Si tuvieran un auto, los familiares de Higui tardarían dos horas y 17 minutos en recorrer, por las rutas 1 y 11, los 143,9 kilómetros que separa el barrio Marilo en Bella Vista de la Unidad 51, en Magdalena.
Sin auto, entonces deberán tomar un colectivo hasta La Plata y una vez allí buscar, en Diagonal 74 y 4, la boletería de El Rápido Argentino. Luego de llegar a la terminal de Magdalena, tendrán que tomar un taxi, un remise o unas combis que pasan por las unidades 28, 35, 36 y 51. Visitar a Higui les llevaría algo más de cuatro horas, sin contar el gasto en pasaje.
A pesar de numerosos pedidos, Higui fue trasladada ayer a la Unidad 51 del Penal de Magdalena, con régimen cerrado. Ella y su familia están desesperadas.
Higui está presa desde octubre de 2016, cuando una patota de diez hombres la quiso violar por ser lesbiana. Ella se defendió con un cuchillo y mató a uno de los agresores. Llegó a la cárcel desfigurada y con signos de abuso pero nadie la escuchó.
La designación del penal se hizo el 4 de noviembre cuando la UFI 25 descentralizada en Malvinas Argentinas llevó la causa judicial a manos del fiscal Germán Muñoz. En el mismo momento en que Higui fue trasladada al Destacamento Femenino de Villa Maipú, San Martín, se pidió un cupo en una cárcel bonaerense.
El 4 de enero una nueva abogada, Raquel Hermida, tomó la causa y el 26 de abril hizo la primera presentación formal en la causa en la que pidió la excarcelación que, días después, argumentando un riesgo de fuga, le negó el Juzgado de Garantías Nro 6 de San Martín.
“La familia está muy mal. Hoy hablé con Susana, la mamá, y está peor. A esta altura consideraban, por lo menos, que a Higui se le iba a conseguir algún tipo de beneficio de prisión domiciliaria y no fue así”, dijo a Cosecha Roja Carolina Abregú, integrante del movimiento de mujeres Furia Feminista. “Tampoco se pudo limar asperezas con la abogada por lo que la situación tirante persiste. Ella hace las cosas sin participar ni a la familia ni a las organizaciones que están defendiéndola. Hay mucha tristeza y mucho desconsuelo”.
Hace un tiempo, Higui presentó un escrito ante el juzgado pidiendo que si se la trasladaba, que fuera a un lugar cercano a donde vive su familia. Pero no pudo lograr que se respetara. “Magdalena es un régimen cerrado y queda demasiado lejos para todos”, contó Abregú.
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