Aileen Ford – Journalism in the Americas.-
Cuando el 1 de agosto recibió en Austin, Texas, la noticia de que a su compañero Rubén Espinosa lo habían asesinado en la Ciudad de México, a Miguel Ángel López Solana le vino de vuelta toda la pesadilla que le hizo escapar de Veracruz hace cuatro años.
El 20 de junio de 2011, López Solana se enteró de que en el domicilio de su familia, en el puerto de Veracruz (México), fueron encontrados su madre, su padre y su hermano menor ejecutados. Según los primeros reportajes, sujetos armados no identificados habían llegado a la casa sobre las 6 de la mañana y abrieron fuego. No obstante, el móvil exacto del crimen era desconocido.
El padre y el hermano de Miguel Ángel también eran periodistas. Su padre, Miguel Ángel López Velasco, mejor conocido por su seudónimo ‘Milo Vela’, había colaborado como columnista durante años con el diarioNotiver cubriendo temas de seguridad y narcotráfico. Su hermano, y el hijo más joven de la familia, Misael López Solana, se había especializado en fotografía política y policiaca. Según la organización Reporteros Sin Fronteras, López Velasco había recibido amenazas del crimen organizado relacionadas con su profesión.
En el 2007, por ejemplo, narcotraficantes habían dejado una cabeza humana en la puerta de Notiver con el siguiente mensaje: “Aquí te dejamos un regalo […] así van a rodar muchas cabezas, “Milovela” lo sabe y muchos más, van cien cabezas por mi papá. Atentamente, hijo de Mario Sánchez y La Gente Nueva.” La Gente Nueva se refiere a un grupo de sicarios armados cuyo trabajo es proteger al Cartel de Sinaloa.
En los pocos meses siguientes al asesinato de su familia, López Solana vería morir a varios compañeros periodistas incluyendo a los reporteros gráficos Gabriel Huge y Guillermo Luna Varela, colaboradores también de Notiver; Esteban Rodríguez, quien había trabajado anteriormente en el diario veracruzano AZ;Ana Irasema Becerra Jiménez, empleada administrativa del diario El Dictamen; y Regina Martínez, corresponsal en este estado del semanario Proceso. López Solana no podía esperar más a ver si sería la siguiente víctima de esta violencia. Siguiendo su intuición, tomó la decisión de exiliarse en la Ciudad de México, Distrito Federal (D.F.).
Sin embargo, con el tiempo López ya no se sintió tan seguro en el D.F., y junto con su esposa, decidieron huir a Estados Unidos para pedir allí asilo político. En el 2013, lo consiguieron y hasta ahora López Solanasigue convencido de que si no hubiera salido de Veracruz, estaría muerto.
Por eso cuando fue informado del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa, el pasado 31 de julio en la Ciudad de México, sintió un profundo dolor. Unos cuatro años después de que lo hiciera López Solana, Espinosa también huyó de Veracruz hacia el D.F. en busca de protección. Pero Espinosa no la consiguió. La muerte le llegó en un apartamento junto a cuatro mujeres – Olivia Alejandra Negrete, Nadia Vera, Mile Virginia Martín y Yesenia Quiroz- en la colonia Narvarte.
López Solana accedió compartir con el Centro Knight para el Periodismo en las Américas sus reflexiones sobre el asesinato de Espinosa, los peligros que enfrentan en la actualidad los periodistas en su estado natal Veracruz y en todo México, así como lo que ha significado para su vida el asilo concedido.
Centro Knight: ¿Cuál fue la primera cosa que le pasó por la mente cuando se enteró del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y de cuatro mujeres más en la Ciudad de México?
Miguel Ángel López Solana: Nos duele… nos dolió. Nos dolió por todo lo que realmente hemos padecido, el asesinato de algún compañero [periodista], de todos mis compañeros y sobre todo de Veracruz. Tenga o no tenga complicidad, el gobierno de Javier Duarte [actual gobernador de Veracruz] se hace cómplice por omisión. Considera que las investigaciones no tienen que realizarlas a fondo.
