Cosecha Roja.-
“Acá no es que a alguien se le escapa un tiro: hay un sistema de corrupción y una maquinaria de intereses que incluyen a la policía, la justicia y los medios, y que busca un culpable: tiene visera y vive en una villa”, dijo Leonardo Rebolino, coordinador de la Campaña contra la Violencia Institucional, en el seminario que organizaron para discutir la cobertura mediática de la violencia y cuestionar la generación de estigmas y la invisibilización de las víctimas.
En la apertura del seminario Rebolino dijo: “Al pibe se le vulneran doscientos derechos antes de que agarre un arma. Hay que reconstruir el relato, contar el lado B, decir cómo llegó ahí el pibe que muere en un supuesto enfrentamiento, cómo fueron sus condiciones de vida, cuáles fueron sus espacios de inclusión”.
Raquel Witis –mamá de Mariano- contó cómo mataron a su hijo y el camino que recorrió en la justicia para recuperar la dignidad de la víctima: “Las prácticas policiales son nefastas pero las prácticas judiciales son perversas”, dijo.
Diego de Charras, director de la carrera de Comunicación Social de la universidad de Buenos Aires, dijo que es imposible pensar “la seguridad democrática sin pensar la desigualdad social”. Y agregó: “Es una disputa contra el sentido social clasemediero, desideologizado y punitivista”. El secretario de derechos humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacionalde La Plata, Jorge Jaunarena, cuestionó: “Si cada vez que aparece un pibe en los medios, aparece en co-presencia de un delito, quedan inevitablemente asociados”.
De gatillo fácil a violencia institucional
Durante el panel sobre la construcción social del miedo, la Doctora en Ciencias Sociales Stella Martini explicó el valor de la noticia en una sociedad: construye la realidad de un mundo que no podemos conocer en su totalidad con la experiencia inmediata. “Tiene el valor de imagen del mundo, creemos que suceden una serie de hechos porque lo dicen los medios”, dijo. Subrayó la relevancia de la información en la construcción de ciudadanía.
Cuando los medios publican un hecho de violencia institucional y utilizan los términos “saña”, “exceso”, “delincuente abatido”, omiten que es una práctica sistemática “de la misma manera que, en su momento, se dijo que algunos militares se llevaban bebés de los centros de exterminio para ´darles una vida mejor´”, dijo Martini. Allí también se negó el plan sistemático.
En las noticias, agregó, se construyen modelos de buenos y malos: “están los personajes modelos –padres de familia, vecinos, trabajadores honestos, buenos ciudadanos- y, por otro lado, los que no tienen derechos: los pobres, los inmigrantes o los locos”.
El periodista Cristian Alarcón contó la campaña comunicacional que, como estudiantes de periodismo, hicieron los compañeros de Miguel Bru cuando desapareció en 1993. “Fue víctima de gatillo fácil, tortura y desaparición”, dijo. Pero la justicia manejaba hipótesis sobre que se había ido a comprar porro, o que era homosexual y no se animaba a decirlo. La violencia institucional no parecía posible: “Dimos la batalla de la verosimilitud, convertimos el relato de lo que había pasado en verosímil”, contó.
Alarcón se refirió a la complejidad de las agendas de noticias y al desafío de disputar la tapa de los grandes medios: “A la hora de producir sentido hay que tener información y debe ser novedosa. Hay que laburar mucho: es un camino de tenacidad y persistencia, lleno de posibilidades de fracaso. Si no se investiga, no sirve y si no narramos, probablemente lo que conseguimos no sirva porque nadie lo lea”.
Detrás de cada crimen “hay una sistematicidad y siempre es territorial”, dijo. Durante la investigación, recomendó averiguar sobre las prácticas particulares porque “las reglas cambian de taquería en taquería”. Aunque la cultura de la violencia es la misma, hay que lograr saber “cómo son las ilegalidades, cómo se gestionan, quiénes las usufructúan”. Y agregó: “los pibes son una variable de ajuste en las economías ilegales”.
La Campaña contra la Violencia Institucional organizó el seminario junto a Memoria en Movimiento, la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, Infojus Noticias, la Facultad de Periodismo de La Plata y la de Ciencias Sociales de la UBA y la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). Trabajaron sobre el Decálogo para una cobertura responsable de hechos de violencia institucional.
También estuvieron presentes María Sucarrat -secretaria de redacción de Tiempo Argentino-, Diego Llumá -Director Nacional de Cooperación Regional e Internacional de la Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación-, Sebastián Hacher -Jefe de Redacción de Infojus Noticias-, Myriam Pelazas – Coordinadora del Observatorio de la Discriminación en Radio y TV-, Verónica Torras -Coordinadora del Programa Memoria en Movimiento- y el diputado Leonardo Grosso, entre otros.
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