Mi nombre es Patricia Ramírez. Yo soy la maestra de Ismael. Hoy tendría que haber dado clases y que él estuviera ahí, como todos los días. Pero no. Ahora estoy yendo a su velatorio.
Esto no tendría que estar pasando, porque Ismael era un niño, un niño muy querido, un niño muy bueno, un niño con sueños.
Y encima de este dolor por su muerte, hay que aguantar que se digan un montón de mentiras. Se están diciendo muchas cosas feas. Se están publicando fotos de él que no son de él. Fotos de niños con armas. Seria bueno que se chequeé la información. Y aquellos que no saben lo que pasó, que no lo conocieron, que no estuvieron cerca de él, que se llamen a silencio. Porque quienes convivimos con Ismael y lo conocimos bien sabemos cómo era.
En los comentarios en las redes también quedan en evidencia los prejuicios respecto a nuestros pueblos originarios. Algunos hasta justifican lo que le pasó justamente por ser miembro de una comunidad. Eso no se puede permitir.
Esta foto que yo compartí es la foto del festejo del Día del Niño. Ahí pueden ver que él era un niño, como cualquier otro. Y como niño tiene derechos. Derechos que no se respetaron. El derecho a la vida. Y también otro derecho que no se está respetando: el derecho a la dignidad. Por eso por favor pedimos respeto para su familia en este momento tan difícil.
Carta publicada por la Revista Cítrica.-