EL DIRECTO, ENTREVISTA FOTO OMAR CARBONERO

Prensa Escrita-. Gustavo Adolfo Parada Morales (foto), mejor conocido bajo el alias de “el Directo”, fue asesinado ayer por la madrugada en el penal de San Miguel, en el interior de la celda 2 del sector 1. Dos homicidios más, uno cometido el viernes y otro el domingo, se relacionan a este caso.

Parada Morales, de 31 años, cobró notoriedad pública a finales de los noventa, cuando siendo menor de edad fue acusado de participar en 17 homicidios. En abril de 1999 fue condenado al máximo que la Ley del Menor Infractor entonces permitía: siete años de internamiento por cinco homicidios.

El asesinato de Parada Morales, con más de una década de ingresos y salidas del sistema penitenciario acusado de diversos delitos, fue atribuido por el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo, a una pugna por el mando de la Mirada Locos, una pandilla investigada por las autoridades desde al menos 2001, con control territorial en San Miguel y que también forma parte de la tregua entre pandillas iniciada en marzo de 2012.

Perdomo explicó que tal pandilla está conformada, en parte, por exmiembros de la Mara Salvatrucha, como era el caso de Parada Morales. La versión inicial dada por el funcionario fue que Parada Morales se disputaba el control de la estructura con Juan Alexander Ramírez, únicamente identificado como “el Dreamer”.

Ramírez fue asesinado el domingo en San Miguel. No fue el primer homicidio ligado al caso: la Fiscalía General de la República (FGR) investiga el asesinato de Rosa María Coreas de Parada, esposa de Parada Morales desde 2004. La mujer fue ultimada a la entrada del desvío del cantón Trinidad (San Miguel) con arma de fuego el pasado viernes.

La muerte
del “Directo”

De acuerdo con información proporcionada por la FGR, Parada Morales fue asesinado con armas blancas artesanales ayer, aproximadamente a las 4:30 de la mañana, en el interior de la celda 2 del sector 1 del penal de San Miguel. El cadáver fue sacado de la celda y abandonado en una zona conocida como “redondel”.

Parada Morales llegó al centro penitenciario el 2 de agosto recién pasado, trasladado junto a otros 90 miembros de la pandilla Mirada Locos desde el penal La Esperanza, en San Salvador, según autoridades en San Miguel.
La muerte generó ayer que la FGR solicitara una requisa en búsqueda del arma supuestamente utilizada en el crimen, en la celda 2. La Dirección General de Centros Penales (DGCP) ordenó, a su vez, otra requisa en las tres celdas del sector 1. A finales de la tarde, la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía Nacional Civil (PNC) encontró un agujero, cubierto con arena y tierra, con una indeterminada cantidad de armas blancas artesanales.

Familiares de Parada Morales atribuyeron el homicidio a otra razón. Según un familiar, la esposa de Parada Morales mantuvo, tiempo atrás, una relación sentimental con Ramírez. El viernes, Rosa Coreas de Parada, según la fuente, salió de su vivienda para encontrarse con Ramírez “porque le había desgraciado la vida”. La mujer dejó dos hijos en la orfandad.

La fuente rechazó que Parada Morales estuviera relacionado en el homicidio de Ramírez y denunció que su familia ha sido víctima de amenazas por parte de pandilleros.
“Han llegado a decir que faltan dos que van a matar de la casa”, dijo, y agregó que los familiares de Parada Morales “no son pandilleros, no tienen nada que ver. Eso ya pasó, ya lo mataron”.
El operativo en el interior de la prisión finalizó con tres arrestos, los supuestos responsables del homicidio de Parada Morales. Estos fueron identificados como Juan José Guevara Rodríguez, Milton Alexander Hernández Mezquita y Mario Ernesto Ajuria Escamilla, con condenas entre 35 y 60 años por varios homicidios. La FGR explicó que ya se poseen dos testigos, quienes recibirán beneficios a cambio de su declaración, que identifican a los detenidos como autores del crimen. Estos, además, confesaron el homicidio, según la FGR.

Parada Morales estaba condenado a 35 años por un homicidio cometido en 2007. Fue sacado del penal de máxima seguridad, en Zacatecoluca, como parte de la tregua entre pandillas.