El femicidio de Claudia Schaefer puso fin a un mito: la violencia machista atraviesa todas las clases sociales. La mujer fue asesinada por su pareja, el empresario Gustavo Farré, en el vestidor de la casa del Country Martindale, en la localidad de Pilar. La imagen del hombre ensangrentado y esposado en el suelo después de darle 74 puñaladas a la esposa fue tapa de los medios hace casi dos años y volvió a serlo hoy, que comenzó el juicio en su contra. Doce jurados decidirán si es inimputable, si actuó bajo “emoción violenta” o si le corresponde la pena perpetua. Si no se ponen de acuerdo, deberán hacer un nuevo sorteo.

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La última vez que se vieron fue en una reunión en la casa del lote 5 del country Martindale, que alquilaban para pasar los fines de semana. Eran las once y media de la mañana del viernes 21 de agosto de 2015 y tenían que definir los últimos detalles del divorcio. Estaban separados desde hacía casi un año, ella vivía en un departamento en Avenida del Libertador al 1700 y él en el country de Pilar. Claudia tenía que buscar ropa que todavía estaba en esa casa: había llevado un carry con rueditas.

El encuentro comenzó en la cocina: Farré y su madre, Schaefer y los dos abogados. Claudia había denunciado a su ex por violencia machista y la justicia le había decretado una restricción perimetral, que se había levantado de común acuerdo unos días antes del femicidio.

La mujer salió de la cocina y fue hacia el vestidor. Farré la siguió. Discutieron por la valija. Él decía que era de él, ella que era suya. Los abogados decidieron esperar en la cocina a que la pareja se pusiera de acuerdo.

Cuando los dos entraron al vestidor, él cerró con llave, se dio vuelta y la atacó con un cuchillo. Desde afuera escucharon los gritos de Claudia. La madre de Farré y los abogados intentaron romper la puerta pero no pudieron. Entonces salieron al jardín. Por una ventana los tres vieron cómo el hombre acuchillaba a su ex mujer. Cuando lograron romper la ventana, ella estaba desangrada.

De la autopsia se supo que de los dos cuchillos tramontina que la policía encontró en el vestidor, sólo uno fue usado por Farré para degollar y darle 74 puñaladas a Claudia. La punta de la cuchilla estaba doblada.

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farre femicidio del country

“Farré sufrió una grave perturbación de la conciencia que le impidió entender el acto de criminalidad que estaba cometiendo”, dijo el abogado defensor Adrián Tenca, a 21 meses del asesinato de Claudia Schaefer, en la puerta de los Tribunales de San Isidro. Allí, alrededor de las siete, había llegado el acusado, desde el penal de San Martín.

El abogado defensor eligió la modalidad de juicio por jurados. La estrategia es que el acusado sea declarado inimputable o, al menos, que cometió el crimen bajo emoción violenta y así morigerar su pena.

Hoy, poco antes de las diez de la mañana, en la primera audiencia, se definieron los miembros del jurado: doce personas, seis varones y seis mujeres, fueron elegidos de entre 48 candidatos del Departamento Judicial de San Isidro. En la primera selección la partes revisaron que los convocados no tuvieran impedimentos como ser abogados, funcionarios públicos, que no sepan leer ni escribir, que sean mayores de 21 años y menores de 75. Luego, se presentaron las recusaciones que llegaron a ocho, el máximo permitido para cada una de las partes.

A partir de ahora, los 12 jurados tienen la tarea de determinar si el acusado es culpable o inocente: Farré llega a juicio con todas las pruebas en su contra. Tenca pretenderá que la pena sea menor si logra convencer al jurado de la inimputabilidad o del estado de “emoción violenta” que sufrió entonces su defendido, según su estrategia.  

Para que Farré sea condenado por homicidio doblemente agravado por vínculo conyugal y por femicidio, los doce jurados deberán votan por unanimidad. En ese caso le corresponderá prisión perpetua.

Si diez de los jurados -y esa es la estrategia de la defensa- coinciden en que Farré actuó bajo la figura de emoción violenta, entonces tendrá una pena de diez a 25 años. La inimputabilidad también es una posibilidad. En ese caso, el acusado sería recluido en una institución psiquiátrica.

¿Qué sucede si el jurado no se pone de acuerdo? Si existen nueve coincidencias, es decir disidencia en tres o más jurados, entonces el juicio se declara “estancado” y debe convocarse otro jurado. Eso sólo ocurrió en uno de los 150 juicios por jurados que ya se realizaron en la provincia de Buenos Aires -que junto a Neuquén y Córdoba son los únicos tres lugares del país en los que se da esta modalidad. En San Isidro, entre 2015 y 2016, se hicieron ocho debates con jurado popular en los que se dictó veredicto culpable y uno no culpable.

La audiencia estuvo a cargo del juez Esteban Andrejin del Tribunal Oral Criminal (TOC) N 2. Luego de un cuarto intermedio, se leyeron los alegatos y se dispuso la presentación de pruebas. Tenca, el abogado de Farré, dejó entrever que en las próximas cuatro audiencias, le mostrará al jurado una prueba oculta. Su estrategia es tratar de demostrar la inimputabilidad, o en su defecto, la “emoción violenta”.

“La acusación elevada por la fiscal (Carolina) Carballido es por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por femicidio. Para nosotros no hubo emoción violenta. El hecho fue programado en todos los detalles”, dijo el abogado de la familia de la víctima, Jorge Sandro. “En los próximos días, Sandra, la hermana de Claudia Schaefer, va a explicar toda la historia que terminó en un femicidio”.

El abogado explicó a los medios que uno de los elementos probatorios centrales de la causa, “en los que para la fiscalía y la querella quedará claro el historial de maltrato de Farré hacia Claudia”, son los audios y chats de los teléfonos celulares que serán reproducidos en la sala de audiencias.

La próxima audiencia será mañana a las ocho de la mañana en los Tribunales de San Isidro. Durante cinco audiencias declararán más de 50 testigos y se espera que el veredicto sea dictado el próximo lunes o martes.