Por Natalia Herrera Durán – El Espectador
Un estudio de Colombia Diversa presentado este 26 de junio en la Universidad de los Andes (Bogotá) da cuenta de un alarmante año para la comunidad LGBT: en 2012 hubo 87 homicidios y un aumento del 50% en circulación de panfletos de amenazas.
“Llegaron muchos panfletos. Decían que los maricas, los emos, las lesbianas, los ladrones, las putas, iban a ser ajusticiados (…) porque eran un asco para la sociedad, porque la estaban contaminando”. Este mensaje de miedo, segregación y violencia que relata una lesbiana, hace parte del preocupante informe “Cuando el prejuicio mata”, que Colombia Diversa, una organización no gubernamental que trabaja desde 2004 por los derechos humanos de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgeneristas (LGBT) en el país, presenta hoy en la Universidad de los Andes, en Bogotá.
Este estudio, resultado de diálogos con investigadores, expertos, activistas, víctimas y funcionarios públicos, recogió las cifras y datos que el Estado no ha unificado sobre un año que pasó inadvertido para las autoridades, pero que visto en detalle fue alarmante para la comunidad LGBT: durante 2012, se cometieron más de 100 crímenes contra personas LGBT en Colombia. De éstos, 87 fueron homicidios, (33 fueron de gays, 14 de personas trans, 39 de personas sin determinar orientación sexual o identidad de género y uno de una lesbiana).
Los departamentos que reportaron más homicidios durante el año 2012 fueron Antioquia, 26; Valle del Cauca, 13, y Atlántico, 12. Les siguen Cundinamarca, con 6; Cesar, Quindío, La Guajira, Magdalena y Quindío, que reportaron 4 cada uno; Huila con 3, Tolima con 2 y finalmente Caldas, Chocó, Risaralda, Santander y Sucre, que registraron uno cada uno. Aunque Antioquia y Valle del Cauca siguen siendo los departamentos con más número de homicidios, alarma la tendencia al alza que tiene Atlántico, donde según Colombia Diversa se está viviendo un ambiente abiertamente discriminatorio y violento contra la población LGBT.
El caso de un joven gay asesinado en el barrio Las Malvinas, en el suroccidente de Barranquilla, en julio de 2012, es una muestra de ello. Dos hombres que se movilizaban en moto lo interceptaron. Uno de ellos le disparó cinco veces sobre su tórax y piernas. Días antes había circulado un panfleto por este sector, amenazando a las personas de ese barrio, entre ellos a los gays. En 2012 se tuvo noticia de la circulación de al menos seis panfletos más en diferentes municipios de este departamento.
Pero no fue solo en el Atlántico. Durante 2012, pegados en postes y calles cercanos a los lugares de diversión o a las plazas principales de los municipios y ciudades hubo panfletos contra la población LGBT. Del año 2011 a 2012 se reportó un aumentó de casi un 50% en la circulación de estos mensajes amenazantes. Colombia Diversa registró la circulación de al menos 15 panfletos distribuidos en diferentes departamentos del país.
Seis de ellos fueron firmados por grupos al margen de la ley, como las Águilas Negras (con cinco panfletos) y los Rastrojos (con uno), que siguen aplicando la mal llamada “limpieza social”. Dos de los otros panfletos son firmados por organizaciones desconocidas que se autodenominan “Asoexmar (Asociación exterminadora de maricas) y “Movimiento patriótico antimks”. Los restantes son anónimos.
Otro de los temas preocupantes es la sevicia y crueldad presentada en este período contra las mujeres trans. En cuatro de los 14 casos de homicidio registrados en 2012 sobre esta población, los cuerpos de las víctimas presentaban múltiples heridas con arma blanca; en dos crímenes hubo tortura y en otro de ellos la víctima fue asesinada a pedradas. Un final similar tuvo una mujer trans cuyo cuerpo fue encontrado en el río Cali, a la altura de la calle 23 del barrio Piloto, el 21 de julio de 2012. Le habrían cortado el pene y presentaba otras marcas de tortura con arma blanca y abuso sexual.
Pero las agresiones a las que están enfrentadas las personas LGBT en el país también tienen que ver con casos de violencia policial. En su informe, Colombia Diversa registró al menos 28 episodios en 2012, principalmente por agresiones verbales y físicas y, en algunos casos, por detenciones arbitrarias. El 50% de estos hechos fueron contra mujeres trans. Según este estudio, es claro que los prejuicios de los funcionarios de la Fuerza Pública continúan latentes, que la Policía amenaza a sus víctimas para que desistan de las denuncias y que en los procesos disciplinarios hay falta de garantías y se recurre a la revictimización.
Por lo pronto, este estudio concluye que mientras en este escenario de segregación, miedo y amenazas no existan sistemas de información que registren de manera diferenciada la forma como lesbianas, gay, bisexuales y personas trans son víctimas de violencia en el país, el Estado no podrá diseñar mecanismos de prevención y protección que permitan castigar a los responsables y proteger a las víctimas.
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