tenía un pareo, un libro de Julio Cortázar que estaba leyendo, los documentos y 2500 pesos uruguayos, que faltaban. Los resultados de los exámenes realizados en las pertenencias de Chomnalez se cotejarán con las muestras tomadas a todos los sospechosos que declararon y se mantendrán en reserva.

Por el crimen diez personas estuvieron detenidas y fueron indagadas por la primera jueza de la causa, Marcela López. Entre ellas estuvieron la madrina de Lola, Claudia Fernández; la pareja de ésta, Hernán Tuzinkevich; y un albañil apodado “Conejo”: el rostro se parecía inicialmente a un identikit elaborado por testigos que vieron a un sospechoso en el lugar del hecho. Sin embargo, ninguno pudo identificarlo en la rueda de reconocimiento y el albañil fue liberado porque no había otras evidencias en su contra.

El cuerpo de Lola apareció después de dos días de búsqueda, el 30 de diciembre. Estaba enterrado en posición fetal, sin signos de abuso sexual, en un sector de dunas, muy cerca de donde la vieron por última vez. La familia viajó a Uruguay e identificó el cadáver. Los peritos que hicieron la autopsia dijeron que murió por asfixia y que tenía lesiones con un arma cortante. Lola fue enterrada en el cementerio de la Recoleta.

Para buscarla la policía local montó un operativo de 400 oficiales, un helicóptero y perros rastreadores. La investigación estuvo centrada en un área de pinares cerca del mar que no es muy frecuentada por turistas. El cuerpo apareció enterrado a 200 metros de la orilla y a 400 de donde la vieron a Lola por última vez. Estaba “tapado con arena” y no llevaba “mucho tiempo” en esa posición.

Barra de Valizas es un lugar de arena fina y clara que no mide más de 40 manzanas. Queda cerca de Cabo Polonio, en el departamento de Rocha. Algunos se animan a unir las dos localidades caminando: son horas de atravesar médanos.

Foto: josebonilladiary.blogspot.com.ar