Cosecha Roja.-
Cuando murió Lulú tenía dos años y el cuerpo lleno de golpes. Así lo determinó el estudio del perito médico que declaró hoy durante el juicio en el que acusan a Yanina González -la mamá de la nena- de abandono de persona seguido de muerte. “Fue una jornada muy dura porque el especialista mostró las fotos de la autopsia y relató cada golpe que tenía la beba: el asesino la mató con mucha saña”, dijo a Cosecha Roja la abogada defensora Gabriela Conder.
Durante la segunda audiencia ante el Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro, el perito contó que lo llamaron para analizar la autopsia y detalló lo que vio. “La exposición de fotos y de datos fue muy dura hasta para nosotros que estamos acostumbrados a verlas. Por eso pedí que Yanina saliera de la sala y no la viera”, contó Conder, de la Gremial de Abogados.
Hoy también declararon dos integrantes del Centro Comunitario Gallo Rojo, los primeros que ayudaron a Yanina. Contaron la historia de violencia de la que fue víctima: cómo sufría, cómo la ayudaron a separarse de Ricardo Ortíz (el papá de Lulú) y cómo había sido abusada por el padre.
En una causa paralela la justicia investigan a su ex pareja -Alejandro Fernández- por el homicidio de la niña. Según la abogada, es una “maniobra de manipulación” de la fiscal Carolina Carballido Calatayud, de la UFI especializada en violencia de género de Pilar, quien no le avisó a la defensa de la acusación contra Fernández. El caso está alojado en otro juzgado, por eso Conder pidió la nulidad del juicio.
A Yanina la encerraron ni bien murió la nena. Sobre la ex pareja no hay “ninguna medida de coerción. Si a Yanina la declararan culpable de abandono de persona seguido de muerte, esa condena sería la impunidad de Fernández. Esta manipulación es gracias a la fiscal”, dijo Conder, de la Gremial de Abogados.
La mañana del 16 de agosto de 2013 Lulú murió de una hemorragia interna y Yanina quedó detenida. La fiscal de Pilar la imputó, no la dejó ir al entierro y ordenó detenerla. La joven -que tenía 23 años, seis meses de embarazo y un retraso madurativo- estuvo presa en la Unidad 33 de Los Hornos y desde diciembre de ese año en la casa de una vecina con una pulsera electrónica en el tobillo.
“La desigualdad es terrible: la fiscal no tiene nada de visión de género, no existe rastro en las preguntas que hace, no hay nada que indique una especialización de género. Yanina es la víctima, a donde se dirige la agresión de Fernández es hacia ella”, dijo Conder.
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El 16 de agosto de 2013 no fue la primera vez que Alejandro amenazó con pegarle a la beba: era cotidiano. Tampoco fueron una excepción los golpes a Yanina. Ese sábado a la mañana cambió todo. Salió de la casa con Lulú en brazos, pidió prestada una SUBE porque no tenía y fue al centro comunitario Gallo Rojo. Nadie notó que Lulú estaba tan mal, pero sí que estaba decaída. Entonces la acompañaron al hospital. “Cuando Lulú murió, a Yanina le tomaron declaración y quedó demorada en la Comisaría de la Mujer de Del Viso”, contó a Cosecha Roja Matías Schroeder, de Gallo Rojo.
En la cárcel, a Yanina le sacaron las esposas sólo para parir a Tiziana el 5 de noviembre de 2013. Un tiempo después la abogada le consiguió el beneficio de la prisión domiciliaria y se mudó a lo de una vecina que la está ayudando.
Foto: Facundo Nívolo
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