Silvina Tamous – Cosecha Roja.-
Sólo 87 días necesitó la Justicia para condenar a Isaías Ducca por el robo de una cartera. Un fallo rápido que muestra la eficacia del nuevo sistema judicial que rige en Santa Fe desde el 10 de febrero. El robo en cuestión ocurrió el 22 de marzo pasado, en Marcos Paz y Liniers, cuando Ducca y David Moreira arrebataron una cartera a bordo de una moto. La condena contra Moreira también fue exprés. Un grupo de vecinos enfurecidos lo pateó y golpeó hasta dejarlo tres días agonizante. Moreira se convirtió en ese momento en el “linchado” y la foto de su figura inerte dio vuelta por las redes sociales y ganó la tapa de los diarios. Sin embargo, por la muerte de Moreira no hubo justicia y al no existir sanción por masacrar a un supuesto ladrón hechos de similares características sucedieron en todo el país -aunque sin llegar a ser mortales. El caso deja en claro lo importante que es para la Justicia sancionar un delito contra la propiedad y la falta de interés por lograr esclarecer un delito contra la vida.
Diecisiete meses antes de la muerte de David Moreira ocurrió un hecho muy parecido, en el mismo lugar. Unos pibes en una moto robaron una cartera y no lograron huir. Una camioneta los encerró, cayeron al pavimento y fueron golpeados por un centenar de personas que no dejaron siquiera pasar a la ambulancia. Existe incluso un video sobre este hecho, sucedido el 22 de noviembre de 2012, que no llegó a tragedia porque intervino la Policía. Tal vez si en esta ocasión no hubiese habido impunidad a David Moreira no lo habrían matado. Pero lo cierto es que ni siquiera este caso se encuentra en el expediente por el linchamiento.
Norberto Olivares es el abogado de la familia Moreira. Según explicó al cumplirse tres meses de la muerte del joven, se presentaron ante el fiscal Florentino Malaponte, a cargo de la causa, e incorporaron un escrito a la causa tras analizar pruebas e indicios colectados. La crítica de los familiares a la investigación es que hay “una profusa línea de diligencias, de pericias realizadas, pero no hay una hipótesis central en torno de la investigación”, dijo Olivares.
Del expediente se deduce que los agresores son fáciles de identificar porque no es un grupo eventual que estuvo de paso en el lugar: forman parte de unas 30 o 40 personas que suelen hacer la previa a los partidos de Central y, por el relato de vecinos, tienen vinculación con el club ubicado en calle Marcos Paz al 5400, a media cuadra de la esquina del linchamiento. “Lo que no vemos es que exista una energía investigativa que apunte a esa hipótesis”, dijo el abogado.
Para Olivares resulta paradójico que el acompañante de David Moreira, Isaías, tuvo una condena en 87 días por el robo de la cartera: “Nosotros vemos que hay pruebas acumuladas pero que la investigación no se encamina hacia ninguna hipótesis. Y después pedimos medidas para que se investigue a este grupo”.
Otro de los puntos que no se investigó es un llamado al 911. “En el expediente hay un informe que hace la persona responsable del 911. Da un número telefónico desde dónde fue hecha la llamada en la que una mujer que dice la gente que le pegó a Moreira es del club, es una vecina que conoce el movimiento. No dio su identidad, pero no se investigó. Nosotros pedimos que se investigue”, reclamó.
La respuesta que el fiscal les dio a los familiares sobre la celeridad para investigar el robo y la lentitud para hacer lo mismo con un homicidio tiene que ver con que se utilizó la figura del juicio abreviado, en el que el imputado reconoce la culpabilidad a cambio de una reducción en la pena. Para Olivares: “Es un argumento que le favorece al fiscal para salir del paso sobre algo que para nosotros es inexplicable. En 87 días un robo de cartera consigue una condena exprés y en 90 días la política judicial que va más allá del fiscal está escuchando más una demanda social de lo que se denomina inseguridad. Y me parece que hay una valoración más fuerte del robo de una cartera que la necesidad de poner la energía investigativa en una muerte de una naturaleza salvaje, antihumana, cobarde”.
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