La Prensa.-
La hipótesis de que al menos 10 criminales aptos para extradición estarían detrás del asesinato del periodista Alfredo Villatoro al parecer se quedará solo en eso, pues nadie sabe quiénes son los autores intelectuales del hecho.
La Fiscalía contra el Crimen Organizado y la de Delitos Comunes aún no han podido ligar a los presuntos ejecutores del crimen con los autores intelectuales.
Después de más de cinco meses de su muerte (167 días) y de la posterior captura de los presuntos asesinos materiales, la Policía señala que un equipo especial lleva el caso, pero ya no aporta evidencias que faciliten encontrar a los ejecutores intelectuales.
Casos como el del periodista Villatoro han ocurrido con alguna frecuencia, pues el mensaje aparente en esos crímenes es justamente que el crimen organizado demuestre su poder y genere pánico en la sociedad.
Los casos más visibles son el asesinato del general Julián Arístides González , director de Lucha contra el Narcotráfico, luego el del exsubdirector del Consejo Nacional contra el Narcotráfico, Alfredo Landaverde , y finalmente el del periodista Alfredo Villatoro.
Estos tres asesinatos tienen como elemento común la conmoción dentro de la sociedad hondureña y que en los tres circularon rumores de que algunos miembros de la Policía han sido los responsables de sus crímenes.
En el caso del general González, el propio director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla , manifestó que existían sospechas de la participación policial.
La investigación de parientes de la víctima sostiene que las motocicletas participantes en su asesinato, después del suceso, fueron conducidas nada menos que a la Secretaría de Seguridad, conocido como cuartel de Casamata.
En el caso de Villatoro, asesinado el 15 de mayo pasado después de estar secuestrado desde el 9 del mismo mes, la hipótesis principal surgió porque el Congreso Nacional acababa de aprobar un decreto que permitía extraditar a hondureños vinculados al crimen organizado.
El continuo abordaje del tema de la depuración policial y su amistad cercana con el presidente de la República, Porfirio Lobo Sosa, pudieron convertir a Villatoro en el blanco perfecto para mandarle un mensaje claro al Gobierno y a la sociedad, según las conclusiones a la que llegaron analistas y expertos en aquella ocasión.
Más del caso
De acuerdo con una fuente policial, en un desmarque de los secuestradores con los autores intelectuales, los primeros intentaron cobrar un rescate por Villatoro enviando un video que mostraba que lo tenían, pero horas después el periodista fue hallado asesinado en los solares baldíos de una exclusiva colonia de Comayagüela.
Según policías consultados, en el caso de Villatoro nunca hubo intención de liberarlo con vida.
La Policía aseguró que, después del secuestro, ocurrido la madrugada del 9 de mayo, cercaron la ciudad para impedir que lo sacaran; pero a Villatoro lo llevaron a la aldea Santa Rosa, unos 10 kilómetros al sur de la capital, lo que implica que debió pasar por la posta policial de Loarque.
Lo mismo debió ocurrir al regreso a la capital para asesinarlo.
Como un mensaje del poder del crimen organizado, Villatoro fue asesinado aún con la luz del día, con una venda en los ojos y con un uniforme antiguo de la policía de élite Cobras; su cuerpo quedó tendido, firme, haciendo el saludo militar o policial. Antes del caso surgieron varias versiones y nombres de oficiales de alto rango de la Policía que estarían en la lista que el Gobierno de Estados Unidos enviaría a Honduras para extraditarlos por sus vínculos con el crimen organizado.
Hubo varias capturas relacionadas con el asesinato, pero la queja siempre fue por qué no se capturaba a los autores intelectuales, por qué lo mataron si los detenidos no tenían ningún vínculo con la víctima ni el objetivo era el secuestro; entonces no tendrían más razones que las de sicarios.
Pero las preguntas de la sociedad no tienen respuesta. El crimen organizado en Honduras solo es conocido por sus actuaciones, pero nadie dice públicamente quiénes lo conforman, mucho menos la Policía.
“Crimen organizado” es el responsable de muchos asesinatos en el país y a diferencia de Colombia y México, donde existen nombres de cabecillas buscados, en Honduras son anónimos.