Él ha dado declaraciones refiriéndose a los trabajadores de los medios de comunicación que deben de tener cuidado. Más que declaraciones, parecen amenazas. Y lo que no se da cuenta Javier Duarte, que es un político, es que hoy, a nivel mundial, se le conoce porque en su estado han asesinado a muchos periodistas […] y ha llevado a conocer a Veracruz porque existe sangre y fuego en ese estado.
Rubén en todo momento apoyó a esclarecer el asesinato de Regina Martínez. Rubén estuvo al frente de esas manifestaciones. Fue hasta cierto punto un luchador social, como parte de los reporteros, defendiendo a los reporteros.
CK: Y también a los estudiantes que fueron golpeados en Xalapa así como a diferentes movimientos sociales…
MALS: Los periodistas son parte de la voz del pueblo, la voz del ciudadano. Hay muchas familias en México que han perdido sus hijos, han perdido su esposo, han perdido la madre. Ya estamos cansados un poco de lidiar con la muerte todos los días en México, verla de frente, saber que al salir a la calle corres un alto riesgo de perder la vida sin [que] realmente tú estés haciendo algo ilícito. Puede haber una balacera, un fuego cruzado. Ya se ha visto que niños y madres han muerto en este tipo de acciones que son lamentables.
CK: ¿Y qué está pasando en Veracruz, en particular en estos últimos años, para que haya una ola concentrada de extrema violencia contra los periodistas comparada con 2009 y 2010 cuando ésta se concentraba más en el norte del país, como por ejemplo en Coahuila o Chihuahua?
MALS: Yo creo que lo que pasó específicamente [en Veracruz] y en general en México fue que existió el efecto cucaracha. A lo mejor el gobierno sí logra combatir en la frontera de México con Estados Unidos algunas bandas delincuenciales, pero termina beneficiando a otras. Entonces, esas bandas delincuenciales lo que hicieron fue irse más al sur.
Y ellos, al igual que aquellos capos colombianos que decían ‘dinero o plomo’, o quieren mi dinero o quieren mi plomo, están actuando con el plomo, porque al periodista no han logrado doblegarle las manos. Él sigue adelante, sigue informando, los compañeros en Veracruz continúan informando bajo un altísimo riesgo […] En Veracruz no existen las mínimas garantías para poder ejercer la libertad de expresión.
En Veracruz, hasta nosotros los periodistas y los compañeros fotógrafos no sabemos qué pasa. No encontramos, al igual que todas las personas, una razón por la cual nos estén atacando, nos estén asesinando, nos estén siguiendo, nos estén persiguiendo.
CK: Espinosa es el primer trabajador de la prensa que muere en el D.F. por hechos que pasaron en Veracruz u otro estado del país. ¿Cuál es la importancia de que hubiera sido asesinado allí?
MALS: Sí, hablan mucho de que el D.F. era el único lugar que pensarías que podrás estar a salvo, mucho más allá de que existe la delincuencia común, el robo de autos, robo de carteras.
Yo viví en el D.F., mi primer exilio fue al Distrito Federal. Viví en la Colonia Del Valle también. Viví cerca de donde ocurrieron los hechos [de Espinosa], que consideran un lugar tranquilo y seguro. Caminé por esas calles, pero también llegó un momento en el que me sentí inseguro, me sentí perseguido, y de la noche a la mañana me desaparecí del Distrito Federal.
Una compañera de Xalapa, creo que ha declarado que ella vio como Rubén Espinosa era perseguido, era acosado. Es vivir con miedo, no sé…no puedes vivir. En Veracruz, vives con miedo. Te adopta el miedo, sabes que el miedo está a un lado, que sales a la calle y volteas a un lado y volteas al otro.
Y desde el asesinato de mi familia, ha venido una ola de violencia y se ha incrementado en lugar de disminuir. Es como una bola de nieve, va creciendo más y más y más.
