Gonzalo Fonseca tiene 648 mil seguidores en twitter y casi dos millones en Youtube. Lucas Castel tiene casi tres millones de suscriptores en youtube: Yao Cabrera, 2.2 millones y Fabri Lemus, poco más de 500 mil. La mayoría de su público tiene va desde los 9 a los 15 años. Los cuatro son youtubers y este fin de semana aparecieron en un video: se los ve en la habitación de un hotel manoseando a una chica, que está acostada boca abajo en una cama matrimonial.
Un quinto youtuber -que no hizo nada para frenar la situación- filmó el video de esa noche de hace dos años y ahora lo subió a su canal. Las imágenes se viralizaron en el acto y en las redes sociales comenzó una polémica sobre la escena. Si fue o no fue un abuso, si es una práctica común que cuatro varones se tiren encima de una chica, le desabrochen el corpiño, le pasen la lengua por la espalda.
Al principio, los youtubers salieron a pedir disculpas: entre las excusas, la más repetida fue que estaban borrachos sin reparos en la naturalización del abuso y la cultura de la violación. Más tarde convirtieron la situación en lo que en el mundo de Youtube se llama ‘salseo’: una forma de ganar fama provocando polémicas, peleas, acusaciones cruzadas, desmentidas y descargos.
La mayoría de los involucrados creció en suscriptores mezclando ese tipo de polémicas con bromas callejeras -algunas de ellas bastante crueles- mostrando su vida privada y aliándose o convirtiéndose en enemigos de sus pares. Esa misma lógica se aplicó al video que desató la denuncia.
Es hora de diferenciar pajero de abusador. Vivir caliente nada tiene que ver con querer doblegar la voluntad de otra persona.
— malena pichot (@malepichot) 30 de julio de 2017
Me ponen al tanto de los youtubers violadores y me cuentan también que los fans acosan a la chica claramente inconsciente en el video
— malena pichot (@malepichot) 30 de julio de 2017
En una primera instancia, la joven abusada también grabó su propio descargo y dijo que no fue un abuso, sino que la situación se había dado porque -otra vez- “estaban todos muy borrachos”. Sí reconoció que hubo “un poco de manoseo” y también que no le parece bien “que traten así a una mujer”.
Más tarde, luego de una catarata de mensajes de solidaridad, donde muchas mujeres le explicaron que ella no tenía la culpa de nada, borró el video y entendió que fue un abuso:
nosotres vamos a estar siempre para ayudarte con lo que quieras, tenes nuestro apoyo incondicionalmente, no estás sola en esto. pic.twitter.com/2ZuIWDn4UJ
— guada (@adroguesnett) 1 de agosto de 2017
gracias, y tenes razon. mañana empiezo con la denuncia . gracias por hacerme ver la realidad. es que estaba asustada. en serio.
— Luni (@lunny_sol) 31 de julio de 2017
Pero si la chica reflexionó y tomó conciencia de la situación en tiempo real y en las redes sociales, los acusados usaron el mismo método pero con el efecto contrario: construyeron un manual de argumentos machistas para justificar el abuso.
Gonzalo Fonseca -el youtuber con 1.800.000 suscriptores, publicó un video con el audio de una conversación con la chica y una foto donde se la ve a ella riéndose. Además de intentar convencerla a ella de que no se trató de un abuso y que si no se desdecía todos iban a tener problemas, el youtuber dice:
-Que ella se pudo haber ido porque fue hasta el baño y porque sus amigos estaban en el mismo hotel.
-Que se trata de una sociedad machista que la juzga por estar con varios hombres a la vez, y que eso hizo que la chica saliera a desdecirse y dar explicaciones, ‘para no quedar como puta’ y que por eso en sus videos explicando que pasó se la nota ‘muy confusa’. Y que por eso, él -como una especie de salvador- iba a aclarar todo.
-Que tan borracha no estaba y que en algunas fotos se la ve riendo y que no la pasó mal.
-También argumentó que la situación, de no revertirse, podría ‘arruinarle la carrera’ a varios Youtubers.
Lucas Castel -de 2.9 millones de suscriptores- también salió a defenderse. Con una sonrisa socarrona, dijo que durante una fiesta, la chica entró a la habitación del hotel y se tiró en la cama. ‘Fue todo un juego, nos estábamos divirtiendo’. Y que él, como no quería ser parte (le parecía ‘una situación asquerosa’), se levantó y se fue.
‘Asumí que no estaba pasando nada malo, por eso no interrumpí’. Más adelante -en el mismo video- dice que él también había tomado alcohol y que por eso se reía.
“Empecé a los 16 años, crecí con ustedes. Saben que no soy capaz de violar a nadie”, dice más tarde. Y agrega que si ven situaciones donde alguien está forzado a hacer algo que no quiere, “tienen que frenar la situación”.
Algo que, claramente, él no hizo.
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