Jorge Julio López nunca escuchó la sentencia a la persona que lo secuestró y lo torturó en 1976. No estuvo el día en que condenaron al represor Miguel Etchecolatz a reclusión perpetua. El 18 de septiembre de 2006 Julio desapareció por segunda vez. “Ya pasaron diez años y López sigue desaparecido. El caso no puede quedar en el olvido y nos tendría que interpelar a todos”, dijo a Cosecha Roja la periodista Luciana Rosende. Ella y su colega Werner Pertot escribieron Los días sin López, el libro en el que plantean las diferentes hipótesis no investigadas y la falta de iniciativa del Poder Judicial.
En la década que pasó no hubo ningún avance en la causa judicial. “No hay nadie que investigue una línea racional, ni una hipótesis clara”, explicó a Cosecha Roja Guadalupe Godoy, abogada de López durante el juicio por el Circuito Camps. Para estas fechas reciben lo que ella llaman “pistas aniversario”, llamadas o denuncias que luego tienen que seguir por meses. Y nunca llegan a nada.
Hace diez días, el Estado se ofreció para ser querellante en la causa. Habló con los familiares de Julio y aceptaron. “Todavía no se presentaron pero los querellantes nos vamos a oponer porque hay una desaparición forzada y culpamos a una parte de la Policía Bonaerense. Si se demuestra esto, hay cierto grado de responsabilidad del estado”, dijo Godoy.
El 19 de agosto la justicia de La Plata le otorgó a Etchecolatz el beneficio de la prisión domiciliaria. Todavía no se hizo efectiva porque el juez Ernesto Kreplak se la negó en otra causa, que está en instancia de apelación. “Había intención de otorgar la domiciliaría. No sólo de la justicia, sino de funcionarios y allegados al gobierno”, dijo Godoy. La abogada advirtió que si se aplica, permitiría que también el beneficio se replique en otros casos.
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Julio César Garachico vivía en Puerto Madryn y era el gerente del casino Punto y Banca. Luego de la desaparición de López, un diario local iba a revelar que lo habían mencionado como parte del “grupo de los picaneadores”. Ese día Garachico dejó la ciudad. Nunca se lo investigó a fondo en la causa. Tiempo después quedó detenido por los asesinatos de Luis Sixto Bearzi y Marcelo Bettini en 1976.
Garachico es uno de los tantos represores que Julio López identificó durante el juicio. Según Rosende, la responsabilidad de estas personas en la desaparición del albañil es una de las tres líneas investigativas más sólidas que encontraron. La segunda es el entorno íntimo de Etchecolatz, que se comunicó por mail y teléfono el mismo día de la desaparición. Y la última involucra al ex jefe de inteligencia del servicio penitenciario bonaerense durante la última dictadura. “Si hubieran tenido un seguimiento judicial, las tres hipotesis se podrían haber unificado”, dijo la periodista.
El primer año y medio la investigación de la desaparición estuvo a cargo de la propia Bonaerense. Para Rosende, ese tiempo fue muy importante para el avance de la causa. Además, la justicia y el estado nunca impulsaron un trabajo exhaustivo en el caso. “Quedaron algunas líneas a investigar truncas. Por ahí se avanzaba con todo pero faltaba un último allanamiento y no lo hicieron. Eso era fundamental por lo menos para descartar esas hipótesis”, explicó Rosende.
Los días sin López fue publicado en 2013. Rosende y Pertot comenzaron la investigación para el cuarto aniversario de la desaparición. Los periodistas no sabían si iban a poder conseguir algo: el caso había quedado en el olvido y no había novedades. Pero cuando empezaron a entrevistarse con las personas involucradas y tuvieron acceso al expediente, descubrieron que había pistas con peso: ellos descubrieron hipótesis válidas que la justicia nunca investigó a fondo.
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El domingo se marchará del Congreso a Plaza de Mayo a las 14.30. “Pasan los gobiernos, sigue la impunidad. Cárcel común y efectiva a Etchecolatz. No a las domiciliarias ni a las absoluciones a los genocidas. No perdonamos, no nos reconciliamos”, dice la convocatoria del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. A la misma hora, Rubén López, el hijo de Julio, hará una actividad en Los Hornos, la localidad donde vivía el papá.
La Multisectorial de La Plata se movilizará a Plaza Moreno a las 16.30. En la manifestación habrá una intervención sonora llamada “Contra la anestesia del tiempo”, un proyecto conjunto de la Universidad de La Plata y la Universidad de Buenos Aires. Los docentes Bibiana Parlatore (UNLP) y Hernán Risso Patrón (UBA) junto a sus alumnos prepararon clips radiofónicos para “provocar emociones, visibilizar, recordar, no olvidar, exigir justicia, conocer y recordar la historia”. A través de música y sonidos van a representar canciones, discursos, testimonios y paisajes.
“A pegar por López”, es la actividad que prepara el fotógrafo Gerardo Dell Oro por el aniversario de los diez años. Gerardo es el hermano de Patricia, que también estuvo detenida en Pozo de Arana y fue mencionada durante el juicio por López. El hombre preparó una foto de Julio López que se puede descargar de internet. La idea es que los participantes la impriman y peguen por toda la ciudad. La imagen tiene una particularidad: un espacio en blanco, como a un rompecabezas al que le falta una parte. Y en el llamado a empapelar las calles la consigna queda clara: “No lo olvidamos”.
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