Reproducimos el texto publicado por Priscila Zijlstra, compañera de Emma Córdoba, estudiante de medicina atacada el sábado en Punta Lara.
Pasan las horas y sigo sin encontrar palabras para contar lo que pasó. Siento mucha tristeza, me siento disminuida, me falta Maria Emma, me duele A. L., me duele la sociedad en la que vivo. Ellas son dos compañeras que como yo soñaban con ser médicas y estaban muy cerca de lograrlo, pero fueron reducidas por un hombre que aprovechó cuando Maria abrió la puerta para entrar a sus mascotas del patio, tan simple como eso.
Voy a decir pocas palabras, pero que son todo el horror junto: las amenazó, las ató, abusó de ellas, las lastimo de maneras impensables, las acuchilló. Después intento prenderlas fuego para tapar lo sucedido…y así nomás se fue a su propia casa y se acostó a dormir.
Hoy una de ellas, Maria Emma, ya no puede soñar. La mató. No me la voy a volver a cruzar sonriente por la facultad o por el hospital (con su ambo azul, con el que la tengo grabada en la memoria), no voy a volver a escucharla nunca mas. Y su amiga, tiene que luchar por su existencia en una cama de un hospital donde ella también queria ayudar a la gente.
Desde que esto pasó lei muchisimas notas donde la mala información, la mala intención, abren todavía mas la herida: Que el agresor tenia una relación sentimental con una de las chicas, que ellas se estaban drogando y alcoholizando… se imaginarán.
El hombre que hizo esto no está enfermo, no es un loco, es el resultado del patriarcado, de una sociedad que enseña que las mujeres somos objetos, que nos pueden usar y tirar y asi aparecen mujeres con la carne destrozada adentro de bolsas de basura mas seguido de lo que puedo contar, que ni siqiuiera merecemos elegir sobre nuestro cuerpo, o recibir el mismo sueldo por el mismo trabajo que un hombre (y muchisimas cosas mas).
En Argentina todos los días son incontables las mujeres que sufren la violencia machista. Tanto que una de nosotras es asesinada por razón de su sexo cada 36 horas, hoy mi compañera suma un número a esa lista, y se me parte el alma. Estoy muy triste.
En mi país estás en riesgo solo por ser mujer. Hoy, nueve de julio, el día en que celebramos que somos libres e independientes, no me siento libre. Como puedo si no me es posible salir a la calle o abrir la puerta de mi casa sin pensar que la próxima puedo ser yo, o una de mis amigas,o vos, o cualquiera?
Cuando le cuento a las personas que soy feminista, casi siempre tengo que explicarme, tengo que contar la definción, por qué se llama así el movimiento y no igualismo, tengo que escuchar bromas sobre las feminazis, explicar que no odio a los hombres, y un sin fín de etcéteras que se imaginaran. No puedo creer que sea necesario justificar por qué salgo a marchar para pedir justicia, para decir NI UNA MENOS victima de esta violencia, justificar por que quiero que las cosas sean distintas. No habla por si sola la realidad?
Quería escribirlo, para que quienes aún no lo saben se enteren. Que sepan que Maria Emma era buena, alegre, que luchaba por ser feliz y porque los demás también lo sean. Que sepan que si hubiera sido yo ella estaría mañana organizándose para luchar por mi. Y que yo voy a estar ahí por ella, por todas.
Nunca me voy a acostumbrar, nunca me voy a olvidar.
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