Cosecha Roja.-
Iban 26 minutos del primer tiempo del partido Boca-Estudiantes cuando Leandro Desábato se acercó al árbitro y Daniel Osvaldo lo quiso frenar. Ahí se trenzaron: “Pará a tu novia”, le dijo el jugador de estudiantes. Osvaldo lo mandó a comer pasto y cuando terminó la fecha declaró: “fue algo normal, algo del partido”. Pero Desábato tiene historial: en 2010 le dijo “borracho” al Burrito Ortega y en 2005 pasó una noche preso en San Pablo por decirle “negrito” y “macaco” a un jugador. “Aunque no es un reflejo exacto de la sociedad, el fútbol no puede escapar a nuestras peores taras”, dijo a Cosecha Roja el sociólogo Pablo Alabarces.
“La cultura futbolística argentina es tan intolerante y discriminadora como toda nuestra sociedad. Pero tampoco es un reflejo: la cancha es autónoma. Hay un marco de sentido donde todo funciona distinto: ahí se putea y discrimina más porque no hay represión”, dijo Alabarces. ¿Alguien se imagina a estas señoras insultando del mismo modo en una biblioteca, un almacén o un aeropuerto?
Desábato quedó detenido en 2005 en Brasil, después de un partido entre Quilmes y San Pablo por la Copa Libertadores. El jugador Edinaldo Batista Libânio (“Grafite”) denunció que el argentino le dijo “negrito” y “macaco”. “Él había hecho una declaración antes del partido, que si marcaba un gol enviaría una banana a los defensores de Quilmes. Entonces yo le dije que era un cagón y que se metiera la banana en el culo”, contó Desábato en una entrevista a un programa brasilero. Cuando terminó el partido la policía lo fue a buscar:
– Está detenido por racismo.
– ¡Andáaaa!- responden Desábato y sus compañeros descreídos y al unísono.
Pero era cierto. Pasó casi 40 horas en una comisaríade San Pablo.
“Actuó acostumbrado a que en las canchas argentinas no pasa nada”, dijo Alabarces. “El fútbol argentino es desbordantemente discriminatorio. Lo bueno es que no deja grupo sin discriminar. Los dirigentes, las hinchadas, los jugadores, los periodistas, los policías son a la vez racistas, xenófobos, etnocéntricos y homofóbicos”, dijo el sociólogo.
En 2010, Desábato le dio al Burrito Ortega donde le duele: “¿Qué te pasa, borracho”, le dijo en medio del partido Estudiantes-River.
Es la cultura del aguante: las hinchadas rivales también se pelean donde sea que se encuentren: en un recital, en un asado, en un partido de fútbol amateur o en la puerta del boliche. Es una forma de demostrar quién se la banca más, algo parecido de lo que le pasa a Desábato cada vez que se trenza con alguien.
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