Hasta siempre, Gise

¿Cómo se despide a una compañera con la que sabíamos que siempre podíamos contar? Gisela Nicosia fue parte de la primera camada de la Beca Cosecha Roja. Hoy nos enteramos de su muerte. La lloramos y la recordamos con amor.

Hasta siempre, Gise

Por Natalia Arenas
29/11/2021

“Nos vemos hoy. Besote” dice uno de los últimos mensajes que tengo de Gisela Nicosia en mi Whastapp. Nos vimos por última vez esa noche de noviembre de 2018 en Casa Sofía, en una choripaneada que organizamos desde Cosecha Roja para juntar fondos. Hacía dos años que no nos veíamos. Hubo un abrazo fuerte. No recuerdo de qué hablamos. Seguro de nuestras vidas, de los laburos, de feminismo. 

Gisela siempre sonreía. Al menos así la recuerdo ahora. La conocí en 2016: fuimos parte de la primera camada de la Beca Cosecha Roja. Ella por Big Bang News, yo por Diario Popular. No teníamos una tarea fácil: había que hackear las redacciones y de a poco empezar a meterle perspectiva de género a nuestro trabajo. 

Éramos 14 periodistas y nos dividieron en dos grupos. En la clase de Narrativas nos tocó cursar juntas, con el maestro Sebastián Hacher, y durante cuatro meses compartimos clase virtual, ediciones y charlas.

Gisela era de las mejores. No lo digo ahora por cortesía ni oportunismo. Siempre lo pensé y lo sentí. Incluso un poco yo quería ser como ella: más creativa, más ingeniosa. Traía buenas ideas y temas y siempre estaba dispuesta a escuchar y a sumar. 

Fue una de las primeras en publicar una nota gestada en la Beca CR: escribió sobre un refugio para madres víctimas de violencia de género. Esa crónica, que también fue publicada en Big Bang News, le valió el primer premio ADEPA en la categoría Periodismo de Investigación. Después siguió con la temática y escribió sobre un caso particular, la historia de un adolescente que desde un refugio para mujeres capacita a otros para informar sobre la violencia de género.

Además de ser parte de la primera generación de periodistas del sitio Big Bang News, trabajó en la revista Gente y en el diario Perfil, entre otros medios. Los últimos años (¿cómo se puede escribir de los últimos años de una mujer que no llegó a los 40?) los dedicó a la consultoría comunicacional y a la gestión de redes sociales: era CEO y directora creativa de su propia agencia de comunicación “Pilaf producciones”.   

La noticia de su muerte llega por las redes y es inexplicable. Demasiado pronto, repiten algunes amigues en las redes.  

Una nota en el portal Big Bang News la recuerda con amor: “Resulta imposible asimilar que ya no estás entre nosotros, porque seguís acá; en cada rinconcito de la redacción, en cada una de las enseñanzas que nos diste, en cada consejo que se resignifica y seguiremos resignificando día a día. Fuiste una de las que hace casi siete años encendiste el motor de BigBang. “Primera generación”, solías marcarnos a los que entramos después. Tu paso por acá dejó una huella inmensa en todos los que tuvimos el honor y el privilegio de poder trabajar con vos”. 

Gisela dejó huella en los espacios de trabajo por los que pasó. Era todo lo que se esperaba de una buena periodista y comunicadora: laburadora, creativa, insistente, compradora. A eso le agregaba el plus de su buena onda y el amor por lo que hacía.

Entre les más de 200 becaries que pasaron por Cosecha Roja, ella dejó su impronta y es de los nombres que, después de seis años, siempre sonaba en la redacción. “Hablemos con Gise” “Podemos preguntarle a Gise” “Gise seguro sabe” “Invitemos a Gise”. 

Y así seguirá siendo hasta que nos acostumbremos a que ya no está.

Hasta siempre, Gise.      

Natalia Arenas