Yanina - Facundo NívoloJuliana Mendoza – Cosecha Roja.-

A las 12.10 se escucharon los primeros bombos: “Nos tocan a una, respondemos todas”. Las militantes hacían el aguante mientras en el tercer piso de los tribunales de San Isidro los jueces leían la sentencia que absolvió y liberó a Yanina González. La habían acusado de abandono de persona seguido de muerte de “Lulú”, pero su hija de dos años falleció por los golpes de la ex pareja Alejandro Fernández. El reclamo duró poco: en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Nº2 todos aplaudieron. En el pasillo las cámaras retrataron lágrimas y abrazos. La joven de 23 años, que media hora antes tenía mala cara por un dolor de muelas, ahora sonreía y recibía besos de sus compañeras. Cuando la noticia llegó a las militantes que esperaban en la puerta, comenzó el festejo: “Hasta Fernández preso no paramos”.

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Yanina Gonzalez - Facundo Nívolo

Antes de la audiencia, Yanina estaba acodada en una ventana del tercer piso de Tribunales. Se la veía molesta, pero no era por la sentencia. Por ese tema estaba tranquila y confiada de que todo iba a salir bien: “El juez del medio me dijo que me iba a absolver”, dijo a Cosecha Roja. El problema era un dolor de muelas que la molestaba desde el domingo: “Ahora las chicas me van a traer algo”. Las “chicas” eran las cientos de militantes que estaban en la esquina de Acassuso e Ituzaingó con pancartas pidiendo por la libertad de la joven de 23 años. Más de veinte policías y dos vallas aislaban el reclamo.

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Nadie confiaba en que el tribunal iba a resolver a favor de Yanina. La representante de la Fiscalía Especializada en Violencia de Género de Pilar, Carolina Carballido Catalayud, la había imputado por abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo, y la semana pasada pidió 7 años y 6 meses para la joven. “La fiscal de género nunca pensó que fuera víctima de esa violencia”, dijo la abogada defensora Gabriela Conder después de la lectura de la sentencia.

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Durante el juicio, los integrantes Gallo Rojo, los primeros que acompañaron a Yanina, contaron la historia de violencia de la que fue víctima: cómo sufría, cómo la ayudaron a separarse de Ricardo Ortíz (el papá de Lulú) y cómo había sido abusada por el padre.

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El 12 de junio de 2014, la fiscal inició una causa paralela por homicidio en contra de Alejandro Fernández que excluía la condena por la que estaban acusando a la joven. No sólo eso, en el juicio de Yanina, llamó como testigo principal a Fernández, que declaró que Lulú había vuelto golpeada de la casa de su papá biológico. “La fiscal cometió un delito de fraude procesal: esas causas no pueden ir separadas y esto se lo ocultó al juez, no sólo a la defensa”, dijo Conder a la prensa. Carballido Catalayud tampoco tuvo en cuenta el retraso madurativo que tenía Yanina, y dijo que solamente era “tímida”.

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A pesar de todas las faltas al debido proceso, el Tribunal no consideró que la fiscal haya cometido un delito. En la esquina, las militantes repartieron una carta que insultaba el accionar de la funcionaria judicial. Conder dijo que va a seguir investigando. Ahora su preocupación principal es otra: “Más allá de la alegría por la absolución, la causa contra Fernández sigue”. Ayer se confirmó la apelación para participar como principal damnificado que antes le habían negado por la imputación que tenía Yanina.

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Luego de la sentencia, a Yanina le sacaron la pulsera del arresto domiciliario. La fiscalía no le había permitido ir al velorio de su hija: hoy, por fin, va a poder visitar a Lulú.

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Él quería tener relaciones sexuales y ella no. El 16 de agosto de 2013 Fernández le pegó a Yanina por última vez. Después golpeó a Lulú – la hija de ella con una pareja anterior- las encerró a las dos y se acostaron. Yanina tenía 23 años, seis meses de embarazo y un retraso madurativo. Esa noche no pudo dormir, notaba que su beba no era la de siempre. El sábado a la mañana, cuando él se fue de la casa, ella se escapó, pidió prestada una SUBE y fue al centro comunitario Gallo Rojo. Nadie notó que Lulú estaba tan mal, pero sí que estaba decaída. Entonces la acompañaron al hospital. “Cuando Lulú murió, a Yanina le tomaron declaración y quedó demorada en la Comisaría de la Mujer de Del Viso”, contó a Cosecha Roja Matías Schroeder, del Centro Comunitario. Después la trasladaron a Los Hornos, La Plata. Tenía seis meses de embarazo y parió a Tiziana en cautiverio. Unos meses más tarde la abogada le consiguió la prisión domiciliaria y estuvo bajo arresto en la casa de una vecina de Moreno.

Fotos: Facundo Nívolo