Federico “Chulo” Cortez venía de cumplir una condena por amenazar de muerte a su ex pareja. Yohana Castro lo visitó durante dos años en el penal de Villa Dolores. La Justicia le concedió la libertad condicional y hace 45 días ella decidió separarse. Cortez intentó asesinarla, mató a parte de su familia y se suicidó.
La Policía de Villa Sarmiento recibió un llamado. Un hombre de 30 años había matado a una familia entera. La información era confusa. Lo único que estaba claro es que una chica de 25 años, su mamá, y su hermano estaban tirados sobre el piso de tierra desangrándose. Yohana Castro tenía dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el hombro. Fue la única que sobrevivió. María Deolinda Castro (43) y Cristian Emanuel Castro (21) murieron antes de llegar al Hospital de Villa Dolores.
Unos minutos después del crimen Federico “Chulo” Cortez caminó una cuadra, cruzó un canal que lleva agua a las chacras y se pegó un tiro en la sien. En el bolsillo del pantalón llevaba una citación judicial abollada. El lunes tenía que presentarse en la Justicia por una cuota alimentaria que le reclamaba la mujer a la que años antes había amenazado con una navaja en el cuello.
Aquella historia por la que estuvo preso pasó hace poco más de siete años. La mujer se llamaba Carolina López. Hacía poco que lo había dejado. Tenían un bebé y vivían también en Villa Sarmiento, un pueblito de Traslasierra, a 111 kilómetros de la ciudad de Córdoba. El mismo lugar donde el jueves 28 de junio fue la masacre. “Si no volvés conmigo te voy a cagar matando en cualquier lado” le había dicho mientras le apretaba una navaja en el cuello. Por esos hechos, en 2015, Cortez recibió una condena de tres años por amenazas calificadas y coacción calificada.
Johana ya lo conocía y se había enamorado. Cuando lo condenaron, lo siguió viendo en la cárcel. En una de esas visitas, quedó embarazada. Tuvieron un bebé. El 15 de marzo de 2017 la Cámara del Crimen de Villa Dolores le otorgó la libertad condicional. Cuando cometió la masacre de Villa Sarmiento, Cortez estaba a tres días de cumplir su condena.
Según la reconstrucción que hizo el fiscal Raúl Castro, la pareja estaba separada hacía 45 días. Yohana se había mudado a la casa de sus papás. El día del crimen Cortez fue a entregarle el bebé. Los policías dijeron que Cortez le pedía que volviera con él. Que le insistía y que ella le decía que no. “Ahí empezaron los gritos. La mamá salió a ver qué pasaba y recibió un tiro en el tórax. El hermano volvía del almacén, a donde había ido a comprar una gaseosa para ver un partido con su familia, también intervino y Cortéz le disparó en la cabeza”, contó el fiscal.
Cuando la policía llegó todavía estaban con vida los tres. La ex suegra y el ex cuñado del femicida murieron camino al hospital. Yohana llegó consciente y se salvó gracias a una cirugía que le hacen esa misma noche.
Un vecino contó que escuchó cómo si se quebraran unas ramas y que al ratito hubo un estruendo como de disparo. Y ahí estaba Cortéz, muerto de un tiro en la frente, en el medio del monte. “Yo creo que si el chiquito de dos años hubiera estado afuera, Cortéz también podría haberlo asesinado. Tenía todo premeditado” dijo Castro.
Perfil de un femicida
En enero de este año Cortez compartió un posteo para pedir justicia por un perrito que había sido arrastrado por dos hombres en un auto. También publicó imágenes del equipo de música que le puso a su Fiat Palio Rojo, el mismo del que se bajó antes de perpetrar los homicidios. Las fotos que más se repiten en su timeline son del bebé y de Yohana. Benjamín aprendiendo a caminar y Yohana riéndose. Un asado con amigos apenas salido de la cárcel. Benjamín en el río, en la pileta, en su bautismo. Una estampita de San Expedito, patrón de las causas urgentes. Otra de Santa Rita, patrona de lo imposible.
“Feliz cumpleaños amor… espero que tengas un hermoso día ya que es un días muy especial para vos, te deceamos lo mejor de parte mia y de nuestro pequeño Benjamín” (Sic). El mensaje es del 2 de marzo pasado, en el cumpleaños número 25 de Yohana.
-A mediados de mayo ella descubrió, aparentemente, que Cortez le era infiel. Hacía varios años que estaban juntos. Durante dos años ella lo fue a visitar a la cárcel sabiendo, estimo, que había amenazado a su pareja anterior. Cuando Yohana se entera de esta infidelidad decide dejarlo y se va a vivir a la casa de sus papás, con el bebé y su nene más grande, hijo de una pareja anterior. Los dos tenían hijos de parejas anteriores, casi de la misma edad, nenes de ocho años más o menos. El papá me contó anoche que hacía 45 días que Yohana estaba viviendo con ellos.
“Gracias hijo sos lo único q hoy me acompaña”, publicó el 17 de junio el femicida en Facebook.
La figura legal
Yohana Castro está internada en la terapia intensiva del Hospital de Villa Dolores, en la provincia de Córdoba. Este viernes los médicos dijeron que se encuentra estable, aunque en estado reservado. La causa quedó caratulada como “doble homicidio seguido de suicidio”. Y si bien los crímenes de Deolinda y de Emanuel encuadran en lo que se conoce como “femicidio vinculado” el fiscal Castro explicó a La Nueva Mañana que esa figura no aplicaría en este caso.
“El femicidio vinculado es una figura introducida en el Código Penal a finales de 2012 que se usa para condenar a quienes cometen un crimen, no contra una mujer, sino contra personas cercanas a ella, para causarle dolor y daño. Pero en estos hechos, Cortez intenta asesinar a su ex pareja, a Yohana. No le importa dejarla viva para que sufra con la muerte de su hermano y su madre, sino que le pega un tiro en la cabeza y otro en el hombro para asesinarla”.
Respecto a Yohana el delito se encuadra bajo la figura de “tentativa de femicidio seguido de suicidio”, aunque el fiscal señaló que el delito se extingue una vez que el autor está muerto.
Esta nota se escribió en el marco de la Beca Cosecha Roja.