Marcelino “Cheli” Olaire tiene 31 años, es parte de la comunidad Qom La Primavera y está desaparecido desde que lo internaron en un hospital a 140 kilómetros de su casa. Ni la familia ni la comunidad saben nada de él. En el hospital dijeron que había sido trasladado, pero no lo encuentran. La justicia investiga un posible caso de trata de personas.
A Juliana le cuesta describir a su hermano. Dice que las crisis de nervios no son “tan” frecuentes. Y que a ella le habla mucho. “Tenemos una buena relación”, dice. Ella, de 19 años, no recuerda exactamente cuándo fue la primera vez que Cheli, de 31, “se puso nervioso”.
Ubica el momento, más o menos, hace 10 años: él había vuelto de Buenos Aires, luego de trabajar un tiempo en una fábrica. “No sé qué pasó allá , pero cuando volvió empezó con los ataques”, dice Juliana. Cheli está medicado, pero no siempre los Olaire pueden conseguir las pastillas. Y ahí es cuando entra en crisis.
Zulma, la mamá, le habla, le habla y trata de calmarlo. A veces lo logra. Pero esta última, no. “Por eso se lo llevaron a la capital, para darle la medicación ahí”, explica Juliana.
Los Olaire pertenecen a la comunidad qom La Primavera, liderada por Félix Díaz y ubicada en la zona de Laguna Blanca, en Formosa. Hasta el 8 de noviembre de 2016, Cheli vivía en un rancho que los padres le habían hecho en el mismo terreno donde viven ellos y sus otros dos hijos. Una casa construida con palmas, con techo de chapa y cartones. Antes vivían todos juntos. Pero Cheli comenzó a tener los ataques y entonces fue mejor así: al lado de la familia, pero solo.
El 8 de noviembre tuvo una crisis y, como no pudieron calmarlo, llamaron a una ambulancia. Lo asistieron un médico y una enfermera. Le inyectaron algo y lo trasladaron al Hospital Distrital Nº8 Eva Perón en Formosa Capital.
En la ambulancia, el chofer y la enfermera sólo permitieron que a Cheli lo acompañara su mamá, Zulma. Al padre le impidieron viajar junto a su hijo “porque eran muchos”. Más tarde, Zulma recordaría que Cheli “hablaba y estaba tranquilo”. Zulma no sabe leer ni escribir, lo que no sería de mayor importancia para el caso, si no fuera por lo que sucedió después.
Cheli quedó en el hospital y, de acuerdo a lo detallado por los Olaire, los papeles originales con la orden de internación quedaron allí, y una copia en poder del médico que lo atendió. Zulma se volvió a su casa en Laguna Blanca sin ninguna constancia escrita.
No fue fácil volver a visitarlo. Los Olaire son una familia de changarines, sin sueldo fijo. Gastar 300 pesos en ir y volver de la capital es un lujo que no se pueden dar. Zulma aporta con su pensión y por eso esperó a cobrarla para comprar el boleto y, por fin, viajar dos meses después de aquella internación. Pero Marcelino no estaba más en el “Eva Perón”. Volvieron a los cuatro días y tampoco. Nadie en el hospital sabía de él.
Radicaron la denuncia en la sección de Trata de personas de la policía formoseña y, a fuerza de insistencia, recién a principios de febrero accedieron a un dato: Cheli había sido derivado al Hospital Central. “Hablen con la doctora Castellano, en el consultorio 14”, les dijeron. Pero en el Central no estaba la doctora Castellano. Ni mucho menos Cheli.
“Al 12 de febrero, las informaciones que nos llegan es que a Marcelino pudieron haberlo trasladado a Tatané donde hay una Comunidad Terapéutica para adicciones”, dijo la familia en un comunicado.
La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) del Ministerio Público Fiscal informó que a partir de la denuncia del tío de Cheli, en la División de Trata de Personas del Departamento de Informaciones de la Policía de Formosa, se tramita un sumario y que el Juzgado de Instrucción y Correccional N°3 ya tomó conocimiento de la desaparición del caso.
“Mi mamá está pensando en viajar a Buenos Aires, para hacer la denuncia allá”, cuenta Juliana, que no puede entender que “nadie sepa” dónde está su hermano. “Por acá suceden muchas cosas: secuestros, asesinatos. Pero a nosotros nunca nos habí pasado algo así”, dice.
Para aportar información: aparicionconvidademarcelino@gmail.com
Esta nota fue escrita en el marco de la Beca Cosecha Roja y será publicada en ese medio y en Diario Popular.-
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