En menos de una semana, dos parejas homosexuales sufrieron ataques homofóbicos. En un caso, sólo fue violencia verbal (tal vez porque los separaron antes) y en otro hubo patadas y piñas.
Matías y Ariel salieron de una fiesta en Quilmes el sábado 24 de marzo a las 7 de la mañana. Tenían que tomarse el tren hasta Lanús, así que caminaron de la mano hacia la estación.
Unos pasos más atrás, dos hombres comenzaron a insultarlos y a tirarles cerveza en la espalda. Les molestaba ver a dos hombres de la mano.
Matías se dio vuelta y los insultó también. Entonces uno de los hombres le pegó a Matías una trompada en la nuca. Matías cayó al piso, intentó defenderse, pero los agresores le pegaron patadas en el cuerpo y en la cara. Lo mismo hicieron con Ariel.
Alrededor de ellos se juntó un grupo de personas. Ningunx de ellxs se acercó a intentar separar ni a ayudar a la pareja.
Cuando Matías y Ariel lograron levantarse buscaron refugio y ayuda en la estación de trenes de Quilmes. Pero un empleado no los dejó entrar: les dijo que habían ocasionado “disturbios”.
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Cristian Natalicchio, su marido, la hija de ambos, Chloe, y la niñera llegaron al bar Dandy, de Retiro. Se sentaron en una mesa y ni siquiera llegaron a pedir el desayuno: una mujer española y un varón brasileño que estaban en la mesa de al lado los empezó a agredir.
“A ustedes hay que matarlos a todos”, “son un asco” y “devolvele esa nena a sus padres” fueron sólo algunas de las frases que Cristian y su familia tuvieron que escuchar. A pesar de los insultos, él intentó calmarlos y explicarles que ambos tenían derecho a ser padres. Pero no hubo caso. A la violencia verbal se le sumó la física.
Cristian pudo agarrar a su hija de la mano y ambos se encondieron detrás de la barra. El bar parecía una batalla campal: “Volaba de todo”, contó a radio La Red de Mar del Plata.
Los que intervinieron fueron los trabajadores del local, que controlaron la situación y llamaron a la Policía. “Son unos héroes”, dijo Cristian.