Episiotomía, una forma más de mutilación genital femenina

Según la OMS la práctica antes “habitual” es necesaria en sólo el 10% de los casos. Los partos respetados ayudaron a disminuir las intervenciones. En el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina compartimos este texto para concientizar sobre la idea de que si es rutina, es mutilación.

Episiotomía, una forma más de mutilación genital femenina

04/02/2022

Por Luciana Mangó* 

Cuando María Petraccaro estaba embarazada habló con su obstetra sobre cómo deseaba parir. Quería que fuera lo más natural posible: sin sueros, peridural, ni episiotomía (corte en la vagina). Pero el parto se adelantó dos meses y, antes de entrar al quirófano, la médica le dijo que debía hacerle la incisión ya que estaba recomendada para nacimientos prematuros. María intentó negarse, pero finalmente aceptó. Una hora y media después nació su hija. Durante los siguientes 44 días María caminó las 6 cuadras que separaban su casa de la sala de neonatología cada 3 horas. Lo hizo con un corte en la vagina que para cicatrizar necesitaba del reposo que ella no podía hacer hasta que a su bebé le dieran el alta.

“Estos días estuve en contacto con esa cicatriz que el sistema médico decidió imprimirme en el cuerpo. Durante más de un año tuve molestias para tener relaciones sexuales. Hoy creo que no evaluaron la particularidad de mi caso y lo hicieron por indicación rutinaria desconociendo la evidencia”, contó Petraccaro a El Ciudadano.

Petraccaro integra el colectivo Mujeres en Tribu, una organización que desde 2016 pelea por el derecho de mujeres y personas gestantes a tener un parto respetado. El viernes de la semana pasada participó de un panel dentro de una jornada por el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina que tuvo lugar en Cemar. Profesionales de la salud y organizaciones de mujeres hablaron sobre el procedimiento que sólo es necesario en el 10 por ciento de los partos según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde hace unos años, los hospitales públicos locales trabajan para llegar a ese porcentaje: en el Hospital Roque Sáenz Peña la práctica bajó 10 veces en la última década y en la Maternidad Martín sólo la hacen en el 18 por ciento de los casos. Desde que mujeres y gestantes pueden elegir cómo parir disminuyeron los desgarros y la necesidad de la intervención quirúrgica.

“Se logró reducir notoriamente las episiotomías en todos las maternidades de Rosario, principalmente en el Roque Sáenz Peña. No quiere decir que no tengan sentido. Pero las mujeres nos están diciendo que trae consecuencias posteriores en su calidad de vida y, sumado a la evidencia científica que dice que no es necesaria en todos los casos, debemos replantearnos las prácticas médicas”, dijo a El Ciudadano Daniel Teppaz, coordinador de la Red de Salud Sexual y Reproductiva municipal.

Selectivas

Cuando Teppaz estudiaba obstetricia en el Roque Sáenz Peña los docentes lo felicitaron por asistir el parto de una primeriza sin necesidad de una episiotomía. Pero en las tres décadas que le siguieron, las hizo de forma rutinaria.

“Nadie las hace (a las episiotomías) porque no le interesan las mujeres o tiene mala intención. Las hicimos convencidos de que era lo mejor. La OMS dice que en un 10 por ciento de los nacimientos podría estar indicada, por lo que no siempre está mal. La invitación es a hacerlas con conciencia y con indicación porque las mujeres nos están diciendo que causan un daño y tienen que sufrir las consecuencias. La mutilación genital es asociada habitualmente a las prácticas de otros continentes contra la voluntad de las mujeres, pero debemos pensar qué pasa con las episiotomías que se hacen sin necesidad”, explicó el profesional.

“Desde hace unos años, en las maternidades de Rosario y el país reflexionamos sobre el valor de la episiotomía. Trabajamos en partos respetados, maternidades seguras y en familia, en que las mujeres e hijes puedan ser las personas protagonistas del nacimiento y tuvimos en cuenta la evidencia científica. Estas voces están revolucionando el pensamiento de los últimos años a través del movimiento feminista. Tenemos que ponernos a su servicio y revisar la evidencia en función del relato de las mujeres”, agregó.

Parto respetado

En la Argentina la ley 25.929 de Parto Humanizado, aprobada en 2004 y reglamentada recién en 2015, establece los derechos de las mujeres y personas gestantes. Ordena una serie de premisas que la salud pública y privada debe tener en cuenta a la hora del parto y postparto. Entre ellas, evitar prácticas invasivas, suministrar medicación innecesaria, informar sobre las diferentes intervenciones médicas y permitir a quien está pariendo que participe en la toma de decisiones.

En Santa Fe, la Legislatura adhirió a la normativa nacional en 2017 y en noviembre de 2019 el Ministerio de Salud de la provincia la reglamentó. En Rosario, las maternidades del Roque Saenz Peña y la Martin la llevan a la práctica. Las mujeres y personas gestantes pueden elegir cómo parir: acompañadas por sus familiares, en un ambiente parecido a su casa, en la posición que deseen, con métodos de anestesia no farmacólogicos, y acorde a los tiempos que cada una necesite.

