Cosecha Roja.-
Una mujer embarazada confesó que mató a la esposa y a la hija de su amante, para vengarse de él porque la maltrataba. La acusada, empleada en una carnicería, apuñaló 12 veces a Mónica Vega, de 29 años, y asfixió con una bolsa a la nena de 3 años. El doble crimen conmocionó a los habitantes de Las Lomitas, en Formosa.
Las Lomitas creció al paso del ferrocarril en la provincia de Formosa. Dicen sus habitantes que es un pueblo tranquilo, de esos en los que nunca pasa nada. Jóvenes y viejos trabajan en hatos ganaderos, pastoreando animales y aprovechando los frutos de la tierra. La apacible vida rural se interrumpe pocas veces, acaso cuando hay fiestas en el pueblo o cuando un crimen familiar es descubierto.
El lunes antes del mediodía, un ex policía pasó por la casa de su hija porque ella no le contestaba el teléfono. Le pareció extraño que no lo hiciera, pues hablaban con frecuencia y quería confirmar si iba por su nieto mayor a la escuela. Al llegar encontró silencio y una escena dolorosa: su hija Mónica Vega, de 29 años y embarazada, estaba tendida en el suelo, en un charco de sangre. Cerca del cuerpo apuñalado, su nieta de 3 años yacía también sin vida.
El abuelo, entrenado en la fuerza para preservar la escena del crimen, avisó a la Policía y salió a caminar por el barrio. Con lágrimas y desconcierto, llamó a su yerno, Hugo Díaz, para que llegara rápido a la casa; estaba a diez kilómetros de Las Lomitas, trabajando en un campo de ganado. Preguntó a los vecinos si habían visto a algo raro y esperó el levantamiento de los cadáveres.
Tras las primeras averiguaciones, la Comisaría Regional N.º 4 demoró a tres personas: Hugo Díaz y dos mujeres, de 35 y 32 años, quienes fueron señaladas como sus supuestas amantes. Los vecinos habían dicho que las vieron esa mañana caminando cerca a la casa y comenzaron a tejerse varias versiones. Unos decían que el hombre había matado a su esposa y a su hija después de una discusión; otros, que las amantes de Díaz, una de ellas también embarazada, estaban confabuladas para vengarse de él porque las había engañado.
La historia verdadera se conoció ayer cuando una de las acusadas, también embarazada, rompió su silencio y contó lo que había pasado. El juez de Instrucción de Las Lomitas, Sergio Rolando López, recibió la confesión. La mujer de 32 años dijo que fue ella quien cometió el doble crimen, que lo hizo “para vengarse del esposo y el padre de las víctimas”, a quien señaló como su amante. Los pesquisas secuestraron teléfonos celulares donde habría mensajes y llamadas que demostrarían la relación entre la víctima, el marido y la novia.
En su confesión, la mujer dijo que fue a las 9 de la mañana a la casa de Mónica Vega. A esa hora, ya el niño de 7 años estaba en la escuela y el esposo se había ido a trabajar en el campo. Las dos estaban embarazadas del mismo hombre y por eso discutieron. Los muebles estaban volteados y había objetos quebrados en el living.
La mujer, empleada en una carnicería, dijo que apuñaló a la esposa de Díaz y luego fue por la niña, que no paraba de llorar. Agregó que el fin de semana el hombre la había golpeado y que quería vengarse de él.
Según los resultados preliminares de la autopsia, la acusada de 32 años le dio 12 puntazos a la madre –uno en la yugular– y asfixió a la pequeña con una bolsa de nailon. Salió corriendo de allí y fue hasta la casa de su hermana para ducharse y cambiarse de ropa. Tiró las prendas ensangrentadas por un zanjón y esperó a que no la descubrieran. El cuchillo que usó aún no ha sido hallado.
La otra mujer que estaba detenida y el marido de la víctima fueron dejados en libertad. Aunque el juez López consideró que el caso está esclarecido, anunció varios allanamientos para encontrar el arma homicida y las prendas mencionadas en la confesión.
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