“Una vez que me enteré que no era hija biológica de mis padres, me enteré un sábado y el lunes siguiente ya estaba acá porque quería saber si era hija de desaparecidos, más que nada por las fechas.”, contó hoy Adriana, la nieta recuperada que conoció su identidad ayer.
“Me dieron turno para hacer los análisis. A los cuatro meses me dijeron que lamentablemente no había compatibilidad. Seguí mi vida pensando otra historia alternativa: pensé que me habían abandonado, no tenía certeza de nada. Pero pensé que tenía que vivir con eso, sin saber dónde buscar”.
“Mi certificado fue firmado por una persona que hizo tráfico de bebés. Pensé que tenía que vivir sin ese pedacito del rompecabezas que me faltaba, pero no me quedaba otra. Ayer a la mañana me llamaron, pensando que era una llamada cualquiera y me dicen que son de la CONADI y ahí ya me senté”.
“Me dijeron que había información que me tenían que dar personalmente y empecé a sospechar de que era y me puse muy muy ansiosa. Mis compañeros de trabajo me dijeron que saliera ya. Una compañera que a la vez es amiga me acompañó. Nos tomamos el subte y fuimos a la CONADI. Ahí me enteré de la feliz noticia que ya todos saben”.
“Estoy feliz. Esa es la palabra. Estoy plena. Esa ficha, no es sólo una ficha, se armó todo un rompecabezas con otra familia más grande. Se me completó la vida. La sensación fue muy distinta a la de haber sido regalada, abandonada. Es la de haber sido una persona muy querida y muy buscada. Y tengo una abuela. Con 40 años tengo una abuela, que es una genia. Hoy hablé con ella. Y ya la quiero. Se nota que es hermosa por dentro y por fuera”.
“Ahora también estoy muy en shock. Me preguntaron si quería hacer la conferencia y dije que no es que soy valienta sino que estoy en shock, así que vamos. Lo hago por mi para compartir mi felicidad con todos ustedes, pero también por si puedo ayudar. Estoy muy orgullosa. No pudieron. El amor es más fuerte que el odio. Siempre”.
Su familia
La #Nieta126 es hija de Edgardo Garnier y Violeta Graciela Ortonali, que fue secuestrada embarazada en 1976. Violeta nació en la ciudad de Buenos Aires el 11 de octubre de 1953. Edgardo el 7 de agosto de 1955 en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos. Su familia lo llamaba “Edgar” o “Rober” y sus amigos “El Chueco” o “El Pato”. Ambos militaron en la FAEP, Edgardo también militó en la JP y Violeta en la JUP. Luego compartieron su militancia en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban “La Viole” y a él “La Vieja Bordolino” o “El Viejo”.
Violeta fue secuestrada el 14 de diciembre de 1976 en el Barrio La Granja, La Plata. Edgardo fue secuestrado el 8 de febrero de 1977 en la ciudad de La Plata. La joven estaba embarazada de ocho meses. Pensaban llamar Marcos, Enrique o Vanesa al bebé que esperaban. La niña se llamó Adriana.
Hasta ayer desconocía su identidad. Hacía unos meses supo que era adoptada y por la fecha de nacimiento sospechó que podía ser hija de desaparecidos.
El anuncio
Cuando supo la noticia, la #Nieta126 no quiso esperar ni un minuto para encontrarse con su familia. “Saben que está en la casa de las Abuelas en este momento. Nos quiso conocer hoy mismo, que supo que era la hija de un matrimonio víctima de la dictadura cívico militar”, contó ayer Estela de Carlotto durante un acto.
“Está recibiendo a su familia, que la quiso ver hoy. La llamé por teléfono a la abuela, la única abuela que está, en Entre Ríos. Tiene 86 años. ‘Habla Estela Carlotto, y es para darle una buena noticia’, le dije. Ay, dijo, menos mal que estoy sentada. Tanto la buscó, tanto la buscamos todos”.
La chica, dijo Carlotto, “se está encontrando con una gran familia: compañeros de sus padres, que le están contando. Lágrimas tiene, sonrisas. Cuando la conozcan se van a quedar maravillados porque es la frescura en persona. La valentía que tiene, porque buscó, vino, preguntó. Y supo su verdad. En el poco tiempo que pudimos conversar con ella nos dijo ‘con razón yo tenía a veces reacciones un poco extrañas, que me decían, pero vos sos medio revolucionaria'”.
“40 años te estuvimos esperando”, dijo una de las tías de la nueva nieta recuperada.