Cosecha Roja.-
– ¡Tire el arma! ¡Muestre las manos!
El policía le gritó a Jeremy McDole, un joven afroamericano en silla de ruedas. Según una denuncia al 911, el hombre intentaba dispararse en un calle de la ciudad estadounidense de Wilmington. Después de la advertencia se escuchó el primer disparo, enseguida llegaron dos agentes más y cuando McDole intentó sacar algo de sus bolsillos se oyó la balacera: tras no menos de una docena de disparos, el joven cayó de la silla y murió. El crimen quedó registrado en un video.
De las imágenes no se desprende que McDole tenga un arma y hay cuatro policías que están siendo investigados por el Departamento de la Oficina de Derechos Civiles de Justicia de Delaware y Confianza Pública. Uno de los agentes lleva 15 años en la fuerza, el resto alrededor de cinco. Todos volvieron a hacer tareas administrativas mientras se define su situación.
“Necesito respuestas, es injusto”, dijo a los medios locales la madre de la víctima, Phyllis McDole. Contó que su hijo “estaba paralizado de cintura para abajo en una silla de ruedas” y reiteró que, como muestra el video, no llevaba ningún arma. Según el tío de McDole, la muerte de su sobrino fue una ejecución.
Las cifras de la organización Fatal Encounters registran tres personas mueren por día en Estados Unidos en manos de agentes de las fuerzas de seguridad. De las 1089 personas asesinadas, 403 eran blanca, 243 afroamericanas, 152 latinas y 264 sin datos, según publicó el El Mundo.
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