Unos minutos antes de las 7 de la mañana Gisel Romina Varela, agente de la Policía Local de Mar del Plata, esperaba el colectivo en Alberti y Lamadrid, en el centro de la ciudad. Vestía uniforme y chaleco antibalas. Un hombre se acercó a la parada. Sacó un arma y disparó: una bala le dio en el cuello y otra en el mentón. Después escapó en un Toyota Etios gris. En la cartera de Gisel la Policía Científica encontró un papel: era la restricción perimetral contra su ex pareja, Sergio Alejandro Cejas.
El fiscal Fernando Castro identificó el Etios gris patente NNR008 en el que escapó el asesino: estaba a nombre de Cejas. Durante varias horas la Policía Bonaerense lo buscó por Mar del Plata y algunas ciudades de alrededor. Unas horas después el Comando de Patrullas de Miramar lo encontró en las calles 21 y 28 de esa ciudad. Tenía las llaves del auto y manchas de sangre en la ropa, dijeron fuentes policiales a Cosecha Roja. El fiscal anticipó que lo imputará por femicidio y mañana le tomará declaración.
Gisel tenía 33 años y una hija de 10. Había denunciado varias veces a Cejas por violencia de género. El 8 de agosto de 2018 el juez Juan Facundo Dominon, a cargo del Juzgado de Familia 4 de Mar del Plata, dictó una “restricción de acercamiento”.
Hasta el 1 de abril de 2019 Cejas tenía prohibido ir a la casa, al trabajo o acercarse a menos de 300 metros de cualquier lugar donde pudiera encontrarse con su ex pareja o contactarla por cualquier red social. “De incumplir con esto se dispondrá un llamado de atención y apercibimiento”, dijo Dominon.
El juez habilitó la posibilidad de que Gisel pidiera un botón antipánico en la Dirección de la Mujer y ordenó que la policía realizara “rondines y recorridas periódicas en el domicilio de la víctima”. Nada de eso alcanzó. Esta mañana Cejas la asesinó a 200 metros de su casa.