El tipo, vestido con campera militar, con banderas en la mano y pelado como un skinhead, pasó por la plaza a los gritos mientras las Madres de la Plaza 25 de Mayo marchaban ayer como todos los jueves.
-¡No son 30 mil!
-¡No eran inocentes!,
-¡Cuánto lamento que Videla esté muerto!, gritó el pelado.
Mientras un grupo de los que marchaban se ocupó de proteger a Norma Vermeulen, una de las dos Madres rosarinas, de 90 años, y la única que marchaba ayer, otro grupo intentó sacar al hombre de la plaza.
“Nosotros le pedimos a Norma que se fuera a la casa. El tipo no paraba de provocar y no se iba”. Nos dimos cuenta de que lo había hecho a propósito porque antes de empezar con los gritos, dejó un perro de policía atado en una punta de la plaza”, dijo a Cosecha Roja Pablo Álvarez, miembro del grupo de apoyo a las Madres de la Plaza rosarina.
Pero el hombre no se fue. Volvió a cruzar a los gritos la plaza para desatar el perro. “Se quedó ahí un rato pero después, cuando se dio cuenta de que nosotros no íbamos a pelearnos, que no íbamos a responder a la provocación, se fue”.
Las Madres de la Plaza de 25 de Mayo redactaron un comunicado: “Ante la clara y violenta provocación, los militantes invitaron a retirarse al hombre que se fue haciendo el saludo nazi, Sabemos que hoy estos fascistas se sienten habilitados, y quedó más que claro que se trató de algo premeditado. El sujeto fue a buscar nuestra reacción con la bandera, su atuendo skinhead, y el perro que dejó atado en un banco de la Plaza y volvió a buscar cuando amagaba con irse. Sin responder a sus amenazas y con nuestra militancia, no permitiremos que la Plaza de las Madres sea escenario de estos ataques. Tras 40 años de lucha, y con las Madres con 90 años a cuestas, no merecen este tipo de agresiones. Por eso convocamos a acompañar a nuestras Madres, más que nunca”.
El hombre fue identificado. Álvarez dijo que el abogado de la Asociación está preparando una denuncia. “Se trata de una persona que milita en una agrupación nazi y que trabaja como seguridad privada”, contó.
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