Cosecha Roja.-
Un pibe de 14 años es el culpable de todo en Villa Diamante. La policía de la Comisaría 5ta de Lanús lo presenta así, los medios lo reproducen y los vecinos piden la cabeza. En una nota -sin firma- del diario Clarín dicen que “tiene aterrorizado al barrio” y cuentan: “roba como si dijera buen día y no le discutas, porque te tira”, “es un chico muy peligroso”, “a un vecino de mi mamá le pegó un tiro porque lo miró mal. Estaba repaqueado y el pobre hombre venía de trabajar”. Las fuentes son un policía, un remisero y “alguien en las redes sociales”.
La historia fue replicada en distintos medios online pero en ninguno se profundizó. Hace cuatro años que desde la Dirección de Niñez del Municipio de Lanús prueban estrategias para rescatar al pibe. Marta Muñiz, coordinadora del equipo, contó a Cosecha Roja: “nos preocupa el manejo de la información, intentamos revertir el discurso que armaron de que todo lo malo que pasa es culpa de este niño”. La estigmatización, insistió, es “impresionante”. “Él construyó su identidad a partir de esto: no tiene miedo a nada, se expone todo el tiempo y eso nos preocupa doblemente”, dijo.
La policía de la Comisaría 5ta lo responsabiliza de todo lo que pasa: robos, asesinatos, desmanes. Y se queja. “Nosotros vamos y lo detenemos, pero lo largan. Más no podemos hacer”, dicen en la nota de Clarín. Enfocarse en el pibe invisibiliza todo lo que hay detrás: alguien le vende el paco, alguien le da un arma, y la criminalización mediática le termina de cerrar todas las puertas.
Según la Dirección, el joven tiene varias causas en juzgados de Lomas de Zamora y en el fuero federal, pero todas son por delitos menores. “Es una rata, hay que matarlo”, escriben en el grupo de Facebook Queremos Seguridad Vecinos de Villa Diamante.
El pibe tiene 14 años, hace seis que no va a la escuela y consume paco en Zavaleta, Ciudad de Buenos Aires. Por eso, dos veces quedó internado en Casa Puerto, un centro de asistencia que depende del Gobierno porteño y cuyos trabajadores están en huelga por precarización laboral, no reconocimiento de tareas y aumentos “paupérrimos” que todavía no se cobraron. “¿Por qué no somos igual de implacables como sociedad con los funcionarios que subejecutan presupuestos que garantizarían el acceso de estos chicos al derecho a una vida sin adicciones?”, dijo a Cosecha Roja la legisladora porteña del Frente Para la Victoria María Rachid, que forma parte de la Comisión de Salud. Además aseguró que harán un pedido de informe sobre por qué no se pudo ayudar al niño.
Ambas veces el pibe se fue de la institución sin el alta. El papá tiene problemas con la justicia y la mamá fue detenida junto al pibe en el último allanamiento.
Claudia Alitto milita en el Movimiento Evita de Lanús y conoce el territorio: “en estos barrios -Villa Diamante, Jardín, El Ceibo, Caraza- hay muchos pibes que se tuvieron que criar solos: el padre trabaja de cartonero y está toda la noche afuera, o está preso, o tiene problemas con las drogas. Necesitan que, como sociedad, nos ocupemos de ellos”.
La Ley 26.061 protege los derechos de niñas, niños y adolescentes. La norma prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificarlos cuando se lesione su dignidad o reputación. “A uno, en el barrio, lo conocen por el apodo: decirlo es dar más que el nombre”, dijo a Cosecha Roja Mauro Iezzi, integrante de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional. Además de dar el apodo, Clarín difunde la imagen del pibe en su casa, aunque le tape parte de la cara. El Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia (CONACAI) elaboró una Guía Periodística para informar con responsabilidad sobre niñez y adolescencia. Una de las recomendaciones es prescindir de recursos técnicos de edición (pixelado, desenfocado) “porque suelen ser insuficientes” para proteger la identidad. También sugiere evitar el sensacionalismo y contextualizar las problemáticas sociales que rodean los hechos.
Hay quienes piden la cabeza del pibe en las redes y en los comentarios de la nota. Igual que pedían la del “niño polémico de San Juan”, parecido a los festejos de linchamiento de David Moreyra y similar al caso del pibe de 5 años al que intentaron linchar en Mar del Plata al grito de “hay que matarlo de chico”.
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