Desconocen vínculos
Eduardo Villanueva, director de la DIECP (Investigación y Evaluación de la Carrera Policial), es decir el encargado de depurar a la Policía Nacional y castigar a los policías relacionados con faltas y delitos, dijo que no tiene evidencias de vínculos de la Policía con el crimen organizado ni con el crimen de Alfredo Villatoro.
Las denuncias son tan fuertes como la que hizo Julieta Castellanos , rectora de la Unah (Universidad Nacional Autónoma de Honduras), quien no solo acusa a la Policía de hechos criminales, sino a un sector policial de obstruir la aplicación de la justicia.
“En mi condición de director del órgano que tiene la responsabilidad de hacer una depuración técnica y profesional de la Policía Nacional no he encontrado indicios que me permitan creer que hay sectores de la Policía obstruyendo la acción de la justicia”, respondió Villanueva.
Agregó que la denuncia de Castellanos “sin duda es una información válida para iniciar investigaciones alrededor de esta temática. Hemos indagado para verificar que si hay racionalidad en estas afirmaciones.
Tenemos un área de investigación de delitos y otra de inteligencia donde hacemos todas las averiguaciones sobre la participación de policías en eventos criminales y por supuesto estamos buscando información para recoger evidencias procedentes”, puntializó Villanueva.
En cuanto a las versiones de que autores intelectuales del crimen de Villatoro son parte de la Policía, fue franco: “Hasta ahora no hemos tenido elementos o indicios de la participación de policías en este crimen tan deleznable. Es más, el trabajo de la Policía ha permitido la judicialización de algún grupo criminal que participó en el hecho”.
Al preguntarle quién es entonces “don crimen organizado”, contestó: “Es una empresa de tiempo completo y de recursos ilimitados.
Sin duda tienen elementos financieros y técnicos correspondientes para su actividad criminal y por supuesto poseen elementos que les permiten hacer sus actividades.
Yo no podría decir que existe alguna vinculación entre narcos u otro tipo de delincuentes con la Policía Nacional.
En la DIECP no tenemos evidencia que permita sustentar acciones que involucren a policías de Honduras y que podamos llevar con esa evidencia a policías a los tribunales”.
Presuntos responsables del crimen del periodista siguen en prisión
Después del asesinato del periodista Alfredo Villatoro , la Policía hondureña, acompañada por agentes de Estados Unidos, empezó acciones contra el policía Miguel Ángel Álvarez y Juan Ramón Fonseca, quienes estaban recluidos en el presidio de Danlí, El Paraíso, desde donde habrían llamado por teléfono para solicitar el rescate del reconocidocomunicador hondureño.
Después, el Ministerio Público presentó requerimientos fiscales contra las hermanas Jessica Yamileth Zambrano Ortiz y Katlin Zambrano Ortiz y su primo Marvin Enrique Oliva, capturados por suponerlos responsables del delito de secuestro agravado en perjuicio de Villatoro.
Tenían un celular con el que se hicieron llamadas vinculadas al plagio del periodista que laboraba en HRN.
Luego, en El Cacao, Cofradía, Cortés, fueron capturados los hermanos Osman Fernando Osorio Arguijo y Edgar Francisco Osorio y Marvin Alonso Gómez.
A estas personas les decomisaron armas con que supuestamente cometieron el asesinato. Está pendiente una orden de captura contra el presunto enlace entre los sicarios y los autores intelectuales, de acuerdo con información policial.
A mediados del año, los cuerpos policiales esperaban respuesta de la orden de captura contra la novena persona acusada por el secuestro, contra quien se libró la alerta migratoria y la comunicación a la Interpol.
Aún no se revela su nombre; se conocerá cuando sea puesta a la orden de los tribunales.
El expediente del caso continúa abierto en busca de identificar a más responsables materiales e intelectuales.
Según la fuente, los autores materiales del secuestro y asesinato de Villatoro serían unas 10 personas ya identificadas, incluidos los ya requeridos. Se presume que si se captura a uno de los prófugos se podrían conocer los nombres de los autores intelectuales del crimen.
Con la asesoría de investigadores internacionales, las diligencias continuarán hasta concluir el caso. El crimen de Villatorio conmocionó a Honduras porque tenía una amplia trayectoria en medios radiales.
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