Por Dora Barrancos
La conquista de nuestra ley de aborto legal ha significado una enorme repercusión en cada vez más y más mujeres y personas gestantes. Y no solo de nuestro país, sino de toda América Latina, porque no hay dudas de que la ley que hemos conquistado es una de las leyes que tiene mejor técnica legislativa del mundo.
Con cada paso que hemos dado los feminismos se robustecen. Hay más convicción, más entusiasmo y un estado de subjetividad incrementado en eso que llamo la conquista del “para sí”. Históricamente, sobre todo desde el materialismo histórico, se ha jugado con los conceptos de las alternativas de la clase “en sí” y de la clase “para sí”, que no es más que la clase con conciencia de clase.
Hay que extender esta idea al feminismo. Hay un “en sí” que es la condición femenina, diversísima desde luego, y hay un “para sí”. Ese feminismo para sí es la reconquista del cuerpo, del deseo, de la voluntad de transformar y, sobre todo, de la voluntad de solicitar derechos.
Ante ese feminismo que no para de robustecerse, las derechas se han acrisolado de una manera notable. Han hecho programática la voluntad de ir en contra de los derechos que hemos conquistado.
Hasta hace unos años había personas reaccionarias con actitudes reaccionarias que adherían a fórmulas y fuerzas de derecha. Lo diferente es que desde hace algún tiempo ir contra los derechos de las mujeres y de la diversidad sexogenérica se ha tornado una cuestión programática. Lo que llamamos los antiderechos se han constituido como programas de acción representados por fuerzas de derecha. Esa es la novedad que tenemos por delante.
Y eso también está significando un nuevo reto para que todas las feministas tengamos mucho más claro el orden enorme de los desafíos que nos esperan.
Jamás imaginé, ni en las ensoñaciones más profundas de esas que nos gusta tener a quienes siempre queremos transformar el mundo, que íbamos a tener feminismos de masas. Es extraordinario lo que ha ocurrido en Argentina.
Ese salto cuántico producido en nuestro país es muy particular. Deriva de una serie concatenadas de acontecimientos como los encuentros nacionales de mujeres, la persistencia de los feminismos, el movimiento Ni Una Menos y, desde ya, la posibilidad clara que hemos tenido de abrirnos caminos con más derechos.
Al contrario de lo que se piensa, cuantos más derechos estamos conquistando, más acrisolado es el feminismo en sus capacidades enormes de variaciones. Porque tenemos feminismos, felizmente, de todos los colores.
*Dora Barrancos es investigadora, socióloga, historiadora, educadora y feminista argentina. Desde 2019 es asesora ad honorem del presidente de la Nación Alberto Fernández.