María Laura Sirera era una militante de esas que se alegran si un comedor tiene una olla nueva. El 25 de agosto, cuando el centro de niños Esperanza logró comprar una después de una colecta, ella compartió el logro. En sus redes las postales se repiten: se la ve por barrios llevando el programa de salud dental y ayudando a poner flúor con sus propias manos, visitando sociedades de fomento y casi siempre rodeada de niños. Para sus conocidos era “una madraza”.
En las últimas elecciones fue candidata a concejal del Frente de Todos en Pilar, el partido donde vivió toda su vida: 34 años. Su marido, Matías Bernal, es un ex consejero escolar y compartía con ella ideas políticas. Ayer por la tarde la asesinó y después quiso matarse. Tenían dos hijos de 6 y 8 años.
“Me enteré hace un par de meses que se estaban separando y que venían mal”, dijo Gerardo, el papá de Laura, al portal Pilar de Todos. “Laura nos llegó a contar que él (por Bernal) estaba muy pesado, y que no aceptaba la separación”. Ella pensaba mudarse a un barrio cerrado para mantener a Bernal alejado, ya que solía aparecer en su casa por las noches.
La conmoción en Pilar trasciende los partidos políticos, ya que Laura era una persona muy querida entre sus compañerxs y por la oposición. Hace 11 años se había recibido de abogada y en paralelo a la militancia política ejercía la profesión en su estudio jurídico en el centro de la ciudad. Su especialidad era derecho de familia.
En las últimas elecciones Laura fue en el puesto nueve para concejala y Valeria Domínguez en el siete. Se conocían desde hace diez años. “Siempre fue muy solidaria con todos, muy importante en la campaña porque fue de poner el cuerpo en cada casa. Siempre dispuesta con su gran sonrisa a salir a caminar. Esto es un dolor profundo para quienes la conocíamos y para quienes no, porque esto nos toca a todos”, dijo Valeria a Cosecha Roja.
“Pienso que involucrarse en la política es la única forma, de adquirir los recursos y herramientas que se necesitan para llevar adelante políticas públicas que tengan que ver con esta injusticia que tanto me duele”, se describió a ella misma en su biografía de las redes sociales.
El femicidio fue en su casa en el barrio La Terraza, a la altura del kilómetro 52 de la Ruta 8. Ayer cerca de las 19 un familiar se acercó porque no contestaba el teléfono y la encontraron desplomada, ya muerta. Los hijos no estaban en el domicilio. Afuera, el ex estaba inconsciente en el auto, con cortes en el cuello. Ahora está internado y con custodia.