Uno de los mayores responsables por los 22 años de impunidad en la causa AMIA, Juan José Galeano, prestó declaración indagatoria por primera vez en el juicio por el encubrimiento del atentado ante el Tribunal Oral Federal 2. Su estrategia de defensa fue victimizarse, generar empatía con los jueces y culpar a Néstor y Cristina Kirchner de haber armado esta causa en su contra.
El ex juez Juan José Galeano, destituido en 2005, tuvo a su cargo la causa por el ataque a la mutual judía hasta 2003, cuando fue separado tras conocerse que le había pagado a Carlos Telleldín para que falseara su declaración y vinculara a policías bonaerenses con el atentado.
Su voz, tomada por una gripe, no le impidió traslucir el tono soberbio y burlón cada vez que mencionó a “los imputados querellantes del fondo”, en referencia a los ex policías bonaerenses imputados por él en la causa y luego absueltos por el TOF 3, tribunal que ordenó investigar el encubrimiento.
A los ex agentes los culpó, sobre todas las cosas, de ser corruptos y haber participado junto a Telleldín del negocio del doblaje de automotores. Sin más datos o pruebas, se animó a afirmar que “Si hubieran actuado conforme a derecho, hubieran metido preso a Telleldín y el atentado no hubiera ocurrido”.
Aprovechándose de un contexto político y mediático que podría jugar a su favor, Galeano describió las reuniones que mantuvo con Cristina Fernández, cuando ella integraba la comisión bicameral de investigación del atentado: “Cristina no quería entender que Menem y la familia Kanoore Edul (allegada al ex presidente) no tenían nada que ver (con el ataque)”. Sobre el testimonio que prestó la ex presidenta en el juicio por el atentado, fue terminante: “Mintió. La tendrían que haber juzgado por falso testimonio”.
Al comienzo de la audiencia, cuando la jueza Karina Perilli, que presidió la sesión, le preguntó si aceptaría preguntas de las partes, Galeano contestó “No”. Los familiares que estaban en la sala hicieron el gesto de montoncito abriendo y cerrando los dedos. En clave gestual, le gritaron “miedoso”. Pero mientras intentaba confrontar una de las principales acusaciones que es la interrupción de la investigación de la “pista siria”, el juez Jorge Gorini lo interrumpió para interrogarlo. Galeano, coherente con su estrategia de mostrarse simpático, aceptó. No llegó a medir las consecuencias.
-Usted está contando que pidió a la SIDE la intervención de varias líneas telefónicas, entre ellas la del empresario Kanoore Edul y que, como no tenía valor investigativo, se pidió la baja y se continuó con otras líneas. ¿Cómo explica, entonces, un pedido de reintervención de esos mismos teléfonos años después?, preguntó el juez.
-Bueno… No sé. Ese dato se lo debo doctor, pero pido a mis defensores que tomen nota para contestarlo en otro momento.
Al momento de las conclusiones, Galeano reiteró que la historia “fue ajustada a los Kirchner. Siempre tuve el fin de la verdad y hasta ahora no fui igualado a pesar de los bajos recursos del juzgado y otros obstáculos del contexto con lo que debí lidiar”. También destacó que la SIDE fue deficiente y que “el POC (Departamento de Protección al Orden Constitucional de la PFA) era un depósito de personas sumariadas”.
Para terminar, Galeano aclaró que nunca ordenó interrumpir la “pista siria. De hecho Nisman pidió investigarla recién en 2008. Ustedes me van a decir que al papanatas de Kanoore Edul lo dejé en libertad después de todos a los que investigué. No soy esquizofrénico”, concluyó.
Ilustración: Eugenia Bekeris, integrante de Dibujos Urgentes en el Juicio de encubrimiento del Atentado a la Amia, Tribunales Federales de Retiro, 2015-2016.
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