CK: ¿Qué tipos de apoyos o recursos tienen los periodistas que se encuentran en peligro? Hay información de que el fotoperiodista Espinosa no pidió la ayuda al mecanismo de protección para periodistas.
MALS: Yo lo pedí en el D.F. Me tuvieron en un hotel dos días, y hasta allí. No hizo nada. Me dijeron, “pues tienes que firmar aquí, y de ti va a depender de aquí en adelante cómo sobrevivas”.
A lo mejor él vio demasiados casos en los cuales ese tipo de mecanismo no funciona. Existe una comisión para la libertad de expresión en el estado de Veracruz que solamente es conocida por el gran derroche de dinero entre quienes forman esa agrupación. Sólo se dedican a gastar dinero y a ver cosas bonitas, [a decir] que el gobernador está bien, sólo aplauden al gobernador.
Eso no es periodismo, el periodista no está para eso. El periodista está para dar a conocer lo que está mal en la sociedad y lo que está afectando a la sociedad. Yo creo que los mecanismos de defensa para los periodistas todavía les hace falta mejorarlos, y sin duda, fallaron. Fallaron porque debieron haber estado monitoreando más a Rubén, debieron haber estado un poco más al pendiente. No solamente los mecanismos gubernamentales, sino los mecanismos internacionales de protección al periodismo.
CK: ¿Entonces, cómo está el estado de la libertad de expresión en Veracruz?
MALS: No existe. La libertad de expresión en el estado de Veracruz y en México no existe. No existe porque tú corres el peligro de perder la vida, de que tu familia pierda la vida, realmente de que un día desaparezcas y no te encuentren, o en el peor de los casos, te asesinen y digan que te atropellaron, te suicidaste o que realmente es un caso aislado lo que te ocurrió. Y que esa investigación se enfríe y se eche a la basura, y que ese asesinato quede impune.
Así era [en Veracruz], tenías que autocallarte, no decir nada, y después de recibir un levantón ya no te da nada. ¿Te imaginas, tú tener una pistola en la boca? A mí me pusieron una pistola en la boca. Me levantaron, me esposaron, me pegaron. Después de eso, yo ya no quería salir de mi casa. De mi casa. […] Y luego volteas para un lado, volteas para el otro. Sentías que te iban a matar, y yo, a lo mejor decía: ¿Pero por qué? Pues, no sé…no sé. ¡No tengo ni idea! Están locos. Y es como una persona que está drogada y tiene armas, y nada más sale y mata. Y ya. Ya se realizó.
CK: ¿Tiene alguna esperanza de que se encuentre una resolución en estos casos de asesinatos o la impunidad es todopoderosa?
MALS: Desafortunadamente sabemos que en México las cosas solamente son por corrupción y por impunidad. Considero que se debe realizar un foro en Veracruz con organizaciones internacionales, y que lleguen a un acuerdo para que éstas realicen algún tipo de organización que esté en Veracruz y que los representantes sean de medios de comunicación. Periodistas, realmente periodistas. No aquellos directivos y dueños que reciben dinero del gobierno a través de las llamadas, la publicidad o de los convenios. Realmente periodistas.
Captura de pantalla de la publicación digital Informador.Mx que describe acciones de periodistas por esclarecer el asesinato de Rubén Espinosa. Imagen publicada el 17 de agosto del 2015.
A lo mejor existe esa voluntad por parte de la ciudadanía y de los periodistas, que se haga justicia y que todo eso salga adelante […] No tiene que salir del gobierno proponer ese tipo de instancias. Tiene que ser la misma sociedad y creo que con el apoyo de organizaciones internacionales y de organizaciones que defiendan la libertad de expresión y los derechos humanos.
CK: ¿Y qué piensa del tipo de presión que está ocurriendo en estos días con la movilización pública y las concentraciones en México?
MALS: Sin duda, en estos momentos se está haciendo una presión muy grande y se está dando a conocer que la unión hace la fuerza. Que realmente en Veracruz está pasando algo muy malo, muy serio. Que detrás de todos esos asesinatos existe una mente muy maquiavélica. Son asesinatos planeados, pensados y fraguados de la manera más clandestina que pueda.
