Andrea Neri tenía 18 años. Ayer por la tarde entró a un penal de Salta para visitar a Gabriel Herrera, de 39 años. Hacía un año que estaban juntos y dos meses atrás habían tenido un hijo.
El hombre ya cumplía una condena por matar a su anterior pareja mientras estaba detenido.
Y ahora volvió a hacer lo mismo.
Herrera les había pedido a sus compañeros de celda espacio para mantener un encuentro íntimo. Cuando Andrea entró, cerca de las 14 horas, estaban solos con él bebé. A los pocos minutos todos lo vieron salir a él con la criatura en brazos.
-La maté -le dijo a un guardia.
La noticia se expandió enseguida por todo el penal. Si bien todavía no está claro como fue el hecho, se cree que primero la ahorcó y luego la cortó con una faca o trincheta.
El diario El Tribuno contó que el fiscal Pablo Rivero llegó al penal y ordenó cercar la celda, mientras los peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales relevaron el lugar, levantaron pruebas y luego trasladaron el cuerpo de Andrea. Los familiares de la chica llegaron en minutos y les entregaron al bebé.
“Lo conoció hace un año justamente acá, cuando vino con la madre a visitar a un primo que estaba detenido”, contó José Neri, tío de la chica, a los medios.
“Muchas veces le habíamos advertido sobre Herrera. La madre lo hizo y en especial el padre, que muchas veces le pidió que terminara con él. Ella sabía lo que él había hecho en Metán, pero los chicos se ponen tercos.”, dijo.
El anterior femicidio
En 2006, Herrera estaba detenido por estafa y robo calificado. Su esposa, Verónica Castro, lo visitaba en la cárcel de Metán. Tenían dos hijos de 9 y 4 años de edad. El 26 de marzo de ese año Veronica lo fue a visitar junto a su madre y los dos chicos.
Herrera les dijo que le dolía el estómago y le pidió a la mujer que lo acompaña a la enfermería. En el camino se desviaron: Herrera habló con un guardia y le pidió un lugar para tener un encuentro íntimo. Cuando entraron a la sala, la arrinconó contra una pared y la estranguló con una remera.
Tres meses atrás, la madre de esa primera víctima esperó a Andrea en la puerta del penal. El diálogo fue reconstruido por el diario El Tribuno:
-¿De cuántos meses estás?
– Ocho.
– ¿Estás cansada?
– Sí.
– ¿Vos lo venís a ver a Herrera, no?
– Sí.
– Mirá, ¿sabés qué? Yo soy la mamá de Verónica Castro, la chica que él mató en Metán. Tené cuidado, hija. Ese tipo no sirve, no entrés, no lo vengás a ver más. No sirve. Ese chico es un asesino.
Andrea la escuchó en silencio, pero entró a la visita.
Ayer, ni bien se conoció la noticia del nuevo femicidio, la madre de Verónica fue hasta la puerta del penal, que luego del crimen fue intervenido. Allí se encontró con los padres de Andrea. Se abrazaron y lloraron juntos.
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