Esta mañana Erica Obregón junto a la víctima de violación Paula Martínez y sus familias marcharon desde la fiscalía hasta la municipalidad de Florencio Varela para reclamar justicia por la “negligencia e inacción de los fiscales y jueces” en sus casos. Erica es sobreviviente de un intento de femicidio: su ex novio la atacó y ella lo denunció. La justicia dispuso una perimetral y prisión domiciliaria pero él nunca cumplió.
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La mamá de Erica la despertó para ir a la escuela como todos los días. Era 31 de mayo y ella prefirió quedarse en la cama. La madre se fue a buscar a los hijos más chicos al colegio y Erica quedó sola en la casa. Desde la cama vio a M., su ex novio, en la puerta de la habitación. Él se acercó e intentó asfixiarla: le tapó la nariz y la boca con una mano y con la otra le sostuvo las muñecas. Cuando la soltó, fue hacia la cocina y ella lo siguió para agarrar el celular.
– ¿Qué? ¿vas a hablar con tus machos?, le dijo M.
La tiró al piso, le puso una rodilla en el pecho y la empezó a ahorcar.
– Si no sos mía no sos de nadie, puta.
“En ese momento sentí que me moría. Me quedaba sin aire. Los ojos se me iban para atrás y la vista se me nublaba. Sólo pude pedirle por favor”, contó a Cosecha Roja Erica.
El agresor la soltó y ella salió de la casa.
– No grites porque te mato, la amenazó.
Erica gritó el nombre de su vecino. M. la agarró de los pelos, la arrastró hacia adentro y la empujó sobre la mesada. Agarró una cuchilla y la llevó hasta la habitación. La tiró en la cama e intentó apuñalarla en el cuello. Como el arma no tenía filo, la apretó contra la piel de Erica hasta hacerle un corte. Ella intentó voltearse y él le pegó con el cuchillo en la espalda. La miró fijo, tiró la cuchilla en la mesa y salió corriendo.
Madre e hija hicieron la denuncia en la comisaría 1° de Florencio Varela y la causa quedó en la Fiscalía 1 juvenil a cargo del fiscal Claudio Marcelo Cipollone. La causa está caratulada como intento de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. “El defensor dice que mi hija sola se cortó el cuello, pero las pericias aseguran que M. es un peligro para mi hija y para sí mismo”, dijo Georgina.
Después de la denuncia, la justicia le puso a M. una perimetral que no cumplió. Ahora, está bajo prisión preventiva domiciliaria, pero tampoco la cumple. Antes vivía en la misma cuadra que Erica. Con el arresto, la justicia hizo que se trasladara a la casa de unos familiares en el barrio La Esmeralda. “Todos los vecinos lo ven en la casa de la esquina, pero no se animan a hacer la denuncia. Todos le tienen miedo a los M.”, dijo a Cosecha Roja Georgina.
Cuando la mamá de Erica denunció el incumplimiento, la justicia le respondió que él está siendo monitoreado por un Centro de Referencia. “Como el delito lo cometió siendo menor, va a ser juzgado como menor”, le dijo a Georgina la secretaria del fiscal.
El agresor sigue usando Facebook para hostigar a Erica con insultos y dibujos sobre ella. “Llevé todas las pruebas ante el fiscal y me desestimó. Me dijo que lo bloquee. Los fines de semana anda por mi casa y los vecinos lo ven. La llama por teléfono y corta, se crea perfiles de Facebook falsos para escribirle. Desde la casa de la esquina se esconde y le silba”, dijo Georgina.
La mamá de Erica dijo que había pedido una medida cautelar para su hija pero con la prisión domiciliaria quedó sin efecto. Además, la jueza le puso un “bozal legal”: “No puedo decir nada del imputado y nada referente a la causa, pero no tengo respuesta y nadie nos protege ni nos ampara”.
Al principio no tenían abogado. Hace unas semanas, a través del Centro de Asistencia a Víctimas y Acceso a Justicia (CAVAJ), el Ministerio de Justicia de la Provincia les facilitó al abogado Marcelo Valente, quien todavía no vio la causa. A Georgina la pusieron como damnificada particular.
Georgina denunció la inacción del fiscal Claudio Marcelo Cipollone en la Procuración General de La Plata. Por la denuncia, Cipollone fue apartado de la causa y todavía no está decidido el fiscal que tomará el caso. “Pedí el cambio de fiscal por uno que tuviera perspectiva en género. Esto es violencia institucional y patriarcal. No me representan, no cuidan a mi hija, esperan que la maten”, dijo Georgina.