“Gordita, estás enferma, te voy a llevar a un psicólogo ¿Cómo te vas a golpear contra la pared?”, le gritó para que escucharan los vecinos.
El sábado 24, a medianoche, Carla Pereira caminaba desorientada y desfigurada por una vereda del barrio El Bordo, en San Luis, pidiendo auxilio. Había logrado zafar de una golpiza brutal que, minutos antes, le había dado su pareja, un adolescente de 17 años amante del kick boxing.
Una amiga rescató a Carla y la llevó al Hospital de La Toma. Los médicos la revisaron, le hicieron una radiografía. Estuvieron hasta las dos de la mañana. Salieron de allí y fueron a la comisaría a hacer la denuncia. A las cuatro fueron a la casa de la familia de Carla.
Carolina Pereira, una de las hermanas, recuerda que durante la mañana Carla estaba lucida. Le llegó a contar lo que había pasado y se preparó un té.
Horas después, Carla se fotografió y publicó en Facebook varias fotos de su rostro con moretones. Estuvo tranquila hasta las tres de la tarde. Luego se descompensó. “No coordinaba para caminar y hablaba incoherencias. Mi mamá, que estaba en el trabajo, la llamó. Después fue a buscarla con una amiga. Y mi hermana, junto a una chica que la acompañaba, salió a la calle e intentó parar un auto, para ir al hospital. De ahí la trasladaron al Hospital San Luis. Tal vez si le hubiesen hecho otros exámenes se habrían dado cuenta” de la gravedad de las lesiones internas, explicó Carolina a los medios locales.
“No doy más, me falta el aire”, le dijo Carla a su amiga Miriam. “Siento que me voy”.
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Carla tiene un hijo de ocho años. El sábado 24 estaba con su papá, Emanuel Garro. El hombre se había acercado hasta la casa donde ella vivía con el agresor desde hacía siete meses para buscar ropa del niño. “¿Vos me llamaste al celular desde el teléfono de tu papá?”, le preguntó a su ex. Ella le dijo que no. A unos metros, su novio escuchaba la conversación. Él le había prohibido tener contacto con su ex y la amenazaba de muerte. Cuando el padre del chico se fue, comenzó a increparla y luego a golpearla. La sentó en el sillón y comenzó a golpearla con los puños. Después la llevó a la habitación, la acostó sobre la cama y siguió. “A Carla se le fue la lengua para atrás. Intentaba tomar fuerza para sacárselo de encima pero no podía”, contó Carolina. “Me contó que en un momento le dio una cachetada que la dio vuelta”.
-Por favor, pasame un trapo para limparme que me sale mucha sangre.
-No ya está. De acá no vas a salir viva.
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Carla Pereira murió el miércoles a las diez y media de la noche en la terapia intensiva del Hospital San Luis. Estaba en coma inducido. Los médicos habían comunicado a los familiares que sólo podía salvarla un milagro. Según los estudios, además de los daños recientes, había lesiones de golpes anteriores. Ese sábado, después de la golpiza, uno de sus pulmones dejó de funcionar y un coágulo en su cabeza alarmó a los médicos. Los cirujanos la operaron el martes: le colocaron una válvula para que drenara el derrame cerebral. La cirugía estabilizó a Carla pero finalmente quedó con muerte cerebral. Según el sitio El Chorrillero.com, el Ministerio de Salud pidió la judicialización del caso pero la familia, mientras la mujer estaba con vida, se negó.
La Policía de La Toma detuvo al agresor. Lo trasladaron a la Comisaría del Menor y está a disposición de la jueza de Familia y Menores Viviana Oste.
Carla ya había sido asistida por la Secretaría de la Mujer #Ni Una Menos por un hecho de violencia que sufrió con otra pareja. A pesar de que la mujer tenía un seguimiento por parte de las profesionales, desde la Secretaría señalaron que la mujer no informó ni a su entorno ni a la institución sobre los ataques físicos de su nueva pareja.
El de Carla es el tercer femicidio en Sal Luis en lo que va del año.
El 20 de marzo en una vivienda del barrio KM 4, en Villa Mercedes, Tamara Olguín embarazada de cuatro meses fue asesinada por su pareja, Kevin Avallay, en prisión preventiva por el delito de “homicidio calificado y aborto preterintencional”.
El 22 de marzo, Lucas Gómez, violó y mató a su hijastra de 12 años en la ciudad de San Luis y fue detenido pro el delito de “abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado por la calidad de guardador y el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente, en concurso real con homicidio agravado criminis causa, por perpetrarse con alevosía y mediar circunstancias de violencia de género”.
El miércoles 11 de mayo Gómez fue hallado ahorcado en su celda, en la Penitenciaría de Pampa de las Salinas.
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