Para Teppaz, el parto respetado mejoró los indicadores cuantitativos, pero fundamentalmente la experiencia de mujeres y gestantes. “Bajó la cantidad de episiotomías, de suero con oxitocina y de cesáreas. Cambió el tiempo entre el nacimiento, el corte del cordón umbilical y el contacta con la madre. Vemos que los indicadores mejoraron notoriamente en todas las maternidades. El Roque viene haciendo un trabajo con buenos resultados, donde redujo la cantidad de bebés que van a neonatología. La Martin viene trabajando en la misma línea”, señaló Teppaz.

“Con la Secretaría de Salud Pública, el ex Instituto Municipal de la Mujer y la Defensoría del Pueblo hicimos una investigación cualitativa con la opinión de las mujeres y gestantes sobre la experiencia. Los profesionales las acompañamos con una mirada técnica pero la mayoría de las veces no es necesaria. Es una experiencia emocionante y estimulante ver cómo son capaces de llevar adelante un nacimiento cuando está atravesado por el deseo”, concluyó.

Rutina es mutilación

El Hospital Roque Sáenz Peña bajó 10 veces en la última década la tasa de episiotomías. Entre 2009 y 2019 el porcentaje se redujo del 33 a 2,7 por ciento y se posicionó como el primer hospital en Argentina en disminuir las prácticas de incisiones vaginales en las parturientas.

La Asamblea General de la ONU designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina para concientizar, ampliar y dirigir los esfuerzos mundiales hacia la eliminación de estas prácticas de forma rutinaria que traen consecuencias nocivas para miles de mujeres.

En Rosario, se hizo una jornada donde pusieron atención especial a la práctica rutinaria de episiotomías durante el parto como una forma más de mutilación genital. Participaron las maternidades de la salud pública local, menos el Hospital Eva Perón de Baigorria, los centros de salud, la Secretaría de Salud Sexual y Reproductiva de la provincia, organizaciones de mujeres, el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (Crep), el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), y el Sindicato de la Salud Pública.

Evidencia

En 1991 el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (Crep) hizo un estudio sobre 2.600 mujeres donde compararon las episiotomías que se hacen de forma rutinaria con las selectivas. Los resultados mostraron que cuando la intervención fue selectiva, sólo tres de cada diez mujeres necesitaron la práctica. En tanto, en las rutinarias, el 90 por ciento pasó por esta intervención.

“La evidencia, confirmada por un estudio reciente hecho en Tailanda, mostró que no es necesario hacerlas de forma rutinaria ya que no acorta el tiempo de parto. Además cuando se hace de forma selectiva hay menos desgarros”, dijo el director del Crep, Guillermo Carroli. Desde la asociación que colabora con la OMS señalaron que los estudios buscan disminuir la práctica, y aclararon que no todas las episiotomías son mutilaciones ya que hay casos donde son necesarias. “Las episiotomías injustificadas son las que se realizan de forma rutinaria (es decir, en todos los partos vaginales sin importar la condición de la mujer o la del bebé), pues se demostró que no sólo no previenen, sino que pueden empeorar complicaciones en la salud de la mujer, principalmente los desgarros graves del periné que involucran tejidos y músculos del ano”, explicaron.

¿Grieta obstétrica?

El lunes siguiente a la jornada contra la mutilación genital femenina, un comunicado anónimo fue difundido entre los profesionales de la salud. Titulado “la grieta obstétrica” negaba que la episiotomía sea una forma de mutilación. “Quiero suponer que quien lo escribió no asistió a la reunión, porque de haberlo hecho hubiera comprendido que no juzgamos a los profesionales. Es difícil deshacerse de las costumbres y aceptar que las cosas que aprendimos en la facultad cambiaron. Cada vez que se propone una modificación en las prácticas hay sectores resistentes que se sienten incómodos. Tenemos que reflexionar y pensar junto con las mujeres cómo mejorar las prácticas”, opinó Teppaz.

Por su parte, la organización Mujeres en Tribu salió a responderle. “Habla en un lenguaje virulento contra las mujeres y el trabajo de profesionales de la salud que hablan de un cambio de paradigma en la atención de nacimientos. Fue una defensa corporativa por intereses y la gestión del poder con el control de los cuerpos de mujeres y gestantes. Además el comunicado plantea no cumplir con la ley nacional”, expresaron y agregaron: “No saben lo que significa tener una cicatriz en el perineo, que en la mayoría de los casos se realiza sin autorización ni conocimiento de la mujer, que provoca profundo dolor, problemas en la vida sexual y reproductiva y trastornos psicológicos para siempre. Con su necedad están enfrentando la evidencia científica, avalando y sosteniendo la violencia que denunciamos”, concluyeron en el comunicado.

*Esta nota se publicó originalmente en El Ciudadano el 15 de febrero de 2020.