CK: Cambiando de tema un poco, quisiera saber sobre su experiencia de ver esta situación desde lejos aquí en EE.UU. ¿Cómo le ha cambiado la vida al venir acá para refugiarse?
MALS: Venir para acá…volví a nacer. Cuando me dieron el asilo político, volví a nacer a los 30 años. Realmente no sabía qué me esperaba en este país, y cuando lo vi fue lo mejor para mí. Es un país lleno de oportunidades.
Lo que puedo decir, la verdad, es que estoy mucho, mucho mejor que si estuviera en Veracruz. Ya no estoy tan, tan desconfiado; solamente estoy tan desconfiado [risas] Pero sí, hemos considerado que nos ha ido bien, que hemos recobrado la tranquilidad.
CK: En 2012, sólo el 1,4 por ciento de los solicitantes mexicanos recibieron asilo político en EE.UUcomparado con el 42 por ciento de los solicitantes chinos. Teniendo en cuenta esta cifra tan baja y el hecho de que Usted hace parte de un pequeño grupo de periodistas mexicanos que actualmente viven en el país con asilo político, ¿tiene alguna reflexión sobre el proceso de luchar y ganar un caso de asilo en este país? ¿Le parece que existe una barrera en EE.UU. para los que llegan aquí huyendo de la inseguridad en México?
MALS: Es difícil realmente desde el principio. Primero, tomar la decisión de que vas a exiliarte y saber que no vas a estar en tu hogar, que no vas a estar en el lugar donde naciste. El primer exilio, insisto, es al D.F., y el segundo ya va aumentando hasta que llegamos a EE.UU. Es un poco terrible porque ya sabes que estás en otro país, que ya no hay vuelta atrás.
Pero yo creo que más allá del asilo, lo que más te dan ganas es que en tu país se hagan cumplir las leyes. Realmente lo que sucedió con nosotros fue que se hizo justicia. Las leyes de este país nos juzgaron y determinaron que nosotros éramos aptos para poder recibir el asilo.
A mí me preguntaban “¿qué sentiste cuando te dijeron que tenías asilo?” y cuando me notificaron yo no sabía si llorar, o cantar, o estar feliz o triste. Hasta el momento no sé qué hacer. No sé qué hacer porque es muy doloroso saber que realmente lo que estás pasando se pueda comprobar y dar a conocer, y a través de eso tú puedas obtener asilo. Te llena de alegría, pero luego recuerdas que por el asesinato de tu familia tú estás aquí.
Si no me hubiera exiliado de Veracruz a México, estaría muerto. Casi todos mis compañeros están muertos. Con los que yo trabajaba diariamente, a los que yo saludaba diariamente, con los que convivía todos los días están muertos.
Pero es un dilema. Más que un dilema, no puedes comparar que tienes asilo con todo lo que tuviste que pasar para tenerlo. Quisieras regresar a tu país y no tener el asilo. Quisieras que nada hubiera pasado. Quisieras tener a tu familia en lugar del asilo.
CK: ¿Hay algo más sobre su experiencia o sobre lo está pasando ahora en México que considere es importante que el público sepa?
MALS: Sin duda en Veracruz los compañeros están viviendo un horror. Un horror porque es muy difícil salir, darte cuenta que puedes perder la vida. En Veracruz parece que se vive una anarquía. Que al gobernador no le importa lo que realmente piense la ciudadanía, ni siquiera hace por resolver desapariciones forzadas, secuestros, y ya estamos cansados de ver morir a compañeros, de ver como amigos y familia pierden a alguno de sus miembros, que todo se ha venido abajo por la violencia.
Es muy difícil saber que todavía continúan impunes todos los asesinatos, y que, una y otra vez, les exigiré que se resuelva el asesinato de mi familia, que no se vaya a la basura o lo congelen.
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